Volumen I-II

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Diciembre 4 1994

Esa mañana llegue a la estación, como de costumbre, fui a la cafetería para reponerme luego de una larga noche. Serví café en una taza que me regalaron por mi cumpleaños en la estación. Tomé un brownie que trajo la esposa del subteniente, dueña de la panadería que llevaba su nombre «Jollie ́s». La buena panadera, le llamaban.

Recuerdo que estábamos en el despacho, el capitán Johns, el oficial Mickey y el oficial Gaston. Discutimos acerca de una conferencia a la que viajaríamos empezando el año entrante sobre los nuevos procesos de recolección de evidencia en una escena de crimen. Así como el uso del nuevo sistema de clasificación genética que prometía el almacenamiento de información en las computadoras a nivel nacional, este avance nos permitiría tomar muestras de ADN y compararlas con la base de datos en todo Canada.

—Será un gran paso para evitar la burocracia que existe entre las distintas jurisdicciones—mencionó el capitán.— Esperemos que cumpla como promete, y que los oficiales hagan un mejor trabajo entonces. Sin desaprovechar este gran avance tecnológico.—señaló.
—En la información que nos mandaron explicaba como se esperaba en el futuro poder tomar ADN incluso de las huellas dactilares.—agregué.

—Es demasiado, solo están siendo fanfarrones.—objetó Mickey.

—Detective Goster—Dijo una voz que venia del pasillo.— hubo una llamada al numero de emergencias.—con un suspiro finalizo diciendo—Hubo un asesinato, aquí esta la dirección.

La secretaria en turno me dio una pequeña nota amarilla con la dirección de la escena del crimen, parecía ser bastante cerca, a solo unos cinco minutos en el auto patrulla.

—Gaston, ven conmigo.—Dije yo desconcertado.

Partimos de inmediato con rumbo al este, y cinco minutos después nos acercábamos a la casa de la víctima. Una casa de dos pisos, color blanco, ubicada sobre O'brien street. Con esquina en airport road. Al llegar al lugar, como si de una broma se tratase, estaba una vagoneta con el logotipo del canal 4 a un costado, no queríamos tratarlos de forma grosera, pero era imposible de creer lo desalmados que pueden ser algunos para llevar una noticia a la mesa por dinero y sobre todo, como era posible que hayan llegado antes que nosotros. Estacionamos el vehículo abruptamente frente al porche, y descendiendo del vehículo les pedí a los periodistas que abandonaran la escena del crimen y no cruzaran la linea policial que Gaston estaba ya colocando. Pretendíamos acordonar el lugar de los hechos a veinte metros a la redonda, necesitaría todo el personal de la estación y me tomaría todo el día pero no podía desperdiciar ni un solo segundo en esta investigación.
Caminé hacia el porche donde encontré un patrón compuesto principalmente por lodo, parecía llegar hasta la puerta principal. Aquella, estaba entre abierta, pero al acercarme, me llamo la atención ver el desgaste al rededor de las cerraduras «alguien estaba teniendo muchos problemas para acertar en el lugar correcto». Dentro de la casa había un hombre sentado en el primer peldaño de las escaleras que llevaban hacia el segundo piso. Encorvado, parecía estar estudiando el piso. Pero claramente estaba en duelo «El Sr. Thomas»—Supuse de inmediato. Su aspecto era desalentador, su rostro, torso, piernas y brazos estaban empapados en sangre. Mire al rededor antes de acercarme a el y me di cuenta que los muebles de la casa estaban perfectamente ordenados. Cada objeto y pieza de decoración parecían están en el lugar correcto, me sorprendió encontrar tantos contrastes en esta escena. Me acerque al hombre pero un fuerte olor a alcohol fue lo primero que anoté en mi libreta.

—¿Es usted el señor Daniel Thomas?—pregunté. La verdad es que algo dentro de mi estaba intentando no respirar cerca de este hombre.

—¿ Y tu eres?—dijo el viejo.—sus canas se habían pintado de rojo carmesí, «sangre». Tomé una anotación extra en m libreta al percatarme que la sangre parecía estar ya seca.

Silencio en North BayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora