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𝗡𝗮𝗿𝗿𝗮𝗱𝗼𝗿 𝗼𝗺𝗻𝗶𝘀𝗰𝗶𝗲𝗻𝘁𝗲.

Había amanecido y para Jae-Hee no le era extraño escuchar ruidos tan temprano.

El día de hoy ella si desayunaría.

Al bajar, a la primera persona que vio fue a su mamá, quién leía una revista y tomaba café negro. Soo se acercó a la barra, el día de hoy solo tomaría algo de cereal y leche.

— ¿Así que hoy si desayunaras? – pregunto Ju-zu, su madre. Soo la miro desganada, eran cosas del día a día y simplemente ya estaba acostumbrada, sin embargo, a veces su mamá sabía dónde picarle hasta molestarla. — Bien, si no vas a hablar y solo vas a estar con esa jeta puesta, puedes irte. No necesito tu mal humor.

Jae-Hee suspiro rendida, hace tiempo la relación entre ella y su madre había cambiado de bien para mal y ahora solo no la comprendía. De hecho, ni siquiera sabía la razón de su actitud, un día simplemente despertó y decidió ya no quererlos de buena manera.

— Buenos días, madre.

Sin embargo Ju-zu solo se levantó y se marchó de ahí. Soo volvió a suspirar rendida. Había decidido no hacer más para hablar con su madre.

— ¿Que es lo que le pasa? Uno trata de hablarle bien y pareciera como si no existiera... – murmuro.

— No le pasa nada Soo, sabes cómo es tu madre. A veces solo necesitas ignorarla, así como ella lo hace con nosotros.

— Papá... No entiendo cómo te casaste con ella...

— ¿Amor? Porque si realmente lo hice cuerdo, quiero decir que fue por eso.

— Solo que ahora ella se comporta como una loca.

El mayor río fuertemente ante tal comentario.

— Tu madre tenía lo suyo en sus años de juventud Soo, pero no te preocupes, te entiendo perfectamente. Si fuera mi madre creo que también la odiaría.

— ¡Yo nunca dije que la odiaba!

— Pero lo pensaste, ¿No?

Jae-Hee se sonrojo por completo. ¿Que si lo había pensado? ¡Claro que lo había hecho! Pero al final de cuentas era su madre.

— Tal vez... – murmuro.

— Bueno, ahora apúrate. No quiero quejas por parte de tu madre, suficiente tengo con dormir con ella.

— ¿Sabes que puedo caminar hacia la escuela?

— ¿Sabes que tienes padre?

— ¡Cierto!

— Andando Soo, voy a levantar a tu hermano. Nos vamos en cinco minutos.

El mayor sonrío y avanzo hacia la sala no sin antes decir:

— ¡Ah! ¡Por cierto! ¡Tapate ese cuello si no quieres que se den cuenta! – exclamo saliendo de ahí.

— ¡Papá! – exclamo Soo avergonzada. Ella lo sabía y aún así Lee insistió en qué no se daría cuenta.










De camino a la escuela, Jae-Hee se había sentado en el asiento del copiloto, mientras que su hermano, Ji-Su se había sentado en la parte trasera.

— Así que cuando ibas a decirme que tú y Cheong-san...

— No... Solo no lo digas...

— Bien pero cuando lleguemos a casa me lo contarás. TODO, ¿ENTENDIDO?

𝐆𝐡𝐨𝐬𝐭 𝐎𝐟 𝐘𝐨𝐮 | 𝐋𝐞𝐞 𝐂𝐡𝐞𝐨𝐧𝐠-𝐬𝐚𝐧 - 𝐄𝐌   CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora