; único

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Cuando una persona ama, es capaz de darlo todo y aguantar todos los tormentos que vengan sin importar nada, por el simple hecho de que amar es algo fuerte y que no se rompe fácilmente. Sin embargo, suele confundirse con la costumbre, la rutina y el miedo a sentirse solo. En el caso de Imaushi, su relación gritaba costumbre por todos lados, pero él no lo quería admitir.

Pensaba que todo estaba bien, y minimizaba gritos y platos rotos a un simple "todas las parejas pelean, estamos bien, ya casi se va al trabajo". Aguantaba todo tipo de humillaciones, tanto en las cuatro paredes de su habitación como frente a todos sus amigos, bromas de muy mal gusto por parte de su pareja y de las cuales a veces se reía, todo para evitar una discusión al llegar a ese horrible lugar al que llamaba su casa, y con quien vivía un tormento a cada minuto.

La gente con el tiempo se cansa, se aburre, se harta y se va, pero el de mechones morados no sabía cómo seguía ahí, ¿qué le impedía armar sus maletas e irse lejos de allí? nada, solo estar aferrado a los buenos momentos al inicio de una relación como cualquier otra. Relación en la que poco a poco, los te amo que le eran susurrados al oído con pasión y cariño, lentamente se convertían en un púdrete, me tienes harto, debería conseguir a alguien mejor que tú. Lo que el de amargas palabras no sabía es que quien tenía a alguien mejor, era el contrario.

- Deberías dejar esa relación de mierda en la que estás, Imaushi, por dios. Eres joven y bastante guapo, tienes a hombres y mujeres haciendo fila, ¿qué sucede contigo? -dijo su mejor amigo, Benkei, quien estaba seguro que era el psicólogo personal del más bajito a estas alturas.

- Y es lo que quiero, Benkei, pero me da miedo irme de la nada y me haga la vida imposible, no es tan sencillo.

- Silencio, maricón, lo que tienes es miedo de lo que pueda llegar a hacerte, porque cuerdo cuerdo la verdad no está. -dió un largo sorbo a la lata de cerveza que se encontraba en su mano derecha y la apretó para luego dejarla sobre la mesa.- ¿Sabes lo que te hace falta? Salir y divertirte, él hace lo mismo todos los días y estoy seguro que sabes que en más de una ocasión amaneció con otra persona.

- ¿Gracias?, sabes, creo que en lugar de motivarme me haces sentir peor, que buen amigo eres. -bufó un poco molesto, no por las palabras del moreno, sino porque tenía razón.

- Uh uh, no te estoy haciendo sentir mal, es la verdad y no, señorito, yo simplemente lo estoy ayudando, ese pendejo no tiene un diamante en la punta, te estás tardando. -Wakasa se limitó a mirarlo con el ceño fruncido.- Por cierto, hoy habrá una fiesta en casa de Shinichiro, ¿qué dices, me acompañas?

- ¿Fiesta? ¿Cuál es la ocasión? -preguntó bastante interesado, sacándose su característico palito de la boca.

- Diversión, Wakasa, solo quiere una junta con los amigos, ¿irás? -El de mechones pareció pensarlo, pero tal vez solo necesitaba despejarse y salir como dijo el más alto hace unos minutos atrás. Aceptó luego de darle un par de vueltas a su cabeza y luego de eso, un par de pequeñas conversaciones más y una despedida por su parte.

Llegó a su infier- casa, rezando para que el idiota que tenía por pareja no estuviera y al parecer Dios ese día decidió escucharlo, pues la casa estaba sola. Subió a su habitación y se dió una ducha bastante larga, salió del baño aún con la toalla en su cintura y pequeñas gotas cayendo de su cabello y bajando por su espalda y pecho, oh, preciosa imagen que su novio había decidido ignorar por puro gusto. Se miró al espejo y Benkei tenía razón, los años no se le notaban siquiera un poco y no tenía nada que envidiar a los demás, tenía lo suyo, tal vez sí era su problema estar con alguien que no se lo recuerde todos los días, tal vez sí era su problema no tener la valentía de decir "terminamos".

you right ★̲ shinwaka Donde viven las historias. Descúbrelo ahora