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-¡Drac!- gritaron al unísono los monstruos que el conde Dracula conocía muy bien, nada más ni nada menos que sus amigos del alma; su pandilla, su familia y junto a ellos estaban sus respectivas parejas.

Todos reunidos frente a la gran puerta de entrada que pertenecía al hotel

-Nos tenías muy preocupados, viejo- comento el hombre invisible

-estuvimos buscándote por todos lados, ¿Verdad Wayne?- agrego golpeando levemente al viejo hombre lobo que solo le regreso una mirada molesta a su agresor Frank, para después limitarse a asentir en dirección al vampiro

-¿En donde te habías metido?, nos prometiste que vendrías a practicar con la banda, no me digas que al final te acobardaste- finalizó la momia, quien se burlaba un poco de su amigo

-Si Drac, pensábamos que nunca llegarías; y Mavis se estaba preocupanda por ti- agrego con preocupación la mujer lobo

-En primera, no me acobarde... Realmente iba a ir para demostrarles que no eh perdido el toque, y en segundo lugar... Tenía asuntos más importantes que atender, y también en tercera... gracias Wanda, buscaré a Mavis después de que acabemos con esto- indago con amargura el viejo conde, levantando de forma vanidosa su dedo índice y medio, los cuales dieron a parar sobre su pecho, dándole unos aires "sofisticados"

-¿Con ocupado te refieres a que trajiste a una bella dama al hotel?- interrumpio Wyne, provocando que el conde se encogiera de hombros por la vergüenza de haber sido descubierto.

-¡no!, No se a que te refieres- nego alzando la voz, siendo espectado con incertidumbre por su grupo de amigos, la mujer que se escondía tras de él y por todos los inquilinos que apenas y estaban entrando o saliendo del enorme edificio

-lo que quiero decir es que... - se tomó un segundo para formar en su mente las palabras que usaría para explicar su comportamiento- está joven dama que ven aquí; estaba explorando por los alrededores del castillo- explico moviéndose a un lado para dejar a la vista a la joven mujer, y permitiendo también el paso a los inquilinos, y allí estaba la mujer de la que tanto hablaba, quien al percatarse de su vulnerabilidad no dudo en improvisar junto al vampiro que tras decir eso la había tomado delicadamente pero con nervios de los hombros y le había dado ligeros apretones que buscaban su ayuda con desesperación.

-si, yo... Escuché hablar del famoso hotel Transylvania en donde humanos y monstruos convivían juntos y decidí visitarlo, porque todo el mundo habla de eso- aclaro con una sonrisa nerviosa, su labio inferior temblaba del miedo que sentía

-si, así es y nosotros; digo ella... Ella... se perdió en el bosque y se lesionó en el camino, yo le había comentado a mi tarantulita que había escuchado algo en el bosque y decidí ir a investigar, debido a eso me tope con esta chica-

- y cuando ya estaba planeando mi vida en el bosque, apareció el conde Drácula para ayudarme

Ninguno de los monstruos que estaban presentes parecían muy convencidos de lo que Dracula les contaba, pero no veían razón por la que la joven mujer le ayudará con esas excusas, por lo que dejaron pasar el asunto y tragarse ese cuento, por el momento

-Entonces, ¿Qué estamos esperando?, ¡debemos llevarla adentro para tratar sus heridas!- exclamó alarmada Eunice, tomando de los hombros a Erika y guiandola al interior del hotel, siendo seguida por las chicas, quienes rogaban a la esposa de Frank que no lastimara a la humana

Drácula suspiro aliviado, no tendría que dar explicaciones a nadie, por lo que decidió seguir tranquilamente a las mujeres, pero lamentablemente para el, su camino fue interrumpido por el monstruo de Frankestein, quien lo miraba con una sonrisa coqueta en los labios

¿Que tal si descubriera lo que eres?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora