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# ♡ | first : kindly.


Agradeció cuando una pareja que frecuentaba el bar decidió retirarse poco después de su llegada con las fuerzas que ambos resguardaban luego de los tragos, dejando la mesa libre de hombres desagradables

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Agradeció cuando una pareja que frecuentaba el bar decidió retirarse poco después de su llegada con las fuerzas que ambos resguardaban luego de los tragos, dejando la mesa libre de hombres desagradables. A decir verdad, hoy en día era extraño que las personas fuesen en parejas, pues la mayoría acostumbraba a llegar en busca de una, o peor aún; en busca de un acompañante del cual harían uso una única noche. El tan famoso y renombrado sexo casual.

La sangre le hervía de sólo pensar en esas dos únicas palabras. Su ceño se había fruncido nuevamente y su lengua chasqueó detrás de sus blanquecinos dientes. Maldecía desde sus adentros la forma en la que los seres humanos habían perdido el deseo de encontrar un amor; un sentimiento que causara en ellos el anhelo de conservar algo eternamente.

Visualizó desinteresada al nuevo muchacho que se le había acercado esta vez, luego de haber hecho su pedido. Esta noche iba a permitirse beber como quisiese. Este hombre, a diferencia de los demás, se había presentado con todas las de la ley. Pero ni su voz formal y su tono educado, ni su traje costoso aquél que dejaba al descubierto una faceta de buen mozo y buena familia, y mucho menos aquella sonrisa que se cargaba en busca de engatusarla; absolutamente nada logró convencerle.

— Es usted muy bonita.— Ella sonrió sarcásticamente ante su tono coqueto con desbordante intención por encima de la música. Lo sabía de sobra, no necesitaba que ningún perro en celo tuviese que decírselo. Justo después de ello, uno de los trabajadores se acercó con las bebidas que la mujer había solicitado.— ¿Me permitiría el honor de acompañarla?— Él cuestionó en un segundo intento. No hubo respuesta alguna, más eso no le prohibió el optar por sentarse a su lado, rodeando lentamente la mesa de vidrio que cargaba con las bebidas de la fémina.

Ella guió una sus finas y delicadas manos de mujer a la copa cristalina frente a sus ojos, sin darle mucha importancia a su atrevimiento. Aún así, estaba más que claro que aquél joven no iba a darse por vencido con facilidad. Siguiendo sus pasos, sus grandes manos tomaron la bebida costosa que había elegido; sirviéndole con sumo cuidado.

Hancock abatió sus pestañas y se centró en el muchacho a su lado, quién yacía con una sonrisa indescriptible pintada sobre sus labios, una que consiguió revolverle el estómago de la rabia. El vidrio que adornaba el alcohol realizó un ruido casi inaudible al ser abandonado nuevamente sobre la mesa, mientras el ajeno se acercaba con confianza.

— La he estado viendo.— Sus palabras se escaparon de sus labios resecos en un susurro que golpeó suavemente el oído de la mayor, más ni siquiera se inmutó. La música aún continuaba de fondo, causando que el ajeno aprovechase aquello como excusa para mantener la cercanía.— He perdido la cuenta de los hombres que han intentado acercarse.

愛 transparent ━ luhan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora