Cambio En El Tiempo

Capitulo 3

towa se negaba a dejar morir a todos los aldeanos, no podía dejarlos, así como si nada. Moroha por su parte tenía los mismos pensamientos que towa, aunque ella no haya convivido con humanos lo veía muy injusto verlos morir y sin que ellas hagan al respecto. 

Setsuna estaba siendo racional, sabía que sonaba cruel dejar morir a personas inocentes pero el futuro podría ser afectado y no quería eso, podría afectar muchas cosas como claro ejemplo su nacimiento. 

Los demonios cada vez más se acercaban y eran una gran cantidad, los exterminadores que habían quedado solo les quedaba proteger y no huir. 

cuando los yokais arrasaron con la puerta principal de la aldea varios exterminadores como aldeanos comenzaron a proteger su hogar. 

towa no aguanto más y sacó su espada, y mató a uno de los demonios que se acercaban más a la aldea, moroha siguió a su prima y con su espada comenzó a destruir uno por uno, al ser hanyos su poder era mayor y ellos eran yokais de categorías muy bajas para ellas. 

Setsuna solo se mordió el labio inferior y se acordó en como los exterminadores la ayudaron, así que ella también comenzó a derrotarlos. 

 al terminar con todos los yokais, los aldeanos se sintieron aliviados por la ayuda de esas niñas, y más aún la fuerza que tenían. ellas recibieron muchos agradecimientos, pero moroha decidió crear un campo sin que nadie se diera cuenta pues hasta ahora era muy peligroso que alguien se dé cuenta de sus poderes sólo habían mostrado fuerza y agilidad. 

Con su trabajo listo se fue con las demás. 

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fuera de la aldea de los exterminadores un forastero con piel de mandril frunció el ceño al notar energía espiritual en aquella aldea y más aún que está no fue destruida como la tenía planeado. 

no haría nada por ahora, debía avisar que el plan fue un fracaso. 

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en el palacio del terrateniente todos los exterminadores yacían muertos a excepción de una, no podía creer que su hermano haya matado a todos sus compañeros, estaba incrédula y más grande el dolor al saber que el murió. 

El terrateniente al ver todo lo sucedido, dio la orden de que sanarán a la exterminadora, la necesitaba para su plan, sus compañeros muertos y más ahora que su aldea destruida sería perfecta para la venganza y la usaría para que matara a Inuyasha. 

Los curanderos hicieron caso a la orden de su señor y comenzaron a curarla, pero no pudieron evitar sentir lástima al saber lo sucedido. 

con sus heridas ya cubiertas y con algunos ungüentos, la dejaron descansar en una habitación. 

El terrateniente dio la orden de enterrar a todos y fue directamente a su habitación, sabía que su sirviente ya estaba aquí y le tenía noticias. 

- veo que la aldea no fue destruida - dijo al fusionarse con su otra parte. - ¿un campo de fuerza?, consiguieron a alguien sagrado, debe tener un gran poder -murmuró - me arruinó los planes, tengo un nuevo enemigo en la mira -sonrió con malicia y envío un par de insectos venenosos a vigilar esa aldea. 

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al llegar el amanecer aquel hanyo, modificó los recuerdos de aquella jovencita con un pedazo del fragmento de la perla, en los cuales le mostró que era Inuyasha el que había matado a todos los que ella quería. 

-despertaste - habló al ver que ella se removía incomoda. 

-pero ¿qué ha sucedido? - preguntó extrañada. - ¿qué hago acá?, ¿dónde están los demás? - esto último lo dijo alarmada. 

-por lo que veo no recuerdas nada, lamento decirte que un ser de cabello patinado y de ropas rojas arremetió contra todos y con suerte pudimos salvarte a ti- contó. 

La exterminadora comenzó a recordar pequeños flashes de lo ocurrido* hermana!!* recordó aquel llamado y luego vio como algo atravesaba su pecho, apretó sus puños con fuerza y una gran sed de venganza se llenaba en su corazón, quería matarlo. 

El terrateniente salió y con ello apareció su "sirviente". 

-pudiste averiguar algo - 

-si mi señor, ese ser abominable es un hanyo llamado Inuyasha, y ahora se dirige a la aldea de los exterminadores para acabar con todos - respondió. 

Eso fue más que suficiente para la exterminadora para que todas sus heridas le dejaran de doler, se visitó rápidamente, no dejaría que en su aldea muriera nadie, mataría al tal Inuyasha. Lista con su ropa y su hiraikotsu en la mano se retiró sin antes agradecer por los cuidados. 

En la habitación del terrateniente veía feliz su cometido, y se dedicó a matar a todos los sirvientes de ese palacio ya no les servía para nada, al sentir el odio y el miedo absorbió todo y sonrió, pronto crearía nuevos sirvientes. 

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A una gran distancia de la aldea de los exterminadores inuyasha, kagome, miroku y shippo iban caminando y preguntarse aún sobre esa persona que mataba a los demonios y también recolectan los fragmentos de la perla. 

En esos días kagome aún seguía molesta con Inuyasha por lo que había sucedido, pero no era sobre que casi le roban todas sus almas eso ya se lo había perdonado días atrás y después conocieron a miroku un monje pervertido que tenía una maldición que era de sus antecesores por aquel ser maligno de naraku. 

si ahora sabía perfectamente cómo se llamaba ese ser tan desagradable y también en cómo engaño a Inuyasha a kikyo para que se matasen entre sí. Pero volviendo al tema hace dos días cuando volvió del pozo camine rumbo a la aldea, pero no espere que kikyo me atrapara con sus serpientes caza almas, y lo peor es cuando intenta asesinarme, pero no pudo. Y lo peor es que Inuyasha no dijo nada, ignoro el tema. 

Después de eso no hablamos más hasta que nos enfrentamos a su hermano sesshomaru que casi me mata por segunda vez, y aunque me haya salvado sigo molesta con él, después de eso nos enteramos que había alguien que acababa con los demonios y obtenía algunos fragmentos de la perla. 

pero de la nada kagome se detiene abruptamente, al sentir un fragmento de la perla, pero este mostraba energía maligna. 

- que sucede kagome, sabes que no podemos perder el tiempo - dijo Inuyasha fastidiado. 

-un fragmento de la perla…viene de allá-señalo a la dirección contraria. 

-HIRAIKOTSU - se escuchó un grito. 

el cual también traía una gran ráfaga de viento, el cual fue difícilmente esquivado por todos.