𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟏

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–¿A qué esperas? Entremos.

De tanto estar embobada observando el inmenso castillo se me olvidó el motivo por el que estábamos aquí.

–Si, ya voy –empecé a caminar detrás de Candela por los inmensos pasillos castillo.

Al seguir vamos por unas escaleras donde siento un temblor.

No pude ser posible.

Las escaleras se están moviendo.

Me agarró instintivamente a la barra de la escalera mientras Candela seguía como si nada.Parece acostumbrada.

¿Habrá venido más veces?

Cuando la escalera se para sigo a Candela y vamos a un pequeño rincón donde hay un ave extendiendo las alas.

–Sube –dice Candela mientras de su mochila saca a su bebé.

Una vez ahí siento que se eleva y acabamos en una habitación.

Había estanterías por todas las paredes

Con dos escaleras a cada lado donde conducen a un balcóncito y abajo un escritorio donde en la mesa hay un viejo con el cabello blanco junto a una larga barba perreando con la canción del pollito Pío de fondo.

Al darse cuenta de que lo observábamos algo impactadas se para rígidamente y de baja del escritorio.

–Ya se porque estáis aquí...

–Callate un rato viejo porrero , necesitamos un contra hechizo para una poción de amor–contestó Candela con sequedad mientras soltaba a su hijo en el suelo.

–En ese caso...debéis viajar a nunca jamás para poder obtener lo que queréis

–¿Nunca jamás?–pregunté algo confundida.

–Si...segunda estrella a la derecha.

𝘿É𝙅𝘼𝙈𝙀 𝘿𝙀𝘾𝙇𝙄𝙉𝘼𝙍 𝙏𝙐 𝘾𝙊𝙍𝘼𝙕Ó𝙉 (𝙏𝙤𝙧𝙧𝙚𝙨 𝙮 𝙩ú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora