The Highest Bid

Capítulo 4

Ochako estaba familiarizada con las náuseas. Llevaba prácticamente toda su vida lidiando con esa horrible sensación de tambaleo en el estómago. En el momento en que dejaba que sus dedos entraran en contacto con una superficie, se preparaba para el movimiento en su estómago y el zumbido sordo en la cabeza hasta que todo volvía a su sitio.

Pero esto no era eso.

No, se trataba de una punzada y un giro brusco que la dejaba sin aliento cada vez que Bakugou la miraba al otro lado del pasillo y caminaba rápidamente en la otra dirección.

Pensó que se le pasaría al día siguiente, después del combate, pero un día se convirtió en dos, luego en tres y después en una semana. Una semana entera de esa misma sensación punzante que le dejaba el corazón dolorido mucho después de que él saliera de la habitación.

Era extraño. No es que pasaran mucho tiempo juntos antes de todo este lío, pero ver cómo Bakugou se desvivía por evitarla ahora le dolía más que cualquier herida física que hubiera experimentado.

Tal vez era toda la culpa que ella tenía.

Prácticamente le echó en cara que la única persona que se molestó en pujar por él en aquella subasta llena de cientos de personas tampoco lo encontraba deseable. Eso haría que cualquiera se sintiera herido y avergonzado. Tenía que ir a disculparse con él, pero ¿cómo iba a hacerlo si él no quería nada con ella?

"¡Oye, Uraraka! ¿De qué querías hablar?" Kirishima hizo un gesto a sus amigos para que siguieran almorzando sin él, incluyendo a Bakugou, que no podía salir de allí lo suficientemente rápido, y se acercó a la morena con el ceño fruncido que seguía en su escritorio. Ella le había pedido antes que esperara y se reuniera después de la clase.

"¿Cómo está Bakugou?" Preguntó con una voz pequeña.

"Está un poco más enojado de lo normal". El compañero pelirrojo se encogió de hombros. "Pero no es que no hayamos lidiado con cosas peores antes. No tienes que preocuparte por ello".

"¿Cómo no iba a hacerlo?" Ochako se desplomó con un gemido, presionando su mejilla contra el escritorio. "Prácticamente lo humillé delante de toda la clase".

Kirishima se rió de buena gana mientras se sentaba a su lado y le daba unas palmaditas en la cabeza para reconfortarla. "Se estaba comportando como un imbécil. Todos lo fuimos. Y nunca deberías sentirte mal por no gustar a alguien".

"Bueno, no es que no me guste. Es una persona increíble".

"Ok, ahora estoy perdido".

"Quiero decir, no me gusta así. Pero es difícil no admirarlo, ¿sabes? Es tan fuerte y ambicioso, ¡que hace que me entusiasma! Como todos los días, no puedo creer que pueda entrenar y trabajar al lado de alguien como él". Ochako recordó con cariño el tiempo que pasaron en el zoológico. "Incluso fuera del trabajo de héroe, me sorprende todo el tiempo. El mero hecho de que se le ocurriera llevarme al zoológico fue muy dulce. Y honestamente fue muy divertido cuando estábamos... ¿Qué? ¿Por qué me miras así?"

Ochako se detuvo confundida al ver que su compañero sonreía tanto como para que le dolieran las mejillas. Kirishima se rió a carcajadas y se cruzó de brazos con suficiencia.

"Te gusta".

"¿Qué?" Ochako sacudió la cabeza, tratando de seguir su hilo de lógica. "¿No estabas prestando atención a las docenas de veces que dije que no me gustaba?"

"Oh, te he oído alto y claro. Todos lo hicimos". Confirmó Kirishima, aunque su emocionada sonrisa no abandonó su rostro. "Y estoy seguro de que entonces pensaste que lo decías en serio, pero no hay manera de que te crea ahora. Acabas de hablar maravillas de Bakugou"