Diario del judio en Auschwitz

3 de julio del año 1942 (Auschwitz, Polonia)

Mi nombre es Moshé ya es mi segundo día en el campo de concentración de Auschwitz, la vida aquí es muy difícil y dura. Dormimos en pequeñas habitaciones con muchas literas unas pegadas a las otras. La comida es muy escasa, en estos dos días que llevo, ya he visto morir a 2 compañeros de habitación de hambre.

Todo este campo de concentración está dirigido por las SS.

Este campo es muy grande, y solo al entrar, ya me llamo la atención la enorme chimenea que sobresalía.

4 de julio del año 1942

Otro día más intentando sobrevivir a este horror, ya llevo 3 días, y me levanto con pocas esperanzas de salir de aquí. Hoy ha habido un exterminio masivo en el campo. Han comenzado a seleccionar a gente y las llevaban a los puestos de fusilamiento, ha sido una desgracia, no paraban de sonar disparos y gritos de temor, han asesinado a la mitad de la gente que dormía en mi barracón en una tarde. Me considero un afortunado.

5 de julio del año 1942

Hoy después del exterminio de ayer, han comenzado a transportar todos los cuerpos de las personas en carros hacia unos incineradores recién construidos, ha estado toda la mañana saliendo humo desde la enorme chimenea que se ve desde la ventana de mi barracón. A la tarde ha llegado un tren cargado de nuevos internos, judíos sobre todo, después de esto me ha comenzado a entrar miedo porque seguramente se estaban preparando para otro exterminio masivo.

De repente, mientras se llenaba el barracón con nuevos internos, he reconocido a alguien muy apreciado, era Athalia, una compañera de trabajo antes de que el horror de los nazis llegara a este país.

6 de julio de 1942

Después del reencuentro con Athalia, me fui a dormir, y hoy hemos comenzado hablar en el patio y nos hemos contado como ella había llegado aquí. Resulta que ella fue fugitiva de los nazis, pero al final le capturaron en una granja a las afueras de Berlín y la trajeron hasta aquí.

Pero... de repente, suena un disparo desde la torre del director de este campo, y al instante, veo a Athalia en el suelo con un balazo en la cabeza, en ese instante todo el cuerpo se me paralizó, todavía no me quito esta imagen de la cabeza. Luego me giré y vi a el director subido en su torre con un fusil de francotirador en la mano. En ese instante, me pregunté qué necesidad hay de matar a alguien así, gratuitamente.

7 de julio de 1943

Después del día de ayer, no he podido dormir después de ver eso.

Nos acaban de decir que nos vamos a duchar, menos mal, después de tantos días sin ducharme.