𝑆𝑒𝑏𝑎𝑠𝑡𝑖𝑎́𝑛.
Cuando la noche llegó, entré a la habitación para dormir y tenía miedo de lo que pudiera pasar. No quería dormir y no sentir el calor del cuerpo cálido de Lidia.Agradecí cuando Lidia se acostó, dejando mi espacio libre. Aún así me sentí solo durante toda la noche, pues me dio la espalda y no me dirigió la palabra ni cuando amaneció.
Lo merecía.
Ni si quiera pude dormir por estar tratando de recordar algo sobre aquella noche, pero por alguna razón no pude hacerlo. La única explicación que encontré, fue que debí de haber estado drogado y es por eso que no recuerdo nada.
Pero aún así lo había hecho.
No podía creer que le hubiese hecho eso a la mujer que amaba. Estaba muy arrepentido de haber consumido drogas, pues no pensé en las consecuencias: estaba a punto de perder a la mujer que amaba, a mis hijos, mi matrimonio...mi familia.
Por la madrugada, mientras Lidia dormía, le había contado por mensaje a Gala lo que pasó y casi que atraviesa la pantalla del teléfono para matarme, pero accedió a mi petición de venir a hablar con Lidia. Sabía que no querría hablar conmigo y quizá con ella sí.
Tenía que intentar de todo para poder arreglar mi mierda.
Me encontraba en la cocina, recargando los codos sobre la barra y seguía con la cabeza entre mis manos. Me tomé la cabeza con ambas manos en señal de frustración y di leves golpes a los lados de la misma, como si así fuesen a aparecer imágenes de aquella noche.
Segundos después, vi bajar a Lidia por las escaleras cargando una maleta enorme y detrás de ella venía Gala, quien me dedicó una mirada de desaprobación y negó levemente. Ahí fue cuando supe que no había logrado convencerla de quedarse aquí para arreglar las cosas.
Lidia me dio un vistazo rápido y volvió la vista a Gala, quien traía una maleta un poco más pequeña que la que traía Lidia, supuse era de los bebés. Ella salió de la casa y pude ver por le ventana como subía las maletas a su camioneta.
—Lo siento, Sebas. Ella... Lidia en verdad está muy lastimada. —echó un vistazo rápido hacia la puerta, cuidando que Lidia no viniera. —Ante ti se muestra fuerte, pero se soltó a llorar estando a solas conmigo. Está decidida y te va a costar trabajo volver a ganar su confianza. —me dio una sonrisa de boca cerrada y salió de la casa cargando la maleta.Decidí salir y no dejar de rogarle para intentar convencerla de que se quedara.
Al salir, me encontré a Lidia acomodando las sillas de los bebés en la parte trasera de su camioneta.
—Lid, voy a ayudarle a Isabella a bajar a los bebés. —le dijo a Lidia cuando notó que yo estaba ahí. —Ahora vuelvo. —le agradecí a Gala con una sonrisa y volvió adentro.
Sentí que las palabras no salían por culpa de el nudo en la garganta que sentía. Cuando me aclaré la voz, ella se dio cuenta de que yo estaba ahí y volteó a verme; sus mejillas, al igual que su nariz y labios estaban rojos e hinchados. Había estado llorando.
—No te vayas...—fue lo único que salió con dificultad de mi boca.
—¿Es lo único que tienes para decirme? —respondió en tono serio y me miró con una ceja alzada.

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𝑬𝒕𝒆𝒓𝒏𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 ➳𝑺𝒆𝒃𝒂𝒔𝒕𝒊𝒂́𝒏 𝑪𝒐́𝒓𝒅𝒐𝒗𝒂 #𝟐 (pausada)
FanficTe daré amor en la otra vida, en esta no me alcanzaron los años. 𝐒𝐞𝐠𝐮𝐧𝐝𝐚 𝐭𝐞𝐦𝐩𝐨𝐫𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞 ¿𝐃𝐨́𝐧𝐝𝐞 𝐄𝐬𝐭𝐚𝐛𝐚𝐬? 𝐏𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫𝐚 𝐭𝐞𝐦𝐩𝐨𝐫𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐢𝐬𝐩𝐨𝐧𝐢𝐛𝐥𝐞 𝐞𝐧 𝐦𝐢 𝐩𝐞𝐫𝐟𝐢𝐥.