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Screaming, crying, perfect storms. I can make all the tables turn. Rose garden filled with thorns, keep you second guessing like "Oh, my God, who is she?" I get drunk on jealousy. But you'll come back each time you leave, 'Cause, darling, I'm a nightmare dressed like a daydream


Aquella hermosa casa a la que Sunghoon había llevado a Sunoo se encontraba en un hermoso pueblito, no muy pequeño pero tampoco muy concurrido, un lugar perfecto para descansar y salir a pasear, tal como Sunoo y Sunghoon habían decidido hacer ese día

Tan pronto como la cálida mañana había reemplazado la fría noche, Sunoo y Sunghoon se arreglaron para poder salir de la casa, si es que se le podía llamar así al enorme lugar en el que se quedaban, en dirección a las tranquilas calles que recorrían el pueblo, con sus manos siempre unidas, disfrutando no solo del limpio aire de la mañana, sino también de la compañía que ambos eran capaces de darse

Todo iba tranquilo hasta que sus estómagos sonaron, avisando que habían caminado mucho y comido poco para la hora que era, y en efecto, habían abandonado la casa sin comer nada, por lo que ya era más que prudente ir a comer, y claro, Sunghoon no dudó siquiera un segundo en llevar a Sunoo a aquella cafetería que tanto amaba, un lugar seguro para él que no había compartido con nadie antes del chico que ahora entraba al lugar junto a él

Al entrar a la cafetería Sunghoon decidió jugar a ser caballero y movió la silla para que Sunoo pudiera sentarse, y una vez que el menor lo hubo hecho, movió la silla otra vez para poder acercarlo a la mesa, ganándose pequeñas risitas de parte de Sunoo, risitas que sintió que derretían su corazón por completo

Claro que aunque ambos estaban en su pequeña burbuja que los mantenía ajenos de el mundo, todos a su alrededor parecían poner su atención en ellos, la gente murmuraba, mucho de hecho, pues aunque sabían quien era Sunghoon, no tenían la más mínima idea de quien era aquel chico que lo mantenía sonriendo como un idiota

Pero aún así, ambos estaban tan perdidos en su propia conversación, que las conversaciones ajenas estaban muy lejos de importarles. Pidieron y comieron con gusto, y se levantaron una vez que hubo que pagar la cuenta, caminando ambos a la caja registradora para poder pagar

-Lo de la mesa seis -informó Sunghoon, para que supieran cual era el pedido que debían cobrarles

La mesera que estaba encargada de cobrar sonrió en dirección a Sunghoon, quien no pareció darse cuenta de algo que Sunoo captó de inmediato: esa chica estaba empezando a coquetearle, y las sospechas del menor fueron confirmadas por la palabra de la chica

-¿Paga con efectivo o tarjeta? -preguntó, sin perder aquella sonrisa que molestaba a Sunoo -Puedes pagar con tu número de teléfono también

La chica parecía bastante acostumbrada a coquetear, y aunque ni las sonrisas ni el comentario fueron correspondidos por Sunghoon en lo absoluto, y aunque él estaba ahí por cumplir un plan del que ya se había olvidado, no había podido evitar sentir como los celos lo invadían, por lo que como una forma de marcar presencia caminó hasta quedar parado junto a Sunghoon y dirigió sus manos a los botones de la camisa del mayor, comenzando a desabrochar los primeros bajo la curiosa mirada de su pareja

El gesto de Sunoo no hizo más que revelar marcas algo moradas en el pecho y clavículas de Sunghoon: chupones, marcas que él había hecho la noche anterior cuando se habían acostado. Ahora todo lo sinvergüenza que la chica había sido se había perdido, ahora simplemente apartaba su mirada avergonzada

-Parecías asquerosamente desesperada por mirar, ¿Qué pasó? -preguntó con diversión a la chica. Sunghoon, lejos de estar molesto por la escena que Sunoo estaba haciendo, se sentía feliz, le gustaba ver como el chico lo celaba de esa forma por algo tan pequeño como que le hayan pedido el número, por lo que se dejó hacer

Sunoo, al no recibir respuestas dejó un billete sobre el mesón y simplemente se dio media vuelta, caminando fuera del local de brazos cruzados, y Sunghoon pronto lo siguió, sin importarle cobrar el cambio, mucho menos despedirse de la chica, simplemente quería alcanzar a Sunoo

El menor se sentía molesto, con él mismo, claro, no con sunghoon, quizás con la chica también. Él nunca se había sentido celoso respecto a sus parejas, él era realmente confiado de sí mismo, así mismo nunca se había sentido celoso respecto a Sunghoon, bueno nunca tan celoso, y es que Sunghoon no le daba razones para sentirse así, y si alguna vez se había sentido de esa manera definitivamente no lo había demostrado como había hecho ahora

-Suéltame -dijo en cuanto sintió un par de manos tomar con firmeza su cadera, impidiendo que pudiera seguir avanzando

Una risita cerca de su oído mandó electricidad por toda su espina dorsal, una sensación agradable que se esforzó por ignorar, quería lucir molesto, no sabía porqué, pero quería hacerlo. Las manos que tomaban su cadera ahora lo abrazaban por la cintura, lo pegaban al cuerpo ajeno, permitiendo sentir el calor de aquel cuerpo que tan bien conocía cuando estaba pegado al suyo

-Estás celoso -dijo Sunghoon, no era una pregunta, era una afirmación que le agradaba mucho

Pero Sunoo era orgulloso, y no iba a admitir aquello tan fácil -Quisieras

-Claro que lo quiero, me encanta ver como me defiendes, pero eso no quita que estés celoso justo ahora -dijo, muy seguro de sus palabras, y Sunoo decidió no admitir ni negar nada

Después de todo ¿Qué sentido tenía negarlo si sus celos habían sido tan evidentes para todos los presentes? Claro que no negarlo no era sinónimo de admitirlo. Guardar silencio sería la mejor opción. Lo que no esperaba era pronto sentir la respiración de Sunghoon cerca de su oreja, y su grave voz saliendo casi en un susurro que otra vez le provocó electricidad en todo el cuerpo

-Pero no tienes nada por lo que sentirte celoso, Sunoo, te pertenezco a ti, creo que eso ya lo he dejado más que en evidencia


Blank Space - SungSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora