"Esa semana había sido de muchos nervios y adrenalina, y claro, haciendo que llegara su hora de ser una buena actriz. Pero, no puedes ocultarle algo a tu pareja cuando ya llevan más de cinco años juntas y conocían cuando la otra ocultaba algo. Pedir...
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Las gotas caían sonoramente por la ciudad de Seúl, golpeando los paraguas y ventanas a su disposición.
Sana se estremeció al sentir una fría brisa recorrer las partes expuestas de su cuerpo, que únicamente era su cara y manos.
Ahora mismo, ella estaría felizmente acostada en su camita, abrigada por las cálidas sabanas. Pero no, ahí estaba caminando por las calles, digiriéndose a un estudio que ni ella misma conocía bien.
Debía ser algo muy importante como para que Jeongyeon la llame urgentemente. Si no era así, juraría que la iba a tirar al río más cercano.
Una llamada entrante nuevamente se anunciaba en su celular, pero esta vez de su novia.
— ¿Sana? ¿Dónde estás? —Preguntó Dahyun por la llamada.
— U-Uh, es que... la novata que llegó ayer me pidió ayuda en un caso abierto de investigación. Ya sabes cómo son estos nuevos, por la mínima cosa ya se crean mil películas y no saben ni ordenar bien sus pistas. —Mintió. Lo único que era verdad es que había una nueva compañera entre los detectives, pero no la había llamado ni nada, ni siquiera estaba a su cargo.
— Pero, ¿No que Kang era quien se encargaba de la novata? ¿Por qué te llama a ti? —Un pequeño detalle que quizás había olvidado la rubia: Su novia también era detective, y su compañera, el hábito de preguntar y recordar mínimos detalles estaba en su sangre.
— Sí, bueno. Pero, entre Kang y yo, yo soy mejor. Lo sabes. —Pudo escuchar el chasquido que hizo Dahyun con su lengua. Podría apostar de que la menor estaba negando con su cabeza.— Uh, ya llegué a la estación y la novata ya me espera. Debo irme.
— Bien. Solo, no tardes, ¿sí? La lluvia será peor en unas horas, y manejar en esa situación no es recomendable. —Aunque el tono de su novia era tranquilo, sabía perfectamente que estaba preocupada.
— Estaré en menos de dos horas, te lo prometo. —Tendría que apurarse con lo que sea que quería Jeongyeon.
Luego de un "te amo" y "nos vemos luego", Sana cortó la llamada. Deteniéndose justo donde decía la ubicación que le mando su mejor amiga, suspiró cansada y cerrando su paraguas amarillo.
Tomó el ascensor, subiendo al quinto piso del edificio donde, según le había dicho Yoo, estaban los estudios donde le habían citado.
Apenas entró a la sala 18, vio a todas sus amigas sentadas en el piso, mientras Jeongyeon les decía algo sobre unos pasos y decoraciones.
— Más te vale que sea algo importante,Yoo. —Habló agotada y seria la recién llegada.
— ¡Por fin llegó la persona más importante de todo esto! —Alzó su voz Jeongyeon, sonando aliviada, por una parte. Sana solo rodó los ojos y miró a las demás presentes en aquella sala.