LNAPELD

Episodio 190

Ellie abrió los ojos.

La luz que partió de su mano voló hacia el cielo como fuegos artificiales explotando.

Pronto, la luz comenzó a dividirse en una luz verde clara y una luz dorada y se mezcló.

Una brillante luz de bendición coloreó el cielo negro.

Como si se regocijara por el nacimiento, la luz que había vagado pasó más allá del cabello de Ellie.

sentimiento calido.

Ellie parpadeó con sus ojos húmedos.

'Tal vez esta luz... ... .'

Mi corazón estaba latiendo.

Como si hubiera notado el corazón de Ellie, la luz brilló en su mejilla.

En poco tiempo, la luz mixta voló hacia Erhard.

Una luz tan suave como el bautismo lo envolvió.

Damian, quien leyó la energía, se acercó rápidamente a ellos.

'quizás.'

Damian se mordió el labio y sacó la espada que había estado alojada en su pecho.

Entonces, como si esperara, la luz lo penetró.

lleno de sangre,

El área perforada estaba volviendo lentamente a su forma original.

Eli se acercó a toda prisa a Erhard y le puso la oreja en el pecho.

golpeteo. golpeteo.

Se escuchó un latido claro.

El cofre perforado también estaba limpio sin heridas pequeñas.

Solo el dobladillo andrajoso de su túnica nos decía que la tragedia anterior no era una mentira.

Los labios de Ellie temblaron.

vivió

Papá está vivo de nuevo.

Cerré los ojos y las lágrimas cayeron por mis mejillas. Un sollozo infantil volvió a brotar de su boca.

Solo entonces Damian dejó escapar un gemido reprimido.

Él abrazó su hombro.

"... Está bien, Ellie. El Duque acaba de quedarse dormido".

Entonces, Eli, que perdió los estribos, le susurró al oído una y otra vez para que no se derrumbara.

Mi padre nunca nos dejó.

que lo salvaste

Ante la voz tranquilizadora, Eli dejó escapar un suspiro tembloroso y abrazó a Erhard con fuerza.

* * *

oscuridad profunda

Erhard tenía los ojos cerrados.

No sabía lo que estaba haciendo ahora.

Simplemente reconoce que la respiración todavía está unida.

Ya que viví una vida peor que la muerte, no estaría mal vivir con los ojos cerrados así por el resto de mi vida.

'Sí, porque no tengo remordimientos en esta vida de todos modos.'

Cualquier arrepentimiento... ... .

"¡Erhard Schuetz, idiota!"

En ese momento, una voz sonó como un rayo golpeando mi oído.