Episodio 8

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El director, que miró atentamente a Eli, terminó sus pensamientos de inmediato.

Pensé que sería bueno tener una buena relación con niños en circunstancias similares.

Después de todo, Damián era propiedad del deudor.

Tuve que devolverlo, así que no fue mi intención hacerlo adecuado para el alboroto de esos niños.

"Malén".

"Si."

"Es ruidoso, así que llévate a los niños contigo".

"todo bien."

"Y mantener a este niño sin trabajo en el futuro".

El gerente señaló a Damián.

"Sí……?"

"Excepto. Deja que los otros niños se vayan como de costumbre".

El director salió de la cocina sin decir nada.

La maestra de la guardería y los demás niños miraron a Damián con una cara un poco desconcertada.

Ellie, que había borrado su rostro endurecido, se volvió hacia Damian.

"Damián. Estás en primer lugar".

"……¿usted?"

"Tengo que trabajar aquí".

Entonces Damian mantuvo la boca cerrada. Como si no le gustara, estaba agarrando el dobladillo de la bata de Ellie.

Estoy agradecido de que pareces haber abierto mi corazón estos últimos días, pero... … .

Ellie estaba un poco confundida.

La razón por la que el director excluyó a Damian fue probablemente porque era "un niño con el que no podía tratar".

Pero los niños aquí no sabían eso.

A los ojos de los niños, esto podría verse como una preferencia obvia.

"Damian. Terminaré el trabajo de inmediato. Terminaré esto pronto".

“……”

Al final de la voz tranquilizadora de Ellie, había un toque de vergüenza.

No quiero estar solo.

Pero odiaba más que Ellie me odiara.

Damian puso el dobladillo de la ropa de Ellie lentamente.

"Ese... ¿Damián? ¿No vendrás por aquí?"

La maestra de parvulario que los vigilaba salió de la cocina con Damián.

"¿Te vas a volver loco?"

"Debe ser aterrador. Si ese maestro me golpea, realmente me duele..."

Por suerte o por desgracia, los niños no parecían pensar que Damián se quedó fuera.

Ellie suspiró aliviada. El rostro de Damian se iluminó frente a él.



* * *



Tan pronto como terminé de trabajar, me apresuré a salir.

Damian estaba sentado solo, agazapado en un rincón del comedor.

"Damián".

La cabeza de Damian brilló ante mi llamada.

Los niños miraban a este lado con los ojos brillantes como si sintieran curiosidad por el nuevo Damián.

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