0.

323 26 1
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


— Eres tú... De nuevo — susurró bajo, siendo apenas audible para la albina que la observaba fijamente con su mirada cansada.

¿Acaso esperabas encontrar a otra persona? — Hina negó rápidamente jugando con sus dedos tras su espalda— Sigues teniendo los mismo hábitos — habló para si misma notando la acción nerviosa de la menor.

— ¿Qué? — la risa de la platinada le hizo ruborizarse y fruncir sus labios con molestia— Conoces quien soy pero yo no sé ni siquiera que eres... — murmuró desviando la mirada, Senju afirmó recostando su cabeza entre sus rodillas.

Ya te lo dije, si lo sabés luego mueres ¿Quieres eso cariño? — Hina apretó los labios para luego soltar un gran suspiro.

— No... — Senju volvió afirmar levantándose de la piedra y caminó hasta la menor a paso lento, al estar frente a ella estiró su mano derecha y le acaricio la mejilla a la vez que acercaba su rostro observando fijamente sus ojos.

Igual lo harás ¿Por qué no adelantar los sucesos? — susurró cerca de sus labios con una sonrisa perversa, Hina tragó saliva y negó de nuevo recibiendo como respuesta una gran carcajada — Contigo es más complicado y a la vez fácil hacerlo, joder — volvió a hablar para si misma viendo con pesar a la pelirroja.

Ladeó su rostro volviendo a detallarla, sus ojos, sus pestañas, sus cejas, su nariz e inclusive las pecas en sus mejillas... Todo era cómo lo recordaba.

¿Alguna vez dejarás de buscarme? — susurró con una sonrisa en labios, no era cómo las anteriores, está, de alguna forma le traía recuerdos borrosos a Hina.

— Es inevitable — los zafiros cansados de nuevo la miraron fijamente con ilusión.

Senju pasó su mano por detrás del cuello de la menor y luego estampó sus labios contra los esponjosos de la pelirroja, con desesperó movió sus labios y chupo los contrarios sin importarle que la otra apenas le correspondiera.

— Mmgh — se separó al instante  — Espera —

No me busques — besó su frente entrecerrando los ojos, el calor del cuerpo de la menor le traía viejas memorias enterradas, soltó su agarre y se giró para empezar a caminar hacia el bosque buscando de nuevo aquella soledad que durante años la acompaño.

— Pero... Tú eres la que lo hace —

 Tú eres la que lo hace —

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Encontré este borrador y... Pq no subirlo? :D

Aquí vamos de nuevo, yeeeh

CAMPAMENTO [SenHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora