1- intercambio

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_Mackenzie- dijo el profesor llamándome la atención- sería mejor que atendiera la clase en vez de hacer eso.

El profesor se acercó a mí y miró fijamente el avión de papel que tenía en mis manos, lo cogió e hizo una bola de mi perfecto avión que fue directo a la papelera. Fruncí el ceño y me dediqué a mirar como Riley no paraba de escribir todo lo que el profesor explicaba, sin duda mi amiga era la única que se concentraba en atender esa aburrida clase de historia.

_¿No te cansas nunca?- le pregunté mirando los tres folios que acababa de escribir en unos escasos minutos. Ella negó con la cabeza y sacó de su estuche un subrayador rosa para marcar el titulo.

_Pues yo me canso de verte- suspiré y escuche como reía a mi lado.

Miré por la ventana que casualmente tenía al lado, miré los pájaros libres, las mañanas que disfrutaban y yo malgastaba aquí a dentro perdiendo el tiempo.

_Mack, Mack- escuché que susurraban a mis espaldas, y al girarme rompí el silencio e interrumpí al amargado profesor Evanson consiguiendo por mis carcajadas que todos nos miraran.

Mi amigo Bryson estaba tapándose la boca con ambas manos intentando no reírse mientras miraba a su compañero Hunter dormido con la cara aplastada en la mesa y los brazos repartidos por todo el pequeño espacio, todo un espectáculo.

Pero alguien frenó mis risas antes de que el profesor lo hiciera a gritos. Un chico alto y con el cabello castaño y despeinado llamó a la puerta consiguiendo también despertar a mi hermano. Si, Hunter Christopher Debison era mi hermano.

El profesor abrió la puerta y dejó pasar al chico que yo supuse que sería nuevo en la ciudad.

_Chicos, este es Eiden- dijo el profesor a toda la clase mientras le daba palmaditas en la espalda del chico- el chico de intercambio.

_Esta muy bueno- susurró mi amiga golpeando mi brazo.

Yo miré al chico en el momento en el que noté que él me miraba sin descaro alguno, nuestras miradas se chocaban pero en ningún momento llegó a ser incomodo. Intenté mantenerme lo más seria que he podido estar en mi vida, pero el profesor le interrumpió al notar que me miraba en mi dirección.

_Cuéntanos un poco de ti- dijo el profesor animándole a hablar.

_Me llamo Eiden Wanshington Collins- odio el término mariposas en el estomago, pero al oír ese apellido mi interior se llenó de energía y una enorme sonrisa adornaba mi rostro- tengo diecisiete años pero voy un curso atrás.

_¿De donde vienes?- preguntó con una sonrisa estúpida Sarah Stevens la creída de la clase, del instituto entero mejor dicho.

_De Londres.

Una punzada me atravesó por completo, no era por amor ni nada parecido. Sino por que no merece llamarse así.

Mis nervios no tardaron en aparecer y consiguieron que golpeara la mesa con mis puños, me levantara de mi silla y gritara llena de furia.

_¡No tienes derecho a tener ese apellido!- le señalé y él me miró despreocupado alzando una ceja.

_No creo que pueda cambiarlo- dijo el inglés consiguiendo hacer reír a toda la clase, menos a una persona, menos a Mackenzie Debison.

_¿Te crees gracioso, imbécil?- dije yo caminando cabreada hacia él.

_Si dejaras de insultar igual podíamos mantener una conversación normal- dijo él mirándome desafiante. El profesor parecía divertirse con nuestra pelea.

_Deja tus palabras cursis, igual de donde vienes hablan así, pero esto es América chaval... así que vete acostumbrando a los gritos y empujones porque aquí no somos tan educados como para tomar té- la clase grito eufórica y orgullosa de nuestra América mientras escuchaba a mis amigos gritar:

_Ameerica, Ameerica- tatareaba Bryson.

_Esa es mi hermanita- me gritó Hunter levantándose, pero se volvió a sentar en cuanto el profesor le señaló enfadado.

_¿Y ellos qué?- preguntó enfadado como un niño pequeño cruzándose de brazos.

_Ellos ya están castigados- dijo el profesor mirándonos- sin recreo.

"Ooouch" se escucho a la clase decir en susurros.

_¡No, profesor! ¡Con él no!- miré a Eiden que estaba apoyado en la pared mirándome con una sonrisa burlona.

El timbre de fin de clase sonó.

Y el recreo comenzó.

Welcome to AmericaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora