Nadie merece piedad en un mundo hostil, aunque eso sea verdad nos gusta regocijarnos en una falsa piedad
Que tenemos al dar un pedazo de pan o una moneda a quien no cuadra en esta sociedad
Pero cuando se va susurramos blasfemias a su nombre
Vivo entre peleas de noche, y es menos violento que el precio a la caridad
Esta sociedad, es solo escoria de cobre
En la mitad de una mina de oro lúgubre
Ya me acostumbre, a que las legumbres llegan en octubre
Y los recalentados festivos hasta febrero
Si es que el obrero fue bien pagado o unió fuerzas con su vecino de alado
Para que ambas familias saciaran su hambre hasta convertirlo en pecado
Dimé tú, ¿cuanto tiempo a pasado?
Desde que no haces un buen mercado o sales a la calle sin miedo a ser robado
Ya no se reconoce si es policía o malandro
Las marcas de balas adornan por todos lados
Caras largas maquilladas de felicidad, que descaro
Son como payasos que suelen delirar que te arrancan los brazos
Por como esta puedes notar que la coca lo a besado
O quizás, solo soy yo divagando entre mis miedos pesados
La verdad es que por esta puta sociedad, estoy desvariando.
