Capítulo 3. Que empiece el show

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(holii, me cuelo por aquí un momento para decirte que puedes escuchar la canción antes de leer el capítulo o si lo prefieres puedes empezar a reproducirla durante la lectura para meterte más en el "ambiente" cuando veas esto: 🔺️🔺️🔺️. disfruta de la lectura, ya me callo).

BIANCA

Llego al club a las once, aparco y antes de entrar me detengo a observar la fachada del edificio. El cartel luminoso de la fachada me recuerda lo mucho que luché para lograr todo esto.

Cuando me mudé de Madrid a Barcelona no tenía prácticamente nada, empecé a trabajar en un club de mala muerte donde conocí a Katy, nos entendimos perfectamente y decidimos que esa no era la vida que queríamos para nosotras, unos meses después decidimos abrir el Red Paradiso.

Al principio lo pasamos bastante mal... digamos que no está muy bien visto que un club de striptease esté en el centro de la ciudad, en una de las calles más concurridas, pero poco a poco la gente fue viendo nuestra manera de trabajar y ahora nos va muy bien.

Entro al edificio, que aún está cerrado, y lo primero que noto es el alboroto que hay en la sala principal. Frunzo el ceño.

—¡Menos mal que ya llegó, jefa! Esto es un desmadre —dice Joao plantándose frente a mi con la mitad del traje de bombero puesto.

Lo miro sin entender qué narices está pasando.

—¿A qué viene tanto alboroto? —pregunto confundida.

Él suspira y busca a su alrededor.

—Hable con Katy, nos dijo que hoy vienen personas muy importantes y todo el mundo enloqueció de la nada, yo no sabía quiénes eran esas personas, pero parece que todos las conocen así que también enloquecí —dice alterado y se va corriendo.

Busco a Katy por toda la sala hasta que la veo en la ventana del piso de arriba ablando por teléfono un tanto exasperada.

Antes de subir a ver qué le pasa dejo mis cosas en nuestro despacho.

—¿Qué está pasando? —pregunto cuando llego a su lado.

Se gira a verme y cuelga el teléfono cabreada.

—Esto es un desastre —dice entre dientes.

Enarco una ceja.

—¿Tú crees? —pregunto con ironía viendo cómo la gente de abajo se mueve de un lado al otro sin ningún tipo de orden.

Gruñe.

—No uses ese tono conmigo Bianca —Me apunta con el dedo—. Y menos cuando llevas casi un mes sin aparecer por aquí —refunfuña.

Ruedo los ojos.

—He estado ocupada —me excuso—.¿Y bien, a qué se debe tanto revuelo? —pregunto cambiando de tema.

Suspira.

—Angelico Dobrev —dice sin más.

La miro sorprendida.

—¿El multimillonario búlgaro? —pregunto.

Asiente.

—Ha reservado la sala Aqua para él y nueve personas más, con show exclusivo —me explica.

Me encojo de hombros.

—¿Y qué problema hay? —pregunto aún sin entender todo este jaleo.

Gruñe frustrada.

—El problema es que viene un multimillonario, muy posiblemente acompañado de otros multimillonarios la misma noche que viene la increíble directora de cine Melissa Brown y el elenco de su última película a la sala Fuego—dice nerviosa.

Lo que esconden mis tacones #ONC2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora