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Brisa.


M

in  se removió de entre su cama e inconscientemente se posicionó en forma de ovillo debido a la fría brisa que se colaba por la ventana y la entrada de su habitación; se había quedado dormido en un profundo sueño, pero debido al incómodo frío, este fue despertando de poco a poco, hasta que por completo abrió sus ojos.

El silencio de la habitación era opacado por el soplido del viento, las ramas de los árboles moviéndose y el sonido del reloj colgado en la esquina de la habitación. Un reloj que había sido la primera posesión que compraron juntos, siempre lo miraba con melancolía, recordando lo felices que estaban porque ahora compartirían una vida plena.

Eran las dos y media de la mañana, con mucho pesar Yoongi se sentó al borde de la cama, se colocó sus pantuflas y fue directo a la cómoda donde se encontraba una jarra de cristal llena de agua, y no dudó en llenar un vaso, miró con pesar las estúpidas tabletas que estuvo tomando durante un tiempo después de estar yendo a terapia, cuya terapia la había dejado inconclusa.

Miró el pastillero completo y organizado, una variación de tabletas que iban desde los antidepresivos hasta una simple analgésico, se vio tentado a tomar un ansiolítico, para que lo ayudara a relajarse porque  lo necesitaba.

Dejó el vaso en la charola, miró la hora de nuevo, hasta que sintió la brisa fría una vez más colarse por sus piernas desnudas, caminó hasta la venta cerrándola, no recordaba si la había dejado cerrada o abierta, pero no le dio importancia; después fue hasta la puerta y fue en ese momento que algo llamó su atención.

La puerta de la habitación de enfrente estaba abierta y la ventana del pasillo también, haciendo que la ventisca alzará las delgadas cortinas en ondas.

Decidió ir a cerrar la puerta de la habitación y cuando está fue cerrada, la ventisca fue mucho más fuerte, las ramas golpeaban en la ventana de su habitación donde dormía, y de pronto esas ventanas se volvieron abrir.

Corriendo se acercó al ventanal del pasillo, tratando de cerrarla, pero quedó cautivado cuando miró la luna completamente resplandeciente, una luna llena y amarilla con destellos anaranjados a su alrededor y a su lado pequeñas estrellas salteadas.

Se encontraba sosteniendo ambas ventanillas para cerrarla, pero dejó de hacerlo para poder mirar esa espléndida y gran luna, se incoó arriba del pequeño asiento y al borde de la ventana recargó sus codos y así apoyar en sus palmas su mentón.

La brisa que era agresiva y fría. Pronto pasó a ser una brisa fresca y pacifica.

-Si tan solo pudieras verlo - dijo mirando la luna --. Voy a disfrutarla por un momento.

Después de un rato una nube le restó vista a la luna llena haciendo que el espectáculo acabara, con mucho pesar se alejó de la ventana, y cuando la iba a cerrar una parte de él prefirió dejarla abiertas sin importar la ventisca.

Regresando por el pasillo, los vientos regresaron y justo al entrar a su cuarto, notó que las ventanas estaba abiertas de nuevo, fue con la intención de de cerrarlas, cerrar su puerta e ir a dormir, pero el rechinido de la puerta de enfrente -a que era su antigua habitación junto a su pareja-, se escuchó de nuevo rechinar dejando ver una pequeña ranura.

Sin llegar ni a la mitad de la habitación, vio cerrarse la ventana y todo se volvió en silencio, sus pies retrocedieron casi inconsciente al mirar las apacibles cortinas; con ojos sorprendidos llegando al umbral de su cuarto volteó directo a la habitación de enfrente mirando a través de  la ranura.

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