ENTONCES... ¿¿¡¡QUIÉN ES QUIÉN!!?? PAUSADA

ENTONCES... ¡¡¿¿QUIÉN ES QUIÉN??!! 33 A PUNTO DE LLEGAR PARTE FINAL

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-Sí... Un sueño -le dije.

-No... que yo recuerde no.

-¿Nada con relación a una ventana o... con Yuuri?

- Hmm... No.

Todo se sintió tan real. Me he quedado pensando mucho, estoy seguro que fue un sueño, pero ¿Por qué habré soñado algo así? Es muy extraño. Miro hacia arriba y veo que el lugar es muy distinto al que vi. En ese lugar, todo estaba tan viejo y se podía notar como si las paredes estuvieran húmedas y negras, aquí no lo es, todo parece ser más bien tan seco que hasta hay polvo, hay una puerta con una ventanilla envés de una reja. Una razón muy simple y clara para pensar que fue sólo un sueño, aun así me parece aun más extraño que Mitsuki no haya soñado lo mismo que yo, siendo que es mi doble. Tal vez, no llegan hasta ahí nuestras similitudes.

De pronto, escucho pasos que se acercan torpes pero rápido. Me levanto de golpe. De inmediato regreso la mirada a Mituski.

- Creo que algo se acerca.

- Oh... -esbozó con preocupación.

- ¡¿Quién está ahí?! -grité desde mi lugar. Una corriente repasó todo mi cuerpo, pude sentir como mis labios empezaron a temblar también. Escuché un chillido detrás mío. Era Mitsuki. Este chico empezó a temblar y me hace sentir lo mismo a mí. Esto en serio es demasiado incómodo. Él, estaba literalmente pegado al rincón de la pared-. Oye, ya basta, cálmate un poco, estás haciéndome sentir como un cobarde. -le susurré entre dientes.

- E-Es que ya he visto algo como esto en las películas de secuestro. La víctima luego de que su secuestrador lo encarcela, regresa, y lo llena de torturas, o también te obliga a que le des lo que desea.

¿Película? ¿Qué rayos es una película?

- Sólo quédate allí, no hagas nada, yo me encargo.

Los pasos se oyen aún más cerca, así que me pongo alerta.

Se oyen unos cuantos golpes en la manivela de la puerta, acto seguido, se abre y deja al descubierto a un hombre de apariencia un tanto raro. Apenas lo puedo ver, he estado en la oscuridad por mucho tiempo, así que, la luz de la antorcha que trae me hace dar un paso atrás y cerrar levemente mis ojos. El hombre es bajo, parece que tiene una joroba, pero no, carga una especie de equipaje; lleva también un sombrero que parece ser de tela, y su ropaje se mira muy vieja, incluso tiene agujeros.

- Veo que ya están despiertos. -dijo burlesco.

- ¿Quién eres? ¿Qué es lo quieres de nosotros? -pregunté sin más.

- Oh, vaya, en verdad eres muy valiente al preguntar eso.

- Sólo te advierto, que si intentas hacer algo, te arrepentirás, no sabes con quién estás tratando.

- De hecho, lo sé perfectamente, joven Wolfram.

Eso me puso nervioso ¿Cómo sabe mi nombre?

- ¿Quién eres?

- No he venido a responder ninguna pregunta.

El enano ese, insolente, tira a mis pies lo que es el equipaje.

- Mi gran amo, desea que se pongan las ropas que están dentro de esa funda.

- Yo no obedezco órdenes que no sean de mi rey.

- Eso no me incumbe. Hazlo.

- ¡He dicho que no!

El hombre por fin me deja ver bien sus ojos.