19 Capítulo

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*Noa Miller*

Entre al ascensor para subir, ya que a Maya la habían subido de piso, tenia unos sándwich y un jugo de manzana, con algo de yogur y gelatina, estaba algo mejor solo que no había podido descansar muy bien, son las 9:30 y esta lloviendo afuera del hospital. La electricidad falla en todo el hospital, el ascensor se para dejándome en medio piso.

- Maravilloso, lo que faltaba.- meto mis manos en el bolsillo de mi jeans para buscar mi celular y llamar a la madre de Maya.

Fuera de servicio, ¡Dios mío es enserio! Llega la electricidad.

- Menos mal, ya pensaba que esto duraría rato.- empieza a subir el ascensor y para en un piso, suben dos chicas y se colocan a mi lado, yo me voy hacia un lado,se cierran las puertas y sigue subiendo hasta llegar al piso donde me dirigía, al abrir las puertas del ascensor, vi me fije que allí no había electricidad volteo a ver a las chicas que tenia a mi lado, y estaban encadenadas.

- Que mierda esta pasando.- voy hacia esas chicas dejando a un lado la comida de Maya, para quitar sus cadenas.

- Noa!!! Ayúdame!!!.- Escucho la voz de Maya a lo lejos, volteo rápidamente y no lo pensé dos veces, busque rápidamente un objeto de metal para desatar a esas chicas, encontré en una vitrina un ácha, le di con mi brazo a la vitrina donde se encontraba para poder romper y obtenerlo, al lograrlo voy hacia esas chicas y con todas mis fuerzas le di a las cadenas hasta reventar el metal, las deje y tome la comida del suelo. Caminaba por el pasillo y escuchaba un Sollozo, debía ser Maya, seguí caminando y mis tenis pisando los vidrios que estaban en el piso, y la sangre que había allí, vi el numero de la habitación donde ella debería estar Habitación N°23. Entre y se escuchaba el crujir de los vidrios rotos, mis manos secas en la madera del ácha, mi respiración algo acelerada, y al escuchar un sollozo me fijo a ver que era ella, estaba encadenada en una silla con un trapo en su boca tapando y dificultando su respiración, ella en su intento de hablar solo me decía una cosa.

-Me hubieras dejado morir.- Yo me acerco a ella, arrodillandome para calmarla, tome y empecé a golpear las cadenas...

Y en uno de Esos golpes, siento que me pegaron en la cabeza.

Bam!!!

Desperté!

Dios!! Estaba en el Mesón de mi cocina, me levante asustando, toque mi cabeza, mi cara, mis manos, todo. Estaba bien, solo fue un sueño, estaba muy cansado, me fijo de la hora y eran las 9:30 igual que en mis sueños, solo que estaba en la realidad donde no ocurría nada, tome mi celular y llame a la madre de Maya que ya iba a en camino con algo de comer para ellas, el taxi me esperaba afuera tome la comida, dándole un beso a mamá para despedirme, y salgo para subirme al taxi, estaba lloviendo afuera.

La señorita Costa me envío muchos mensajes, que estaban alistando todo, la verdad no creo estar a tiempo, Maya es mi prioridad ahora, iba en el taxi, intentando no pensar tanto, pero era complicado, intente llamar a Abel, pero no contestaba, tenia tantas ganas de ir a buscarla, de que quizás era mentira todo lo que me dijo, ¡Porfavor Noa! Ya quítate eso del cerebro, esa chica te lo dijo en tu cara de que nunca sintió nada.

- ¡Joven ya llegamos!. - Me dice el conductor, reacciono y salgo de mis pensamientos.- Ok señor, disculpe.- bajo del taxi, camino hacia el piso donde se encontraba Maya.

-Toc Toc.- digo tocando la puerta.- Pasa idiota, me trajiste gelatina.- Me hace una sonrisa enorme mostrando sus dientes.- claro que sí, tonta.- Le digo.

Voy caminando a ella, y me siento en una banca a su lado y voy sacando su bianda, ella saca el sándwich y empieza a comer como si no hubiera comido en semanas.

¡sin advertencia! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora