Invasion #2

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—El jefe está muy enfadado.

Suspire

—Y yo también lo estoy.–Le deje saber

—Fue una Irresponsabilidad tu unidad.

—No es solo mi unidad, también es tu deber cuidar que todos hagan lo que se les ordena, pero también estabas desaparecido, Jason.–Rodé los ojos sin poder evitarlo.

Me estaba diciendo lo que ya sabía, y para acabarlo, me tiraba toda la culpa a mi, cuando los dos somos la cabeza de esta unidad y yo, aunque quiera, no puedo convertirme en dos.

Seguí escribiendo el reporte de los recién llegados para llevarlo con el principal. Mientras Jason seguía intentando tirarme toda la culpa para salir con las manos lavadas. Pero estaba muy equivocado si creía que me iba a tirar la culpa sólo para salvarle el trasero. Si iban a castigar a alguien sería a él, y aunque me castigarán a mi, el se vendrían conmigo.

Me solté el cabello, mi jaqueca era increíble. Necesitaba liberar tensiones pero tenía demasiados pendientes. A pesar de nunca haber ido a las demas unidades, nos comunicabamos por medio de los generales. Nunca por contacto directo, siempre habian intermediarios, nadie sabia como eran las demas unidades por cuestiones de seguridades, o eso dijeron cuando empece a ser teniente de mi unidad. Cuando recién llegue a la resistencia no me confiaba de nadie pero con el tiempo, quien te da de comer y un techo en don de dormir, es mejor que cualquier otra cosa.

Cerre el libro en donde escribi el reporte y lo puse en un lugar seguro. Me levante de mi asiento y salí del cuartel de la unidad para ir al foro de entrenamiento en donde se encontraban los ineptos que casi hacen que nos maten a todos. Camine hasta estar cerca y cuando los entrenadores me vieron, detuvieron todo, ellos sabian a lo que venia, y los soldados tambien.

—¿Creían que los iba a dejar asi nada mas?-dije con una sonrisa para nada amistosa, sino, una que intimidaba.—Lo que paso hace poco, no se puede volver a repetir y estoy segura de que todos estamos de acuerdo con ello.

Todos asintieron atentos, sabían muy bien que no era todo lo que iba a decir.

—No les tiraré toda la culpa, fue parte de mi resposabilidad por no andar de niñera con ustedes. Y tampoco el teniente Jason les dejará en todo esto, estamos dispuestos en defenderlos ante el jefe.-Sonreí, y mire mi reloj, les faltaban cinco minutos para terminar el entrenamiento. Los mire de nuevo,y mi mirada quedo en los entrenadores antes de hablar.—Son todos suyos hasta la hora de cena.

Escuche quejas y resoplidos pero no les di atención, deberían estar agradecidos, solo les faltaban seis horas mas.

—Teniente Clark.- voltee hacia donde prevenia la voz. Era un soldado de nivel dos.—El jefe solicita que vaya a la cámara de prueba para los nuevos.- Asentí con mi cabeza.

—De inmediato.- replique.

A la hora de las pruebas, cada unidad tenia una cámara en donde se podía ver a los recién llegados hacer varios tipos de prueba para saber en que unidad irían. Las cámaras estaban hechas con un material que no dejaba ver nada mas que las pruebas, podíamos comunicarnos por medio de micrófonos, asi que no único que realmente conocía era la voz de los tenientes/Coroneles de las otras unidades, Y las pruebas eran el único lugar donde podía oírlas.

Las pruebas tenían diferentes tipos de estaciones, tecnología, logística, armas, medicina, búsqueda, y lucha. En cada estación, se les hacia una prueba correspondiente, los iniciados nunca estaban solos, contaban con un soldado de cada unidad para explicarles que hacer, y en la estación en que mas destaquen es en donde van.

Llegue a mi cámara, y tome asiento, los recién llegados ya estaban en la unidad en que iniciaban.

Mi mirada por iniciativa se dirigió al niño que estaba al lado de logística, la mujer mayor en medicina y la joven en armas, y el desmayado en Lucha. La secuencia era la siguiente; logística, medicina, Armas, lucha, búsqueda y tecnología. El orden correcto era ese.

La trompeta de dar inicio sono y cada uno empezó en lo suyo. Cada estación eran 5 minutos máximo, si los soldados los retiraban eran porque no cabían en la categoría. Mi atención estaba en el pequeño, no hizo ni un minuto y paso a la siguiente estación. En cambio los otros tres seguían en su estación, Mientras en niño pasaba en búsqueda porque medicina estaba ocupada, vio como en desmayado en realidad era bueno en lucha, sus golpes era seguros, y tenia agilidad en sus movimientos, justo lo que lucha busca. La mujer mayor también seguía en medicina y la soldado que estaba a su lado sonreia, una señal de que estaba encantada con su trabajo. Luego, mi mirada se dirigió a la mas joven, la prueba de armas era solo disparar diferentes tipos de armas; Ametralladoras,Fusiles de asalto, Pistolas, Escopetas, y mi favorito Fusil de precisión.

Ella tenia la mejor posición del mundo pero sin embargo era muy buena con las escopetas, las cargaba rápido y no fallaba el blanco. Al igual con las otras pero era obvio que las Escopetas eran su fuerte. Apunte eso en mi tablero, la quería en mi unidad, con un poco de practica sería una de las mejores.

El tiempo paso y cada uno llego a su estación final. El niño llego a mi estación,mire curiosa sin esperar que ese niño me dejara con la boca abierta. Lo subestime, el sabia perfectamente como usar cada una de las armas a pesar de su corta edad. Pero verlo como francotirador, me trajo un millón de recuerdos.

—Lo que debes hacer es simple, solo dispara cada una de las armas y trata de dar al blanco o lo mas cerca que puedas-

Las ordenes eran básicas, así que solo asentí y sin protección en los oídos, empecé a disparar, ya habia usado armas, mi padre me enseñó antes de desaparecer, lo que una vez se aprende jamas se olvida. Sentía los pequeños empujones que me provocaban los disparos pero ninguno me hizo retroceder.

Muy bien -Escuche al soldado al lado mío.Te falta una arma y habrás terminado.

Mire hacia donde señalo, estaba jodida, nunca habia usado uno de esos, era un franco tirador, pero sin demostrar lo intimidada que estaba por el gran tamaño y peso, me tire al suelo, no se como, pero sabia bien como cargarla, puse mi ojo en el agujerito que no sabia como se llamaba, y visualice lo que tenía que tumbar, tres envases que estaban a una buena distancia.

Dispare, tire el primero, y asi el segundo y tercero.

Me levante del suelo y mire al solado que estaba con una sonrisa mientras se sostenía el oído que contenía un tipo de audífono y dijo lo siguiente

—Bienvenida a la unidad 4, soldado.

Sacudí la cabeza para deshacerme de ese recuerdo, pero me fue imposible no verme reflejada de nuevo en el pequeño que hizo exactamente lo mismo que yo. Sin poder evitarlo, dije por el micrófono hacía todos mis compañeros.

—El pequeño es mío, quien tenga objeción tenga seguro que no podra quitármelo.

Ese niño era una diamante que debía ser pulido. Y yo quería hacerlo aunque en el camino pueda lastimarme a mi misma por repetir errores del pasado.

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