Capítulo 2

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Carter

No sé qué demonios hacer, todoslos días memiran esperando que recuerde algo, pero sinceramente me es imposible. Algo hace que me resulte sumamente doloroso intentarlo.

Melisa, la enfermera que me atendió en el hospital y que me llevó a su casa, me ha insistido en ir a una estación de policía, me asegura que pueden decirme quien soy por mis huellas dactilares, pero… ¿Y si soy un indocumentado? Ya sé que hablo español perfectamente, esa podría ser una posibilidad, aunque Melisa me asegura que el inglés parece ser mi idioma natal, prefiero no arriesgarme. En algún momento recuperaré mis recuerdos. Lo único que sé, y no porque lo recuerde, sino porque me lo contaron, es sobre la noche en que perdí la memoria, Melisa y su hermano Leonardo me sacaron de un auto justo después de una colisión y segundos después, este estalló. Había otro hombre en el asiento del conductor, pero no tuvieron oportunidad de ayudarlo. Cuando intentaron averiguar sobre mi identidad no hallaron información alguna sobre el accidente, como si nunca hubiese sucedido.

     Carter, ese es el nombre que me han dado, fue el nombre que usó Mel en el hospital, no estoy seguro de que me guste, pero a falta de otro, me parece que ese estará bien hasta que recuerde el mío. Era el nombre del padre de ambos y después de todo lo que han hecho por mí, que utilicen ese nombre conmigo me honra. Son dos personas maravillosas y me parece que toda la vida voy recordar el que me hayan salvado.

-¿Crees que en ese lugar donde trabajas puedan contratarme? -Leonardo es mesero en un club de Manhattan.

-¿Trabajo? -Frunce los labios. -No tienes documentos, Carter. -Me recuerda.

Suspiro. -Lo sé, ya había pensado en ello. Es solo que… No me siento bien estando aquí sin hacer nada mientras soy una carga para Mel y para ti, ya llevo varios días aquí…

-No eres una carga. -Me interrumpe.

-Me siento así. -Me sincero. -Estoy seguro que antes del accidente trabajaba y mucho, porque este sedentarismo me está sentando fatal.

Reprime una sonrisa. -Hablaré con mi jefe, quizá pueda hacer una excepción con un amigo. Podrías cantar. -Sugiere. -No necesitarías un contrato formal, te hemos escuchado hacerlo, pareces un
profesional, quizá te dedicabas a la música antes del accidente.

-Tal vez. -Me encojo de hombros.
Pone una mano sobre mi hombro.

-Relájate, ya veremos que hacer, deberías cortarte el pelo y afeitarte esa barba, ya pareces uno de esos hípsters. -Se burla.

Sonrío. -No sé, creo que está empezando a gustarme. -Me toco la tupida barba.

-Pareces Tarzán. -Se burla. - ¿Has pensado en asistir a terapia? -Pregunta de la nada.

Mi ceño se frunce repentinamente ¿Terapia?- ¿Crees que eso podría ayudarme a recordar?

Se encoge de hombros. -Tal vez, quizá algo de esa mierda de la hipnosis o algo así.

Asiento. Puede que tenga razón.
-Eso será muy caro ¿No te parece? Sabes que mi situación económica no es la mejor.

-Mel y yo podemos encargarnos, sabes que haríamos lo que sea para ayudarte. -Sonríe.

Me hundo en el sillón si saber que responder ante eso.

Una vez másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora