CAPÍTULO 1: DUDAS

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—Eres muy mala. ¿Cómo es posible que hayas corrido cuando viste a la pobre chica haciendo su encuesta? ¡Es para su tesis!

—No me gusta llenar encuestas. Es una pérdida de tiempo.

—Tú también tendrás que realizar encuestas cuando hagas tu tesis y ahí vas a necesitar de ellos. Recuerda que existe el karma.

—Lo sé, lo sé. Pero para eso faltan dos años, cuando llegue ese día ahí voy a sufrir por eso; mientras tanto qué te parece si vamos a comer.

Tal vez Samy tenga razón y cuando a Priscilla le toque hacer su investigación de campo todos saldrán huyendo de ella así como lo hace siempre que ve a los estudiantes de último año sufriendo o rogando para que alguien los ayude y así terminen su capítulo iii de la tesis.

Pues aquí, en la Universidad San Eloy, los chicos están pasando por su segundo parcial del semestre y entre tareas, lecciones, talleres, exposiciones, peleas, alegrías, llanto, sueño y más llanto tratan de llegar a la meta y obtener el tan anhelado título profesional.

Sin embargo, para aquellos que están en esa etapa, en esa parte de la vida donde dejas de ser un estudiante y pasas al mundo laboral, es como un campo minado donde deben tener cuidado para ser vencedores de la guerra; pues muchos a lo largo de esta batalla han desertado y los pocos que quedan están sin energía para continuar y la leve idea de rendirse se asoma causando caos.

—¡Te alcanzo luego! —anuncia Priscilla al ver a Diego—, tengo algo que hacer.

—Ya me imagino —contesta Samy al notar la presencia del hombre por quien su amiga está más que flechada.

—¡Hola! —saluda Priscilla muy eufórica—. Hace tiempo que no nos vemos, estoy muy feliz de verte.

El chico la mira de reojo y resopla al confirmar quien es.

—¿Desayunaste? Pues resulta que yo no tuve tiempo porque me quedé dormida. Si quieres podemos ir los dos a comer algo —le susurra lo último esperando que acepte su invitación mas el hombre alto y bien parecido sigue caminando y sobre todo la ignora.

—¿Cuántos días te faltan para que termines tus prácticas pre profesionales?, ¿qué te parece si el último día vamos a celebrar? —Priscilla insiste ante el silencio de su acompañante.

Al fin el tipo se detiene cuando ella se para frente a él, alza su mirada despectiva y con un color almendro en sus ojos dice:

—¿No me puedes dejar ni siquiera sólo un día?, ¿hasta cuándo tengo que aguantar que me sigas a todos lados? Estoy muy ocupado y no tengo tiempo para estas cosas, ya te dije, tú no me gustas. Así que olvídate de mí y ve a perseguir a alguien más —anuncia y sigue de largo dejando a Priscilla sola.

—¡No me rendiré. Algún día serás mío! —sentencia en voz alta—. ¡Nos vemos luego Diego!

Al parecer ella sigue obsesionada con Diego. Desde el primer momento que lo vio quedó enamorada de él y desde allí se propuso que algún día sería su novio.

Al principio lo seguía a escondidas por toda la universidad, luego le dejaba una que otra nota entre sus cosas, iba a cada partido de básquetbol para animarlo, le compraba agua en los entrenamientos y cuando él la enfrentó, ella decidió confesar sus sentimientos, pero... Diego la rechazó.

No fue porque es dos años menor que él o porque no le gustaran las chicas. La razón es simple, a Diego no le gusta Priscilla y encuentra odioso y hasta extremo la forma como ella lo acosa todo los días.

No mal interpreten a Diego. Es un buen muchacho, es el mejor de su clase, ayuda a sus amigos, es deportista, buen hijo y buen hermano, casi casi el chico perfecto que todas ven en la televisión. Pero ojo, dije casi porque al estar en su último año en la facultad de Finanzas, está pasando por esa crisis existencial y presión social de conseguir empleo.

SUNRISES «TERMINADA» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora