La noche de la fiesta había llegado y ya me encontraba esperando a los hermanos que tardaron poco en llegar.
Ash bajó del coche mirándome fijamente para llevar sus manos a mi falda intentando bajarla.
- ¿No es un poco corta? Digo, al mínimo movimiento se te va a ver todo y no parece cómoda - dijo nervioso.
- ¿No será que te pongo nervioso? - dije acercándome a sus labios.
- ¿Qué? No, no - intentó excusarse.
- ¿Seguro? -.
Su respiración se volvió pesada y eso me hizo sonreír, me gustaba el efecto que causaba en él.
- Anda, vamos - me burlé.
Fez iba conduciendo por lo que yo me metí en los asientos traseros dejando a Ashy de copiloto.
- Si algo pasa, búscanos - dijo Fezzy mirándome por el retrovisor.
Asentí y cuando llegamos a la fiesta me separé de ambos no sin antes darle un beso al menor.
- ¡Hola perra! - apareció Mads abrazándome.
- Hola Maddy - le sonreí mientras le devolvía la muestra de afecto.
- ¡Ivy! - apareció también Cassie de forma sonriente.
Falsa...
- Hola Cass - saludé.
- ¿Bailamos? - propuso mi hermana mayor.
Le cogí la mano y fuimos a donde estaba toda la gente bailando para unirnos a ellos.
- ¡Eso es, perra! - animó la mayor.
De pronto sentí a alguien a mis espaldas bailándome pegado o más bien, rozando su bulto en mi trasero. Me giré parando de bailar.
- Que corra el aire - le dije.
Él hizo caso omiso mientras me acercaba más a él agarrándome de la cintura.
- Suéltame - me quejé.
En menos de un segundo apareció Ash y de un empujón lo separó.
- ¿No la has escuchado o qué? - le gritó de mal humor.
La música no paró pero la gente sí, todo el mundo observaba la escena.
- ¿Se viste así y aún encima quiere que no me pegue a ella? Si va gritando por atención masculina... - se rio en individuo.
No alcancé a seguir escuchando ya que me fui corriendo, lo que sí sabía era que Ash se había tirado hacia el chico para darle su merecido.
Entre lágrimas y los tacones en la mano llegué a casa deseando que fuera otro día.
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SEMPITERNO (Ashtray II)
FanfictionDespués de casi un año, Ashtray decidió volver junto a Fez pero yo ya no era la misma tonta que antes caía en sus encantos. Al poco de ellos irse, la familia Jacobs decidió acusar a mi padre sin ellos tener pruebas. Pero, al ser los dueños de prácti...