—Superiores de la unidad 4, manden a 5 soldados a hacer la vigilancia semanal de las 18 a las 2 horas en la frontera del sur.Observé mi Radio
—Copiado.–Respondí
—¿Los Santiago,Johnson's, y Martin al frente?–Mi compañero preguntó refiriéndose a quien íbamos a enviar.
—Sí, son los únicos que faltan de ir esta semana. Avísales por el Walkie-talkie.
El asintió y se retiró.
Me levante del suelo al escuchar una alarma, que avisaba que había gente a punto de cruzar los límites. Por los binoculares me di cuenta que era así. Y los imbeciles que se suponía que debían estar vigilando en lo que yo enviaba coordenadas a la central.
Agarre mi AK-47 y me asegure de tener las suficientes granadas por si debían ser usadas.
—¡Hay gente acercándose, inservibles!–Dije lo suficientemente alto como para llamar su atención, negué en desaprobación al ver que se habían dormido.
Eran entendible que se quedaran dormidos por las jornadas de la noche pero no era excusa. Por eso mismo se les pregunta antes de llegar a la fronteras.
La frontera del norte era una de las más importantes y la que nos pertenece por tener la unidad 4, son seis unidades por todo, y todas se encargaban de cada cosa diferente. La unidad 4, nuestra unidad, se especializaba en armas, bombas, y demás cosas de ataque. Por lo cual, era indispensable estar despiertos, pero ya me oirán.
Cerca del borde, un soldado me pasó un Altavoz, lo encendí y dije;
—Deténgase o sino dispararemos.–ante mi petición, solo cuatro personas de las seis que venían pararon.
—¡Dije que se detengan!–prepare mi Arma sacándole el seguro y apuntando, ante mi acción, los demás soldados no dudaron en hacer lo mismo que yo.
—A su señal, Teniente.–
Aquellas dos personas no paraban, la situación en la que me encontraba era difícil, generalmente cuando alguien se acerca son invasores que no obedecían a las órdenes, estos dos me lo hacían dudar porque pueden haber dos razones por las cuales siguen avanzando.
1. Están asustados y quieren llegar a un lugar donde estar seguros
2. Son invasores queriendo llegar para matarnos a todos.
Al ver un destello Verde oscuro en los ojos de ambos la respuestas vino de inmediato.
—A mi señal, atacan a los dos que están a mi izquierda. Pero solo a ellos. Si lastiman a las otras cuatro personas, me las desquitaré con ustedes.– Un <<¡Si, teniente!>> me hizo entender que ellos habían comprendido mis palabras.
Al los invasores estar más cerca, levante mi mano derecha cerrada en un puño y los disparos se hicieron presentes.
Gritos de las otras cuatro personas se hicieron presentes y vi a uno caer al suelo como costal de papas.
Al estar ambos invasores muertos decidí que era momento de acercarme.
—Traedme una camioneta.–Y así me trajeron una de las camionetas que estaban listas para partir.
Cuando me subí, mire a dos de los soldados a los ojos y ellos comprendieron que debían ir conmigo, vi un destello de terror en sus ojos.
Sin poder evitarlo, rodé los ojos, pero recordé que era su primera vez en una situación así. Pobres, ojalá no les toque nunca ir al frente de batalla.Me acerqué con la camioneta, y a una distancia prudente la aparqué, me bajé de ella y apunte con mi arma hacia las personas.
—Levanten las manos o les vuelo el craneo de un disparo.–No dudaron en levantar las manos y dejar al que había caído al suelo anteriormente besando el suelo. Se había desmayado.
Me di el lujo de poder ver que eran dos mujeres, un hombre (El desmayado) y un Niño de unos ocho años sino me equivoco. Las miradas no reflejaban nada más que un sentimiento que comprendo muy bien; Miedo.
—¿Alguno de ustedes tiene una herida de gravedad que deba ser atendida?–Baje mi arma, pero mis hombres no. Tal como se había entrenado antes.
—El Niño, tiene una herida abierta en su estómago.–Una de las mujeres habló levantándole la camisa al susodicho.
Yo asentí, viendo la sangre, y toda la tierra que le rodeaba. Hice una seña para que los muchachos bajaran las armas.
—Ayúdales a subir a la camioneta.–Le dije a uno en especifico. Y al otro le dije de manejar.
Ya en la camioneta, saque el radio para pedir translado de unidad.
—¿A donde nos llevan?–Pregunto El Niño con voz entrecortada.
Lo observé un momento, y no me costó para nada verme reflejara en él. Ver a mi hermano, que descanse en Paz, en el pequeño. Mi mandíbula se tensó, tenía que sacar aquel pensamiento.
—A un lugar más seguro que allá afuera.–Hice una seña de donde los habíamos recogido.
—¿Quien es el familiar de pequeño?–Pregunté, pero me arrepentí de inmediato.
—Mi familia está muerta.–Fue su respuesta. Sin evitarlo, desvíe la mirada, no podía verlo.
—Yo me haré cargo de él.–La voz de una de las mujeres(La que se veía de más edad) hablo, tomándoles las manos al Niño y a la más joven. Supuse que debían ser familia las dos.
Me limite a asentir
—Aquí la teniente de la unidad 4, Solicitó un translado para cuatro personas a la unidad 2, tengo a un desmayado y a un infante con herida abierta con sus acompañantes.–
—Copiado, unidades yendo a por el paquete.–
La unidad 2 se encargaba de todo lo medicinal, donde estaban los doctores, medicamentos, y más de esas cosas que nos salvaron a muchos, incluyéndome.
En el momento en que nos bajamos de la camioneta, los soldados encargados del translado se los llevaron, y lo último que pude ver era al Niño diciéndome adiós con su mano antes de que se lo llevaron.
Suspire, me di la vuelta hacia mis hombres. Me puse las manos en las caderas, mostrándoles mi enojo.
—¿Dormir mientras su superior les dio una orden, una simple orden, que depende de la vida de muchos?–Todos agacharon la cabeza.
Iba a seguir, pero los que debían seguir con la vigilancia llegaron.
Mire a los chicos de nuevo y les dije bajito pero todos escucharon;—En el cuartel, van a sufrir.
ESTÁS LEYENDO
INVASORES ©
Roman pour AdolescentsInvasiones en 3,2,1... Lo que un día fue, ya no será mañana. Ni hoy, ni nunca, no queda otra que defender la vida hasta el final de los días. Hasta que los ojos se cierren y los pulmones dejen de funcionar. Porque somos Una legión, Legión de sobrev...