Verdadero y Auténtico Amor.

CAPÍTULO Nº1 COMIENZA EL VIAJE

I.

Como toda historia tiene un principio y un fin, pues entonces comencemos nuestro relato... todo empezó en el año 2014 del mes de Enero, en Córdoba, Argentina.

Aylén era una chica como cualquier otra, ella era tímida, no muy buena en la escuela pero hacia lo que podía y era muy aplicada; en cuanto a su aspecto físico era muy linda, de tés blanca, sus pómulos tenían un color rosado natural, pero cuando tenía vergüenza o cuando estaba nerviosa se ponían rojos como un tomate, tenía además una larga cabellera de color dorado y sus ojos eran marrones intensos, ella no era muy alta, más bien poseía una estatura promedio al de las chicas de su edad, le gustaba comer mucho, pero sin embargo era delgada; en el mes de diciembre había cumplido recientemente sus 18 años.

En un día cualquiera, para ser exactos el 16 de Enero; Aylén se encontraba en su cuarto escuchando música y viendo en su computadora las carreras que se dictaban en Córdoba, y en ese momento solo pensaba en su futuro, estaba preocupada por no saber la carrera que debía elegir. De repente un sonido interrumpió sus pensamientos, era su celular, y atendió:

-Hola Aylén ¿Cómo estás?-dijo una voz que le parecía conocida.

-Hola, yo estoy bien, Melany, ¿Y vos como estas?-respondió.

-Bien, bien-contestó-¿Estas ocupada o podes hablar?-

-No, no estoy ocupada, en realidad estaba pensando mucho en mi futuro, todavía no se qué carrera seguir-

-Sí, la verdad es que es muy difícil elegir algo que vas a hacer por el resto que te vida, pero bueno por lo menos yo ya me decidí, igual todavía te falta un año para averiguar carreras, analizar bien si te gusta o no, y concretar con cual te vas a quedar-contestó alegremente Melany.

-Sí, es verdad-respondió Aylén un poco más animada-que bueno vos ya tenés todo planeado-

-Sí, la verdad que sí, pero te quería hablar de una idea que se me ocurrió para festejar nuestros 18 años-

-¡Cierto, no había pensado en eso!-dijo Aylén- ¿Y contame que se te ocurrió?-

-¿Qué te parece...ir a un crucero?-

-¡Es una fantástica idea!-respondió muy alegre y emocionada, ya que siempre había imaginado como seria viajar en un gran barco-siempre quise ir a un crucero, debe ser hermoso-

-Sí, es una gran idea ¿no?-contestó Melany- se me ocurrió cuando estaba en una página de internet y junto vi la propagando de un crucero, entré a la agencia de viajes, averigüé y la verdad es que es una promoción muy buena, seguro la vamos a pasar muy bien, lo mejor es que iríamos primero a Buenos Aires en avión y después a la costa y nos subiríamos al crucero; ¡Amiga estoy re emocionada!, espero que te dejen ir-

-Si eso espero, pero...decime cuento sale y también quienes son los que van definitivamente-

-Ok, yo le iba a preguntar a Daniela y a algunos chicos más, pero hay que ver si los dejan-

-Bueno vos después avísame bien y vemos si se puede concretar este viaje, espero que se pueda-dijo Aylén muy entusiasmada.

-Sí lo mismo digo, bueno después te llamo y confirmamos todo-contestó Melany-chau amiga, cuídate-

-Chau, nos vemos Melany-

Aylén se quedó reflexionando sobre esta nueva aventura e imaginaba como seria todo y como se divertiría con sus amigas...

Melany era una de sus mejores amigas, ella era muy inteligente y divertida y estaba enamorada de la vida, era muy dulce y daba excelentes consejos; era morocha y muy linda, tenía el pelo lacio y negro que caía sobre sus hombros y tenía ojos marrones.

Aylén estaba comentando a sus padres y preguntando si podría ir con sus amigas al crucero. Sus padres no querían que vaya sola, pero al final accedieron y la dejaron ir, aunque no estaban muy convencidos pero igual habían comprendido que su hija ya había crecido y que ya no era una niña.

Enseguida sonó el teléfono y Aylén contestó, era su amiga Melany que le informó que el 20 de Enero por la mañana zarparían en el crucero, harían varias escalas hasta llegar a Miami y después regresarían a Argentina. Además mencionó a todos los que iban a ir: Daniela, Juan y Martin.

Daniela era muy amiga de Aylén, tenía el cabello de color castallo y también era linda, muy divertida e inteligente; era novia de Martín, el cual era morocho con ojos claros y tenía un muy buen sentido del humor. Y Juan, quien era un compañero de escuela de Aylén, él era rubio de ojos marrones y al parecer bien parecido, también era gracioso, y él estaba enamorado profundamente de Melany, pero todavía no se animaba a confesárselo.

II.

Al día siguiente Aylén y sus amigas fueron a comprar todo lo necesario para su largo viaje y se divirtieron mucho en el centro de la ciudad, probándose y comprando ropa, accesorios, maquillaje, bolsos y elementos de higiene que les faltaba, estaban muy ansiosas por todo lo que iba a pasar...

El día anterior, antes de tomar el avión, las chicas fueron a la casa de Aylén, porque les quedaba mucho más cerca del aeropuerto y además se irían, de esta manera, todas juntas por la mañana, pero casi no durmieron por la emoción, estuvieron mucho tiempo hablando y expresando sus sensaciones y también estuvieron observando las fotos del crucero que se encontraban en internet: vieron sus salones, camarotes y piscinas ¡este barco sí que era enorme! Al despertarse se dieron cuenta que ya era muy tarde, se vistieron y peinaron lo más rápido que pudieron y llegaron justo a tiempo para tomar el avión que las conduciría a la ciudad capital de la provincia de Buenos Aires: La Plata.

En el aeropuerto se encontraron con Juan y Martín, quienes les recriminaron:

-¿Por qué llegaron tan tarde? Faltan unos minutos para que despegue-

Ellas respondieron:

- Lo que pasa es que anoche, no dormimos casi nada, y por eso se nos hiso re tarde, lo sentimos-

-Bueno chicas... ¿Qué esperamos? ¡Vámonos ya!-dijo Juan.

-¡Vámonos!-repitió Melany.

Todos se apuraron y llegaron justo a tiempo para tomar el avión, que ya había realizado el último llamado para que abordaran todos los pasajeros. Cuando ya habían entrado les pidieron los pasajes y las azafatas los ubicaron en sus asientos, las chicas estaban en las asientos de tres, y los chicos también, pero detrás de ellas. Aylén como fue la primera en sentarse le tocó la ventanilla, y desde allí pudo ver paisajes hermosos en un plano muy amplio, pero a la vez diminuto, aunque luego se comenzó a sentir algo cansada, de repente sus parpados le pesaban y sin darse cuenta se quedó dormida junto con sus dos compañeras de viaje. De repente Juan quiso, preguntar algo:

-Chicas, ahora si pueden explicarnos, porque no durmieron...-cuando terminó de hablar se dio cuenta de que las tres estaban profundamente dormidas, entonces decidió dejarlas dormir, y buscó la compañía de un libro que estaba leyendo.

Por otro lado, Martín había decido enchufar sus auriculares al aparato que se encontraba en el techo de su asiento y escuchar algo de música, para matar el tiempo.

Llegaron a Buenos Aires al mediodía, luego de bajar del avión y de recoger sus maletas, decidieron tomar un colectivo. En la trayectoria pasaron por algunos monumentos y decidieron realizar algunas paradas antes de llegar a su destino para sacarse algunas fotos de recuerdo, ya que tenían algunos minutos de sobra. Cuando por fin arribaron comenzaron a observar el gran Río de la Plata, ese rio era tan imponente y basto que parecía que no tenia fin y cuyas aguas se encontraban agitas por los vientos que no cesaban y formaban grandes olas, luego de descender del autobús encontraron al frente de su parada a este magnífico barco blanco con algunos detalles en color azul marino, y cuyo nombre (Maximus II) también se encontraba dibujado en su costado de ese mismo color. Con respecta a la estructura era de una gran monstruosidad, comparado con un barco común, ya que contaba con ocho pisos y poseía 92409 toneladas, donde podían caber 3223 personas más la tripulación de 1014. Además el crucero disponía de bares, piscinas, teatro, spa, gimnasio, show nocturno, parque acuático, actividad deportiva y pista de hielo. En su parte exterior se hallaba una escalera, que les permitía el ascenso al barco, por donde se veía una gran cantidad de gente subiendo a él, y es por donde ellos debían ingresar luego.