Capítulo 12

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*Al día siguiente...*

Me despierto con el sonido de mi teléfono retumbando mis tímpanos dejo salir un bostezo y quitó la alarma, al fin me pude despertar temprano 7:05 am, me levantó de la cama y me adentró al pequeño baño de mi habitación, me desago de la pijama y entró a la ducha, puedo sentir las pequeñas gotas de agua por todo mi cuerpo haciendo que todos mis sentidos se relaje por unos momentos, me limpio en las partes íntimas y me quitó el champú, y es ahí cuando recuerdo todo lo que pasó en la noche. Aquel beso que hizo que me perdiera por completo, aquel chico con su mirada intimidante y cambios de humor tan dastricos, aquellos labios tan suaves como un algodón y su piel pálida que hace que sus ojos resalten, el abdomen definido por completo. Sin notarlo tengo mis dedos en mis labios con los ojos cerrados, quitó cualquier pensamiento y cierro el agua. Me visto con una camisa blanca y un pantalón color negro, salgo de la habitación con mi bolso en mi hombro y cuando llegó a la sala del departamento me encuentro a mi madre sentada en el mueble con Jackson al lado conversando tranquilamente mientras que mi Padre se encontraba al frente de ellos.

-¡Papi! - digo al llegar a la sala, el se levanta automáticamente y me envuelve con sus brazos mientras que yo tengo mis piernas alrededor de su cintura.

-¡Hija! Te extrañe tanto mi pequeña - dice mi padre mientras colocó mis pies al suelo nuevamente - tú madre esta mas insoportable que nunca... - Me lo dice en un susurró

-¡Ariana ya es tarde, ya deberías estar en el instituto! - me regaña ella sin ni siquiera dar los buenos días.

- Ya lo noté - le digo en un susurró a mi padre.

-Buenos días Madre, también te quiero.

- ¡No me contestes! - ruedo los ojos y le doy un beso en la mejilla a mi padre y a Jackson. -Adiós- digo abriendo la puerta del departamento.

-¿Ariana no piensas despedirte de mí? - Pregunta mi madre la veo sobre mi hombro y puedo notar que una de su cejas esta levantada.

-Adiós Madre. - dije cerrando la puerta detrás de mí, lo hacía a propósito.

Ella siempre a querido tener una hija a la perfección y con ésto quiero decir, obedecer a todas sus ordenes sin importar mi opinión al respecto. Y lamentablemente Dios le trajo todo lo contrario, salgo del edificio y me adentró al auto dejando mi bolso al lado, después de conducir quince minutos hacia el instituto llegó finalmente y me estacionó en uno de los puestos de al frente de la grandes puertas del instituto, me bajo del auto con mi bolso en mi hombro le pasó seguro al auto y me dedicó a caminar.

Puedo observar como la gente de mí alrededor se me queda viendo como si fuera de otro mundo o la chica más linda del Instituto, no se si puedo acostumbrarme a ésto,simplemente no me gusta que me vean. Me adentró a las grandes puertas del Instituto y pude notar que todos los que estaban ahí adentró me observaban con determinación y susurraban a la ves ¿Por qué todos se me quedan viendo? ¿Tan importante soy? Decido no tomar le importancia y caminó nuevamente, al llegar a mi casillero lo abro y sacó los libros necesarios y cuadernos.

-¡Ariana! - me sobresalto al escuchar mi nombre.

-¿Qué pasa? ¿Y por qué gritas? -la miro con el ceño fruncido y está tiene un sonrisa plasmada en el rostro como si estuviera viendo una fuente de chocolate.

-¡¿No te has enterado?!

-¿De qué? - cierro el casillero ya con el bolso en mi hombro.

- Vamos al baño y te cuento todo. - ruedo los ojos y ella me agarra de la mano llevándome al pasillo en dónde se encuentran los baños, después de estar adentró me suelta y ella se asegura de que nadie esté adentro.

Sorpresas ocultas [ Editando ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora