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Habían pasado 5 años, en ese tiempo Kenji tuvo muchas complicaciones para cuidar a los tres bebes, uno de los problemas que enfrento fue el tema de que los Rengokus tenían una gran energía y Kyojuro no fue una excepción, el era muy energético, tanto que en los primeros años tuvo que pelear para poder cambiarle los pañales para su suerte Giyu y Yuu eran muy tranquilos y amables, también tenían energía pero no tanta como Kyojuro para andar corriendo como locos.

Otro problemas fue ocultarlos de su familia, su familia siempre lo visitaba, pero no para pasar tiempo juntos, sino para que considere volver a los cazadores, eso le enfurecía ya que su familia nunca pensó en la seguridad de los demás, solo en seguir la tradición de matar demonios y no quería que sus "hijos" se conviertan en maquinas para matar demonios y que tengan que forzar una sonrisa como su hermano Sátojo, aunque eso cambiaba gracias a esos tres pequeños.

Y por ultimo el dinero, el trabajo de cazador sin duda podía darle mucho dinero, peor el problema es que el dejaría solo a los pequeños y podría morir y no quería eso, además que si moría su familia iría por sus cosas y encontrarían a los tres.

Esas fueron las complicaciones que tuvo para cuidar a sus tres hijos, pero ahora mismo estaba entrenando a sus tres hijos, pero no para ser cazadores, sino para que se defiendan de los demonios ya que no podía confiar en su familia para que los proteja y no podía pedirle a su hermano lo mismo ya que el era una persona ocupada.

Y en cuanto a que pensaba de como avanzaban, pues tenia que decir que estaba impresionado, todavía no le había enseñado ninguna respiración a sus hijos ya que primero tenia que enseñarles a como manejar la espada junto a ejercicios físicos que le ayuden a mejorar su estado en fuerza y resistencia y el tema de respirar calmadamente para que cuando llegue la hora puedan aprender sus respiraciones.

Pero volviendo a lo de antes, estaba sorprendido, esos tres niños tenían un gran talento para la espada, Kyojuro cometía errores en su defensa, pero en ataque era muy fuerte y veloz, no podía decir al nivel de un cazador, pero para un niño si era un gran avance.

En cuanto a Giyu se impresiono al ver lo calculador que era, Giyu era calmado, y en los entrenamientos a pesar de su edad tenia una actitud seria que demostraba que se concentraba, su defensa era muy buena al igual que ataque y siempre en los entrenamientos daba cortes precisos a los muñecos de prueba.

Y por ultimo Yuu, ella era un caso perdido en la espada, siempre parecía incomoda con el tema al agarrar el mango diciendo que se sentía con poca movilidad, a Kenji le ponía triste ver a Yuu llorar por el hecho que no podía hacer bien la cosas, pero se sorprendió al ver que ella creo un tipo de propio estilo de pelea, no era uno normal ya que agarro la espada de madera por la parte de la punta y el mango lo usaba como el filo, y vio como se movía girando la espada y parecía una danza en la cual su defensa era muy buena y el ataque era a gran distancia.

Sin duda esos niños eran prodigios en el arte de la pelea con espada y Yuu era experta en la pelea con lanza, un arte que ningún cazador uso antes para pelear, sin duda esos niños se podrían ayudar entre si y defenderse juntos, y eso que tenían 5 años de edad y empezaron a entrenar a los 3 años.

Pero ese día paso algo que jamas espero, el entrenamiento de esos niños había terminado y les dejo un descanso, y los niños volvieron a sus actitudes divertidas, siendo que corrían por la casa jugando y Kenji solo descansaba, sin duda cada día tenia menos energías, mientras que los tres niños corrían.

Kyojuro: Giyu-ni, Yuu-nee que hacemos ahora – dijo sonriendo el niño energético.

Yuu: No se, hoy no tengo muchas ganas de jugar, el entrenamiento me dejo agotada – dijo la niña tranquilamente.

hermanos de diferentea aparienciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora