Por culpa de la policía metropolitana || Detective Conan (Reescribiendo)

Cap 3: Osaka

PERDÓN POR LA DEMORA, pero aquí tienen el capítulo por el que lloraban u.u

~Narrador 3ª persona~

Como Heiji había predicho, al día siguiente todos los que visitaron preguntaron el por qué de la máscara de oxígeno de Conan, obligando al chico a relatar los acontecimientos de aquella madrugada.

Mucha fuerza y valor hizo falta para retener a una encabronada Ran de matar al tipo que le había hecho eso a su querido Conan-kun.

En la tarde dieron el visto bueno para que le quitaran a Conan la máscara de oxígeno y pudiera comer por cuenta propia alimentos suaves, como puré, papilla, potages , sopas, etc, pero nada solido aún.

Entre los visitantes también estuvieron varios miembros del cuerpo depolicía que se habían pasado en sus momentos de descanso para ver cómo estaba el niño y llevarle algún regalo a modo de disculpa por no haber sido lo suficientemente buenos como para evitar que pasara por aquello. Conan trató de rechazar los diciendo que no hacía falta, pero ellos insistieron y juraron mejorar para que no se repita y prometieron cobrar venganza con Miyazaki, quien ya había sido apalizado por todos los de la policía y la agencia de detectives y le negaron el acceso a un médico. (Los policías cuyos nombres no se especifican ni en el anime ni en esta historia, son todos ustedes, queridos lectores, por lo que pueden comentar qué clase de castigo le han aplicado a Miyazaki en este párrafo u.u👉)

Cuando Takagi y Sato estaban de visita, Conan recordó algo que Takagi había dicho el día anterior.

-Takagi-keiji, ¿qué quiso decir ayer cuando dijo "el tipo no fanfarroneaba?- la curiosiidad terminó por ganar y tuvo que preguntarlo.

-Ahora que lo dices, también me dio curiosidad.- se añadió Heiji.

-Ah, eso, pues es que, durante la persecución el día que te raptaron, el desgraciado nos dijo nuestras verdades a todos los involucrados, aunque nunca lo admitiré fuera de esta sala.- respondió el hombre sin remordimiento alguno ante el insulto hacia Miyazaki.

-¿Sus verdades?- tenía que saberlo, la curiosidad era demasiado.

Ambos agentes comenzaron a decirles a ambos chicos lo que Miyazaki les había dicho en aquel momento.

-Nunca lo admitiremos fuera de este cuadrado, ¿ok?- culminó Sato. -Si quieren la grabación la tenemos en comisaría.-

-¿El que un criminal les dijo sus verdades o el echo de que un niño de 7 años es mejor que el cuerpo de la policía metropolitana?- tuvo que preguntar Heiji.

-Pásenme la grabación al móvil, necesito esa mina de oro.- añadió Conan.

-La primera.- no dudó Takagi. -Puede que sea un criminal, pero me caga que haya sido un criminal, pero eso q¡no quita que lo que haya dicho sea más cierto que decir que Japón existe. Lo que me recuerda, Conan-kun, ¿sabías que te habían estado siguiendo?- Recordó Takagi, llamando la atención de los otros dos. -Y la tendrás si no hoy, mañana a primera hora.-

-Espera, ¿te estaban siguiendo?- Dijo Heiji, quien recién se enteraba.

-Sí, lo sabía.- respodió el niño. -Y gracias por adelantado.-

-¿Por qué no lo dijeste?- empezó a exaltarse Sato.

-A la semana de descubrirlo me llegó una carta de amenaza. Si se lo decía a alguien, haría detonar una supuesta bomba que había puesto en la agencia. También la detonaría si la buscaba. Intenté dar pistas de lo que me estaba sucediendo, pero parece que todos son demasiado densos como para derse cuenta.- confesó Conan.

-¿Qué clase de pistas?- preguntó la mujer.

-El día de la bomba en la torre Toto llevé una cámara a la oficina de los oficiales y dije que me la habían pedido. Nadie me la había pedido, la llevé tratando de decir "me están vigilando", en el ascensor, cuando estábamos Takagi y yo a solas, le mencioné que quería proteger a alguien muy importante para mí, refiriéndome a la bomba de la oficina, ya que sabía que, en ese momento sin saber las letras que iban a aparecer para confirmarme mis sospechas, que tenía el mismo porcentage de probabilidades que la bomba final estuviera allí. Varias ocasiones más utilicé estrategias parecidas para dar pistas, pero todos son demasiado densos como para entenderlo. Dios, si solo hubieran preguntado quién había pedido la cámara se hubieran dado cuenta de que algo fallaba.- relató Conan, haciendo que todos se dieran de ostias mentales hasta que les dolió fisicamente.