A la mañana siguiente Lynn seguía pensando en aquel beso. Maldición no debería estar haciéndolo. Pero le era inevitable, aquel beso le había afectado y lo sabía. Comenzaba a creer que Tobias era como un hechicero erótico, se había despertado varias veces en la madrugada jadeando y empapada en sudor. Se había dado dos baños en una sola noche y aun seguía sin dormir bien. Si un beso lograba hacer aquello, no quería imaginarse lo que ocurriría al pasar la noche con él. Lavo su rostro al ver como sus mejillas se sonrojaban al pensar lo que podría pasar en la noche de hoy. Cambio su ropa y se dirigió a la cocina donde un delicioso olor a café inundo sus sentidos. El olor era sumamente irresistible y parecía un perro olfateándolo.
Diana se giro a verla.
-Buenos días -saludo la mujer con una de aquellas sonrisas amables.
Lynn le devolvió la sonrisa y se sentó en una de las sillas de la cocina.
-Buenos días -le contesto- No puedo creer que haya dormido tanto.
-El señor Friedman había mencionado que usted podría estar cansada y que se despertaría tarde -se acerco hasta ella y puso una bandeja con una taza de café y algunas paquetes pequeños de azúcar.
-Gracias -murmuro Lynn y revolvió su café al echar el azúcar.
-Tengo que decirle que no parece haber dormido nada.
-Y así fue, no pude dormir -se llevo la taza a sus labios y Tomo del liquido. Hizo un sonido de satisfacción cuando su sabor llego a su lengua- Esta delicioso este café.-Gracias -sonrió- ¿Tiene hambre? Puedo prepararle lo que usted desee.
Ella miro a la mujer e hizo un gesto con su mano. -Es tan tarde que no quiero molestarla...
-Cariño, es mi trabajo.
Se acerco a la nevera y media hora más tarde. Había un plato con huevos,algunas tostadas francesas,seguido con algunas de sus magdalenas de chocolate. Aquella mujer cocinaba perfecto. Toda su comida parecía sacada del paraíso. Lynn creía no poder levantarse después de comer
-Oh, por cierto, esta mañana han traído el piano.
Lynn frunció el ceño
-¿Piano? ¿Qué piano?
-El que encargo el señor Friedman, lo pidió días atrás pero el repartidor tuvo algunos problemas y lo entrego hoy. El señor Friedman no estaba nada contento.Ella volteo sus ojos y negó con su cabeza. -Me lo imagino. ¿Él toca el piano?
La mujer se encogió de hombros.
-No que yo sepa, pero ha dicho que a usted le gustaría tener uno acá. Lo han instalado en la biblioteca, está en la quinta puerta del pasillo a la izquierda.
La boca de Lynn se abrió ante su respuesta. Tobias había encargado un piano... ¿solo para ella? Cuando creía que él era un egoísta, imbécil e infeliz -como su padre solía llamarle- venia y hacia un gesto tan generoso como aquel. Lynn sonrió inconscientemente y se levanto.
-Creo que iré a conocer la casa por completo.
-le recomiendo usar algún abrigo está haciendo frío afuera.Lynn entro en la biblioteca y observo el hermoso piano blanco en medio de la sala. Una sonrisa se asomo en sus labios al verlo, le recordaba tantas cosas. Suspiro y se acerco a el para tocarlo.
Su primer piano, el que le había regalado su madre, era exactamente así. Recordaba con exactitud aquel día, cuando ella era una niña de nueve años, aun tenia en su mente la hermosa imagen de su madre en su cabeza.-Cariño, tengo un regalo para ti -le había dicho su madre, Jessica, con una sonrisa.
-¿Qué es?
-Es una sorpresa, cierra los ojos -sintió las manos de Jessica tapando ambos ojos y Lynn soltó una pequeña risa. Camino, siendo guiada por su madre. Cuando ella quito sus manos, el rostro infantil de Lynn se ilumino y sonrió.
-¡Un piano! -exclamo y salto de alegría.
-Sabia que te gustaría -le dijo ella al ver como Lynn observaba el piano y tocaba sus teclas, una por una.
-Pero..yo no se tocar, mama -hizo un gesto adorable y Jessica le sonrió. Se sentó en el asiento al frente del piano y se sento al lado para que su hija le acompañara.
-Yo te enseñare, cariño..Lynn se sentó en el asiento y salio de sus recuerdos. Como extrañaba a su madre. Ella había sido la cosa mas hermosa en toda su vida y cada vez que pensaba en ella una parte de su alma moria. Su muerte había sido trágica, injusta, dolorosa...
Acarició las teclas con suavidad y pensó que aquel detalle era sumamente hermoso de parte de Tobias. ¿Cómo podría saber que el piano era su instrumento favorito? Tal vez simplemente no lo sabia y lo compro para distraerla por un rato.
Cerro los ojos y comenzó a tocar. Dejo que ella y sus movimientos se convirtieran en la música. Le encantaba tocar música, le relajaba y hacia que todo a su al alrededor desapareciera. Como si tan solo ella y el ritmo de la música fuera lo único en aquel lugar. Cuando termino de tocar, sonrió.
- tocas hermoso...-dijo una voz masculina cerca de su oído. Lynn se sobresalto y casi cayo al suelo. Se giro y observo a Tobias cerca de ella. No había sentido siquiera que el se acercara a ella.Si que se concentraba.
-¡No aparezcas así! ¡Terminaras matandome! -lo acuso.El levanto ambas manos. -Lo siento, intentare no hacerlo.
-Por cierto, gracias por el piano..
-No tienes porque agradecerlo, sabia que te gustaría -sonrió, volviéndolo encantador y se sentó al lado de ella. Un ligero escalofrío la recorrió al sentir su muslo rozarse con el de ella.
-Pensé que no te vería hasta la noche...
-Dije que me verías mas de noche que de día. Aparte intentaba trabajar hasta que comenzaste a tocar, es tu culpa que me hayas distraído.Lynn arqueo una ceja, Tobias rió.
-No me parece gracioso que me culpes por distraerte.
-Si fueras yo, me entenderias por completo. No siempre tengo tanto auto control sobre mi mismo al tener a una mujer tan hermosa como tu cerca de mi -tomo su barbilla con una mano y la acerco- Estoy haciendo un esfuerzo sobrehumano en estos momentos.Se levanto y se acerco a la puerta.
-Espero que estés lista para esta noche -guiño un ojo y se fue.
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One Month Of Pleasure
Romance|Un Mes De Placer| ''Un mes! Ni un dia mas!...'' Fue la Ultima Frase que Dijo Lynn antes de Enamorarse de Tobias Friedman Despues de el Trato al que se sometio por culpa de su padre.