El Harén de Astro: KONOSUBA

I. Bendita Sea esta Diosa Culona

A la esquina de una calle, una colegiala bonita iba cruzando. Venía un señor viejito manejando su tractor, que la vio y se detuvo amablemente.

Astro se quedó con los ojos entrecerrados.

—Esto... ¿Pero esto es muy normal, no? Se supone que era un mundo mágico y tal.

—¿Qué? — le respondió Aqua, sentada frente él en el vacío dimensional.

—¿EH? — Astro miró a su alrededor repetidamente. ¡El escenario había cambiado! ¿Qué tipo de transición fue esa? Joder, el equipo de producción tiene cero ganas de trabajar...

—Entiendo que estés confundido, humano. Pero tienes que aceptar la verdad. Has muerto.

Astro miro fijamente a Aqua por un segundo. Fue entonces que la reconoció y se iluminó como un bombillo el muy bestia. Inmediatamente disimuló.

—Ah... Sí, claro. Qué pena. Tenía muchas ganas de completar, eh... el Genshin Impact, sí. Ya casi tenía a la mami eléctrica.

Aqua fingió que sabía de qué coño Astro estaba hablando y continuó su explicación.

—¡Pues prepárate! En el mundo que cuido, necesitamos valientes aventureros para enfrentar al Rey Demonio. Mejor que el Jenshin Pinpan, ¿verdad?

Astro se cubrió la boca para no reírse.

—¡Ohh, sí, qué emocionante! — Astro fingió no saberse de memoria esta puta escena.

Estaba muy ocupado vacilando a Aqua. Ahorita cruzó las piernas, ¡y todos saben que Aqua no lleva panties! Usualmente se hubiera movido muy rápido para ver, pero...

¡Astro tenía el poder de ralentizar el tiempo, el Adrenal Instant! Bueno, realmente el tiempo no va mas lento, es él que reacciona más rápido, pero parece lo mismo...

—Windows + Shift + S... — Astro utilizó su sistema para tomar una captura de pantalla.

Man, qué bonito tenía el flan la Diosa del Agua. Astro se sintió sediento de repente. Pero entonces el tiempo regresó a su velocidad normal y Aqua continuó con la frase esa de hace seis párrafos porque esto fue algo así como un flashback.

—Así que, ¡ten! — con algo así como un bailecito bien anime y bien pomposo, la diosa monga regó la mitad de la baraja del Yugi en el piso del vacío interestelar.

—Joder, un Dragón de Ojos Azules. ?Y un +4? —ah, ¿porque creíste que era joda cuando dije que Aqua sacó un deck de Yu-Gi-Oh? Poca fé.

—Ah, perdón. Me equivoqué de baraja. — Aqua disimuló rápidamente y empezó a recoger las tarjetas con mucha menos gracia de cuando las tiró al piso.

—¿Podrías venir tú conmigo? — tras mirarla recoger por unos segundos, Astro habló con una voz cálida.

—¿Eh? — ella le respondió con un raspe de hielo — Ja, claro que no. ¿Qué tipo de locura es esa? Solo porque eres un poco más bonito que el isekai-ero promedio, no significa que...

—Andate a cagar, Aqua. Me toca jugar con la Play... Digo, hacer de diosa a mi.

Eris entró en la escena con unas alitas de luz en su espalda.

—¿Eris? No me jodas que planeaste esto adrede. ¿Tanto te estresa tener tetas falsas que quieres mandarme a mi a mis manzanas a ese mundo de mierda?

—¡No son falsas! — Eris tocó el suelo cubriéndose el pecho. Un círculo mágico empezó a aparecer debajo de Aqua pero ella estaba ocupada discutiendo.

—Hey, no te preocupes. Tetas son tetas, y eres muy bonita de todas formas.

Astro no dudó en meterse con Eris.

—Ah... Gracias, pero... ¡no son falsas!

—¡Lo son! — Aqua empezó a des-materializarse — ¡Ah, hija de puta! ¡Regresaré y te sacaré los rellenos! ¡Que lo sepas!

Astro empezó a desvsnecerse también.

—Bueno, voy a perseguir a esa diosa culona. Llámame, eh?

—Ah... ¿Supongo?

Aqua cayó sentada frente a una fuente y Astro reaccionó a tiempo para hacer un aterrizaje de superhéroe.

—¡Mi rodilla! Malditas películas, me mintieron.

—¿Por qué me hiciste esto? ¿Eris te mandó? ¡Soy una diosa! No soy una cosa que puedes pedir como un regalo que llevar a tu pelea con el Rey Demonio.

—Quiero pasar tiempo contigo.

Aqua casi se dejó convencer porque Astro lo dijo con una voz muy sincera. Pero empezó a lloriquear y a patalear.

—¡Pero qué te pasa! ¡Esto no es justo! ¡No quiero estar aquí!

Astro suspiró y agarró a Aqua de debajo de los brazos y aunque ella se resistió un poquito, la puso de pie. Mientras ella seguía llorando, le sacudió el polvo de la falda y le acarició el pelo un poquito.

—Venga, no llores. Te prometo que será divertido. No sabía que decir eso te haría venir contra tu voluntad. Quería invitarte a venir y escuchar tu respuesta.

Eso era mentira. Él había visto Konosuba.

—¿De verdad...? — Aqua dejó de llorar por un momentito.

No Aqua, no es verdad. No le creas, solo te quiere coger re duro.

—Sí... Perdóname. Pero te lo compensaré, ¿vale? Voy a cuidar muy bien de ti.

Aqua dudó un segundo, pero ante la sonrisa de Astro, pronto recuperó su confianza... y su apingante arrogancia.

—¡Ja, pues más te vale! Una diosa como yo ha de ser tratada con todos los lujos. Demandaré las comidas más finas, una mansión y un masaje todos los días...

Astro y Aqua empezaron a adentrarse en la villa inicial. Él sonrió con una pizca de nostalgia.

—La mansión no sé, ¿pero sabías que soy masajista profesional? Tengo licencia.

—¿De verdad? —Aqua se emocionó.

—Sip— Astro sonrió como un villano, ansioso por masajearle esas ricas nalgas.