Capitulo 4

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Marizza: ¡Niños, rápido se les hará tarde!.- Gritó desde la cocina su madre.

Camila: Buenos días Papi.- Saludó al llegar, después le siguió Luna y Jeimi.

Pablo: Buenos días.- Saludó.

Luna: Má, ¿Te importa si hoy llevo almuerzo?.- Pidió nerviosa.

Marizza: Claro, cariño ¿Qué es lo que quieres?

Luna: Eh... una naranja y una manzana.- Dijo dudosa.

Marizza: ¿Sólo eso?, ¿No quieres un sándwich?.- Preguntó desconcertada.

Luna: No... ¡Digo sí! si quiero Mamá.- Se corrigió enseguida al sentir el codazo de su hermana, Marizza la miró extrañada.

Jeimi: Má, yo también quiero un sándwich y un jugo... ¡No, de los de vidrio!.- Añadió rápidamente al ver que su madre tomaba uno de cartón.- Oye Má ¿Aún tenemos uvas?.- Preguntó el pequeño revisando la nevera.- Ah ya vi que sí, tomaré poquitas.

Unos minutos después se excusó y subió a su habitación por algo, lo cual era su resortera y algunas cosas extras.

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Ethan y Mateo terminaban de atarse los zapatos...

Mateo: Ethan, lo de ayer... no fue mi intención yo... lo siento.- Se disculpó.

Ethan: Tranquilo, tarde o temprano se enterarían además, para eso estamos los hermanos para apoyarnos cuando el otro está mal ¿No?.- Sonrió y chocó el puño con su hermano.

Mateo: Será mejor que bajemos, sino queremos que Mamá venga por nosotros.- Sugirió.

En cinco minutos ya estaban abajo desayunando con los demás, los mellizos mayores casi no hablaron pues sabían que sus padres aún estaban molestos.

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Llegaron a la escuela con quince minutos de ventaja e inmediatamente pusieron en marcha el plan afortunadamente ningún niño se negó; otros asintieron entusiasmados pues sería la primera travesura realizada por todos, no habría un culpable; los pasillos se llenaron de cuchicheo, hasta los más grandes accedieron a cooperar, inclusive el equipo de fútbol.

A la hora del almuerzo ningún niño toco su comida, y los del comedor guardaron alguno que otro alimento.

Camila: ¿Está todo listo?.- Preguntó a sus amigos.

Jeimi: Listo, los de último grado nos ayudaran con la manguera de agua para incendio, y yo ya le saqué el aire a las llantas del auto del profesor.- Contestó orgulloso de su trabajo.

Felipe: Hablé con el equipo de fútbol y aceptaron que iban a ayudarnos.- Añadió el hijo de Tomás y Pilar.

Candela: Cuando lleguen los tíos, aprovecharemos para llenar el auto de basura por dentro y lanzaremos nuestros almuerzos para ensuciarlo por fuera.- Le siguió la hija de Manuel y Mía.

Luna: Yo hable con los compañeros de clase de Ethan, le lanzaran pelotas al maestro en cuanto salga de hablar con nuestros padres.- Agregó no muy convencida por aquel plan.

Camila: Excelente, en ese caso en marcha.- Sonrió y cada uno se fue a sus puestos.

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Exactamente a la una de la tarde, el matrimonio Bustamante llegó a la escuela, no iban a permitir otro abuso por parte del maestro, nunca más, sin rodeos se dirigieron a la dirección en donde se encontraba la directora.

Defendiendo a la familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora