Marian
Presioné pacientemente el timbre del departamento de Carlos. Los nervios me carcomían, y mi estómago se revolvía con cada segundo que pasaba.
De pronto, la puerta se abrió y él apareció frente a mí. Su presencia me paralizó por un momento. Su olor, ese embriagador aroma que siempre lo acompañaba, llegó hasta mis fosas nasales. Quería saltar hacia él, abrazarlo, perderme en su fragancia, su calidez. Todo en mí pedía estar cerca de él, como una necesidad irrefrenable.
— La cena está lista.
Escuché una voz femenina a unos metros. Era de una chica.Todo en mi interior se revolvió. Quería girar y salir de ahí, huir de la situación, de ese mal presentimiento que se apoderaba de mí.
— Adelante, Marian.
Carlos me invitó a entrar con una sonrisa cálida, pero mi mente ya no podía dejar de imaginar lo peor.
Me adentré en el lujoso departamento, reteniendo las lágrimas. La casa estaba impecable, tan elegante como siempre. Pero, a pesar de la belleza de todo, me sentía como una intrusa.
— Gracias por la cena, Kari. —dijo Carlos mientras una chica rubia salía del departamento.
— Karina me ayuda a mantener en orden mi hogar. —agregó, viéndome con una media sonrisa.Karina. Esa chica rubia, de ojos color café oscuro, alta, con un cuerpo voluptuoso. Parecía modelo. La imagen de su figura perfecta me hizo sentir incómoda, insegura.
— Conozco perfectamente tus expresiones, sé lo que piensas. —Carlos me miró, acomodando mis rebeldes mechones. — Tranquila, solo nos hemos convertido en buenos amigos.
Fingí que no me importaba, asentí sin decir una palabra.
— No deberías darme explicaciones. —respondí, tratando de parecer indiferente.
— Somos mejores amigos, siempre nos hemos contado todo. —dijo él, como si olvidara por completo que un día fuimos pareja, que compartimos mucho más que amistad.
— ¿Cómo has estado emocionalmente? —le pregunté, preocupada por saber si aún estaba mal.
— Estoy en un proceso, mejorando poco a poco. Me siento mejor conmigo mismo y con las personas que amo. —dijo, tomándome de la mano con ternura. — Cada día voy recogiendo un pedacito de mí.
Mi rostro reflejó una alegría inmensa al escucharlo hablar así. Mi corazón se alivió al saber que, al menos, él estaba sanando.
— Me alegra mucho escuchar eso, Carlos. —respondí acariciando su cabello con suavidad.
— No estuvimos juntos, pero siempre te sentí cerca, junto a mí. —hizo una pausa, mirándome profundamente. — Todo lo bonito me recuerda a ti.
Suspiré, llevando un bocadillo a mi boca. Sus palabras solo me confundían más, me hacían dudar.
— Siempre estuve junto a ti. —dije, sonriendo.
...
Reímos por horas. Carlos nunca mencionó nuestra relación pasada. Parecía evitar el tema, como si no existiera. Esa evasión me empezaba a desesperar.
— Marian, quiero hablar seriamente contigo.
Mi corazón latió más rápido. Asentí, instándole a seguir. Quería entender, quería respuestas.
— Nuestra relación fue hermosa. —dijo, con un tono serio, como si estuviera recordando algo lejano.
Eso me golpeó. Dios mío...
— Y quiero que lo siga siendo.
Mi mente estalló. ¿Qué quería decirme? ¿Estaba por decirme algo importante?
— Créeme, yo también quiero eso. —respondí, tratando de controlar mi ansiedad. — Solo contigo tengo una conexión increíble.
— Nacimos para estar juntos. —completó, mirando mis ojos como si estuviera seguro de sus palabras.
Todo en mí se desmoronó. Estaba a punto de llorar.
— Quiero que nuestra relación sea como antes. —continuó, sin darse cuenta de lo que sus palabras provocaban en mí. — Quiero que volvamos.
Sentí que mi cuerpo se tensaba, pero me resistí. Mi mente no podía procesarlo. ¿Volver? ¿A qué se refería exactamente?
— Lo quiero, Carlos. Yo también quiero estar contigo. —dije, aunque una parte de mí dudaba.
— Quiero que seamos mejores amigos, quiero empezar desde cero.
¿Qué? ¿Amigos? ¿Era en serio? ¿Eso era lo que quería decirme?
— No te entiendo. —respondí, sintiéndome perdida, confundida.
— Quiero que seamos los mismos chicos adolescentes que eran mejores amigos y se amaban. Quiero empezar de nuevo.
¿Qué clase de declaración era esa? ¿Volver a empezar, pero como amigos?
— Claro, eso es lindo. —murmuré, aunque no entendía nada. No podía articular palabra alguna. Mi mente estaba atrapada en un caos de emociones contradictorias.
— ¿Estás bien? Te noto algo seria. —me preguntó, preocupado.
— Son alucinaciones tuyas, estoy perfectamente bien. —respondí, tratando de mantener la compostura.
...
— La pasé bien a tu lado, Marecito. —Carlos dijo, usando el apodo que siempre me decía.
No pude evitar sonreír con la mención de ese nombre, ese apodo que llevaba años sin escuchar. Me hizo reír, pero también me rompió un poco por dentro.
— Yo también, Carlingas. —respondí, mordiendo mi mejilla para no reír demasiado.
— Sabes que odio ese apodo. —dijo, riendo también.
...
— Me tengo que ir, Carlos. Me hizo muy feliz saber que estás bien. Nos vemos pronto.
— Nos vemos. —dijo, y me dio un largo beso en la mejilla.
Me giré para alejarme del departamento. Mis pasos eran lentos, como si quisiera quedarme más tiempo, pero sabía que tenía que irme. No entendía nada. Nunca entendería a los hombres.
![](https://img.wattpad.com/cover/293910799-288-k395982.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Creo en ti - Carlos Acevedo
Fanfiction"Eres mi tempestad y mi paz. Si tú estás conmigo, todo se calma." "Prometo amarte ahora y siempre, en todas tus versiones y en todas tus etapas." [6/12/21] comienzo