Alessandro Fiore "Lobo"
Nunca en mi vida me ha costado hacer los trabajos sucios que otros no se atreven y mucho más cuando se trata sobre gente que respeto y valoro.
Observo a Ivet de reojo varias veces, juega entre sus dedos con la goma del pelo, pasándosela de un lado hacia otro.
¿Y si has sido muy bruto, Alessandro?
—¿Estás bien?— digo tras unos segundos de silencio. —Te veo muy callada.
—Sí, estoy bien.— me responde mirándome a los ojos y después aparta la mirada. —Solo estoy asimilando lo que me has dicho.
—¿Tienes miedo?
—No.— dice sincera. —Creo que.. debería tenerlo, pero me siento al contrario.
Cuando por fin llegamos a su casa aparco el coche frente a su pequeño hogar y me quedo mirándolo. Ya sabía de sobra que Ivet viene de una familia humilde y sencilla, pero su casa me recuerda tanto a la mía cuando vivía en Roma que me produce un escalofrío.
Una casa pequeña, pero llena de amor. Lo que yo tenía en la mía.
—¿Quieres pasar? prepararé café.
—No quiero molestar.
—No molestas, además, estoy sola.— me muestra una sonrisa y baja del coche.
—Está bien.— murmuro para mis adentros.
Entramos en su casa y una ola familiar recorre todo mi cuerpo, tantas fotos, tantas decoraciones infantiles...
Una vez en la cocina observo como Ivet prepara el café, su pelo rubio le llega casi por la cintura y le hace conjunto con su piel blanca y sus ojos azules cristalinos.
Es tan jodidamente irresistible.
—Quizá no debería haberte contado que he matado a ese hombre.— vuelvo a sacar el tema de conversación para despejar mi cabeza.
—No te preocupes.— se gira para hacer contacto visual y apoya su culo en la encimera. —¿Crees que si tuviera miedo dejaría que entres en mi casa?
—Podría haberte obligado.
—No me dejaría.
—¿Tan segura estás?— alzo una ceja sonriendo.
—No soy una chica sumisa.— sonríe unos segundos y esconde uno de sus mechones detrás de la oreja.
—Eso es porque no has caído en los brazos correcto, bella.
Bella.
Creo que le excita que le llame así.—Eh... no.— noto como traga saliva. —Ahí donde me ves he tenido ex novios que han querido hacerme cosas impensables en la cama.
Aunque el olor a café inunda mis fosas nasales lo ignoro, me levanto de la silla y me acerco lentamente hasta ella hasta dejar la mínima separación entre nosotros.
—Permíteme que te diga, que tú trabajo te prohíbe ser tan indomable.
—¿Por qué?— murmura mientras mira mis ojos.
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Sedúceme bailando
Romance(PARÓN TEMPORAL) Sedúceme Bailando; El local más cotizado y famoso de la gran Barcelona. Un local de ambiente fundado por un apuesto y joven Italiano. ¿Su nombre? No todos los saben. ¿Como lo llaman? El lobo. ¿Quieres adentrarme en el mundo de la se...