La familia Hargreeves aún seguía inquieta, pues el Quinto aún no hacia acto de presencia.
- Pogo...- este volteó a ver a Ben.- Estamos cansados. No encontramos ninguna pista de dónde se habrá ido Cinco, ¿Podemos descansar?.- bostezó.
- Iré a preguntarle a su padre.- se giró para ir en camino al despacho.
- Ese viejo, nos matará por no encontrar a su preferido.- bufó Diego.
- ¿Quieres callarte?. No ayudas, gracias.- escupió Luther.
Ya en el despacho, Pogo se adentró sin permiso al despacho de Reginald. Al verlo buscando algo en sus libros de aventuras y demás, decidió carraspear para llamar su atención, este lo miró por un momento pero después regresó su vista a sus libros.
Se veía tan desaliñado, temía por él, temía por los chicos, temía por el joven Cinco.
- Señor, será mejor que los niños duerman. Mañana será otro día y verá que el joven Cinco regresará cuando menos nos demos cuenta.- habló Pogo.- ¿Señor?...- llamó nuevamente al verlo distraído.
- Es que si yo hubiera hecho algo antes, escucharlo, comprenderlo, no se hubiera ido Pogo.- susurró con tristeza Reginald.- Pero el hubiera no existe y temo que no vuela con la familia.
- Nunca lo vi así señor, pero verá que esto quedará como un amargo recuerdo. Se lo prometo.- sonrió y salió a la sala donde se encontraban el resto de la academia.
- ¿Alguna noticia Pogo?.- preguntó el número Uno mientras se levantaba al igual que los demás.
- Nada nuevo joven Luther.- todos bajaron sus miradas preocupados.- Su padre seguirá al pendiente, por ahora sería todo, lo mejor será que descansen.- asintieron.
- Buenas noches.- se despidieron al unísono y empezaron a subir las escaleras para dirigirse a sus cuartos correspondientes.
- Fue mi culpa.- dijo el Cuarto a lo que todos se voltearon a verlo.
- ¿Que dijiste?.- preguntó Diego, el enojo y ambiente tenso hacía acto de presencia.
- Fue mi culpa, yo lo escuché, se los juro, se los iba a contar pero el me amenazó. Si yo hubiera...
- El hubiera no existe Klaus.- lo interrumpió el 'líder' Lo hecho hecho está. Solo hay que rezar para que nuestro hermano regrese.- comentó Luther y entró a su cuarto.
- Tu no tuviste la culpa Klaus. Cinco tomó su decisión y ahora queda esperar.- dijo Vanya.- Verás que todo será como antes.
- ¿Tu que sabes?. No estuviste ahí ¿O si?.- comentó con enojo número Dos.- Deja de hablar ordinaria.- escupió molesto.
- Tu tampoco, deja de comportarte así con Vanya.- defendió Allison, este sólo rodó los ojos y molesto se encerró en su habitación.
- Bueno, papá tendrá una solución a esto. Es un hombre inteligente al igual que Cinco, sabe cómo cuidarse. Buenas noches.- comentó Ben dejando un pequeño abrazo a Vanya para después entrar a su habitación.
- Buenas noches chicas.- Klaus se volteó para entrar a su habitación pero sus hermanas lo detuvieron dándole un abrazo reconfortante.
- No hagas caso a los malos comentarios. Nada de esto es tu culpa.- le susurró Allison.- Mucho menos al tratado de Diego...- miró a Vanya.- Quiero que ninguno de ustedes dos le hagan caso a las estupideces de Diego.- ambos asintieron.
- Tenlo por seguro. Te apoyamos hermano.- dijo igualmente Vanya.
- Gracias chicas, son unas maravillosas hermanas.- las abrazó.- Por eso las amo tanto.- admitió.
Sin duda una familia tan disfuncional como está es única.
Mientras tanto Reginald buscaba una manera de encontrar a uno de sus mejores, lo debía traer de vuelta a cualquier costo.
- Número Cinco Hargreeves. Costo: 6,000 dólares. Peso: 48 kilogramos. Nacionalidad: Italiano. Características físicas: Ojos entre verdes y azules, labios delgados rosados, lunares en la mejilla derecha, nariz mediana, pelo castaño corto, pestañas y cejas pequeñas. Características psicológicas: Impresionante inteligencia.- acabó de leer Reginald mientras se recostaba en el respaldo de su silla.
No había nada que lo ayudara. De repente el sonido de la puerta al ser tocada lo hizo sobresaltar a lo que rápidamente se acomodó.
- Adelante.- la puerta se abrió dejando ver cómo Grace entraba con una grande sonrisa, pero al ver a Reginald decaído como nunca, esta se le borró. Dejó la charola sobre la mesa y abrazó a su esposo de una manera tierna.
Era robot, si, pero los sentimientos aparecían de vez en cuando.
- No lo conseguiré, Grace. Cinco no volverá.- susurró rendido.
- Verás que volverá a nosotros. Eres inteligente, el te quiere y tú los quieres a ellos. Nunca dudó en tu capacidad como tú las de el.- comentó la rubia.- El encontrará el camino a casa y tú estás aquí para apoyarlo.
- ¿Y que pasa si no?.
- Aquí está tu familia, aquí estamos Reg. Nunca te abandonaremos.- lo levantó para poder abrazarlo.
- Gracias Grace.- esta asintió y cayó en brazos de hombre.
- Lo siento, con todo lo que ha pasado se me olvidó cargarte.- la levantó y la llevó hasta su habitación donde la sentó en una silla para conectarla.- Te haré caso, Grace. No me rendiré por mis hijos.
Salió dejando que cargara. En la sala estaba Pogo viendo la imagen donde estaba la familia por excepción de el, Grace y Vanya.
- Empezaré a hacer las cosas bien.- su mano derecha lo volteó a ver confundido.- No quiero que mis hijos no me tengan confianza. Fue por eso que en primer lugar Cinco se fue. Empezaré con la verdad, hablaré por Vanya. Llámala, los espero en el despacho.- se retiró sin dejar que hablara.
Pogo sonrió feliz por el gran avance de su amigo. Estaba dando un gran paso. Hablaría con Vanya sobre el gran secreto...Después de todo, la desaparición de Cinco sirvió de algo.
Todo cambiará...
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