Capítulo 4. Tutéame

19 4 6
                                    

BIANCA

Me despierto enredada entre las sábanas y con unas ganas enormes de mear. Me levanto lo más rápido que puedo sin calcular la distancia entre la cama y el suelo.

—Mierda —gruño desde el suelo después del tortazo que acabo de pegarme.

Corro hacia el baño y cuando termino de hacer mis necesidades me lavo la cara y me miro al espejo.

Suspiro al ver las ojeras debajo de mis ojos y me doy por vencida.

Vuelvo a mi habitación arrastrando los pies por el suelo. Mis ganas de vivir ahora mismo están bajo mínimos. Hacía tiempo que no bailaba tanto como anoche y una ya no es la que era antes... miro la hora en el teléfono.

—Mierda —murmuro saliendo a toda prisa de mi cuarto hacia el salón.

Cuando llego a la puerta veo a Eva en el sofá con Lía durmiendo entre sus brazos.

—Lo siento —susurro acercándome a ella.

Niega con la cabeza.

—No seas estúpida, me encanta pasar tiempo con ella —dice restándole importancia al asunto.

Suspiro.

—Ya pero no es justo que dejes de hacer cosas que a ti te gustan por estar cuidando de mi hija —la miro con culpa.

—No empieces Bianca —me reprocha—. Estoy aquí porque quiero, porque eres mi mejor amiga y porque que trabajas mucho para darle a tu hija todo lo que necesite y quiera. Me encanta formar parte de esta pequeña familia y no cambiaría el estar aquí por nada en el mundo —dice apuntándome con el dedo.

Sonrío.

—Eres una de las pocas personas que de verdad ha valido la pena tener en mi vida —digo agradeciendo sus palabras.

—Anda, siéntate y cuéntame cómo fue ayer —dice subiendo y bajando sus cejas con picardía.

Me río y hago lo que me pide.

—Pues fue bien, muy bien en realidad... Hasta que Marcos Román se presentó allí y me reconoció —le digo haciendo una mueca.

—¿Quién? —pregunta confundida.

Suspiro dejando caer mi cabeza sobre el respaldo del sofá.

—Marcos Román, mi nuevo cliente del bufete, jefe de Pandora Cybersecurity Systems y hombre que me follé hace dos años —murmuro como si diciéndolo en voz baja fuese menos real.

La cara de Eva se transforma en una mezcla de asombro, burla y preocupación que me irrita demasiado.

—Vaya, me parece que tienes un problema amiga —dice sin salir del asombro.

—No me digas —gruño—. Cuando salí del club me pidió que fuese a su despacho mañana por la mañana —le digo.

Ella sube las cejas sorprendida y una sonrisa pícara decora su rostro.

—Una de dos, o te despide por stripper o te pide un show privado —se burla.

Le pego en el brazo.

—Idiota, no me ayudas —me quejo.

Se encoje de hombros.

—Sabes que esas son las únicas opciones ahora mismo —insiste en el tema.

Suspiro y no digo nada más.

—¿Sabes algo más de tu madre? —pregunta al cabo de un rato.

Niego.

—Que va, Valentina no creo que vuelva a decirme nada más después de lo de ayer. Y no he escuchado la voz del resto de mis hermanos en cinco años, dudo que se molesten en hablarme ahora —le digo—. No sé cómo pude crecer en esa familia —le confieso.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 18, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Lo que esconden mis tacones #ONC2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora