If I could fly - Mick Schumacher

Capítulo 28

He vuelto, voy a ir poco a poco porque la verdad estoy hasta arriba. Siento haber tardado tantiiiiisiiiimoooo pero se me ha hecho imposible. Pero hoy quería y me apetecía escribir, además es el cumpleaños de Mick y eso en parte me ha motivado.

De verdad espero que os guste este nuevo capítulo, dadle me gusta si es así y comentad lo que os haya gustado y lo que no 😉 Y muchísimas gracias por el apoyo que dais a esta historia  día tras días a pesar de la inactividad ☺️☺️

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No era difícil el estar en una casa con los chicos, pero si con gente que no te daba muy buenas vibras, es cierto que Helmut y Christian siempre han estado del lado de mi hermano, pero no me gusta que sean igual de exigentes con los nuevos, el año pasado con Gasly, encima en una de las peores semanas de su vida, y esperemos que a Alex no le pasa lo mismo este año.

Max: ¿Vas ya al circuito?
Els: No, si es que voy creo que iré más tarde, Alex J hoy hace las entrevistas, suerte en la rueda de prensa- dije sonriendo y subiendo los pulgares.
Max: Entones nos vemos para ir al restaurante- respondió dándome un beso en la frente.

Hoy quería estar sola, y es lo que hice, apartarme del mundo que me rodea desde que tengo uso de razón y pensar.
Pensar en que tal vez esta no era la vida que desee de pequeña, pero se le parece mucho ¿no? Al final tiene que ver con el mundo del motor, sin mi pilotando, pero conmigo entrevistando; de pequeña también tenia un pequeño flechazo con Mick cosa que ahora me atormenta por las noches y me nubla la mente cuando pregunto por mi futuro con Cal, se que él es el chico de mis sueños, pero ¿es lo que necesito para evolucionar? Ya no lo sé, si me hubieras preguntado hace un mes sin pensarlo te diría que si, y ahora mi mundo se ha puesto patas arriba por otro Schumacher, esta vez el pequeño de ellos.

Nunca había estado con nadie, Cal fue mi primer todo y siempre será mi gran amor, pase lo que pase siempre estará conmigo, porque con él he pasado por algunos de los mejores y peores momentos de mi vida. Marcus nos junto e hizo bien, creo que no dudo en que era lo que necesitábamos cada uno en ese momento.

Y ahí estaba yo, en el patio de la casita sentada en el suelo con las piernas recogidas entre mis brazos y con una sonrisa tonta en mi cara, ¿qué me habrá hecho este hombre? La respuesta era sencilla, darme el valor para volver a sonreír, soñar y tener ganas de vivir el día a día, por eso me enamoré de él y por eso desde el primer día hasta el día de hoy le estaré agradecida.

Marcus también es mi angelito caído del cielo, bueno más bien mi hada madrina, él es mi compañero de fechorías, de llantos, de risas, de confesiones y de sentimientos, porqué el me supo ayudar cuando ni yo quería que nadie me ayudara cuando el sentimiento de culpa y soledad me golpeaba día y noche. Por que desde el primer día que nos conocimos allá por 2016 se convirtió en mi Armie.

Después de mi loca cabeza pasando por el baúl de los recuerdos decidí que debería empezar a hacer algo productivo y decidí salir a correr con Shasta que llevaba ya un rato mirándome con ganas de hacer algo.
Por el camino iba a mi bola y Shasta me seguía, esta vez no me iba a arriesgar a perderme asi que me quedé por la zona, no muy lejos, pero las cosas del destino querían que llegase a parar a este preciso lugar.

El Karting.

Cuando me di cuenta de donde estaba mi sonrisa se convirtió en la de Daniel y creo que igual de difícil de quitar. Decidí entrar y pregunté si podía dar algunas vueltas, el hombre me atendió de una manera muy amable y me dio el kart con el número, el número que me vio rodar por primera vez, el 14.
En cuanto me subí al kart el pequeño peluche que tengo como mascota ladró moviendo el rabo, mientras que el dueño del karting se quedaba con el empecé las vueltas. El tiempo se me pasó rápido como solía ser.