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# ♡ | second : complaints.


Tosca, insípida y sin gracia

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Tosca, insípida y sin gracia.

Aquellas tres palabras azotaron sus oídos en el momento que aquél muchacho decidió utilizarlas para describirle, causando que sus labios se abrieran con asombro y desconcierto. Sus palabras ahogadas se vieron reflejadas en un balbuceo inaudito, con sus labios perdidos moviéndose en un fallido intento por responder, al mismo tiempo que su beso idealista se desmoronaba en pedazos.

El muchacho tampoco buscaba oírla, no quería escuchar más de la tediosa soberbia desbordante en cada una de sus palabras. Aunque debía de admitir que aprovechó el pequeño momento en el cuál la fémina se expuso ante el deseo, le había dado cierta seguridad. Aún así, no cedería. No cedió.

Después de escucharle, estaba seguro de que no era su tipo, en lo absoluto. Al contrario, luego de crudamente traerla a la realidad, se retiró sin decir una sola palabra, como si nada hubiese pasado realmente. Ni siquiera se tomó la molestia de despedirse o preguntar si le apetecía algo más; pues aquella había sido su intención desde un comienzo: hacer su trabajo, nada más. Tras el disgusto, simplemente se marchó con aquella sonrisa sarcástica sobre sus finos labios y extraña desilusión.

Boa se desmoronó sobre su asiento cuando lo perdió de vista al no poder decir nada al respecto; nada para contrarrestar sus palabras y nada para lograr que se quedase con ella. Cubrió exageradamente su rostro con una de sus manos y suspiró inconscientemente. No podía creerlo, tampoco podía aceptarlo. Tal rechazo hecho por un hombre cualquiera, en un lugar como ese, le resultaba increíblemente inaceptable. Sin embargo, no era estúpida. Quizás, existía una mínima posibilidad de que se hubiese pasado un poco con sus palabras.

"¿Y qué?" Pensó tras reflejarlo con su ceño fruncido, tomando enfurecida la copa frente a ella. No tenía que preocuparse por eso, después de todo, eran palabras brutas de un simple idiota cualquiera. Aquella sería la primera y última vez que lo veía. Por esta vez, decidió dejarlo pasar.



El ruido de la pequeña puerta del bar rechinó hasta dar con los oídos del joven barman atendiendo los pedidos de los empleados, causando que su mirada viajase momentáneamente al cuerpo de su compañero; quién había entrado al sector como hombre que lleva el mismísimo diablo dentro. La música se oía a lo lejos, por lo que no fue difícil percatarse de su presencia.

El pelinegro estampó la bandeja sobre la mesa más cercana cuando se encontró dentro, chasqueando su lengua con frustración. Seguido a ello, se dispuso a ayudar a su compañero con las bebidas. Debía de distraerse con algo para olvidar el último acontecimiento. De inmediato se acercó al mostrador, cuestionando su pedido a las personas que aún faltaban ser atendidas. El más alto esbozó una sonrisa inevitable cuando lo vió regresarse a su lado de la barra, tomando entre sus manos un par de botellas.

愛 transparent ━ luhan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora