Tobias se movió en su silla y observo a Lynn por la pantalla de su Computadora. Nunca había pensado que aquellas cámaras le servirían algún día. Sonrió cuando la vio entrar en su habitación la primera vez con su expresión sorprendida. Tal vez se había impresionado por el tamaño de su casa. Las pocas personas que sabían de su existencia tenían la misma expresión. Dejo lo que hacía y miro fijamente cada movimiento que aquella castaña.
Dios santo. Aquella mujer, incluso desde una cámara se notaban sus curvas, sus generosos pechos y aquellos labios carnosos que pedían a gritos que los besara. El solo tenía la necesidad de salir de su oficina, buscarla y arrancarle toda la ropa que tenia encima. Maldijo en silencio cuando se ponía duro en tan solo pensar arrancarle la ropa.
«Cálmate, Friedman», se dijo a sí mismo. Tenía que terminar con su informe diario y luego la buscaría.
Vio como Lynn abría la caja azul que había dejado sobre su cama y sacaba la nota que había escrito. Rio suavemente cuando esta arrugo la nota y la lanzo contra la pared. Dio clic a la pantalla a un botón para escuchar lo que decía. Alzo ambas cejas cuando ella comenzó a maldecirlo, tenía que castigarla...pero eso luego.
Intento concentrarse en su informe pero aquella mujer no le dejaba y menos el bulto que se notaba en sus pantalones. Cuando ella salió de su habitación, Tobias suspiro y agradeció que lo hiciera.
Se concentro en el informe. Escribió unas cuantas palabras, borro algunas otras y luego guardo lo que tenia. estúpido trabajo. Quería terminar con aquel proyecto lo más pronto posible, y aunque su mente en aquel momento estaba en Lynn. Sabía muy bien separar el placer y el trabajo.
Alguien toco la puerta. Uno, dos, tres veces. Tobias pidió que pasaran. Mark Tyson, un chico joven, alto y con cabello negro entro con su traje y Tobias dio una risa al verlo caminar. Le quedaba pequeño su traje y caminaba de una manera extraña y divertida. Mark le envío una mirada asesina al observar su expresión.
-¿No es muy pequeño ese traje? -pregunto divertido Tobias.
-Sino fueses mi jefe te juro que te mataría...
Tobias hizo un gesto, levantando la mano. -Ya. ¿Qué quieres?
-La chica ya está acá -informo el chico. Tobias asintió- No sabía que necesitaras un asistente, pensé que no te gustaban.
Se encogió de hombros, restándolo importancia. No podía decirle la verdad, aunque le pagara muy bien a sus empleados para que fuesen más que discretos y mantuvieran su boca bien cerrada.
En verdad no necesitaba una asistente. Nunca lo necesito. No había estado muy cómodo con decirle a otra persona que hiciera cosas por él. Durante muchos años había sobrevivido por sí solo y seguía sin confiar en alguien como para que hiciera todo por él.
-Cambie de opinión en este proyecto.
-Podías pedírmelo, como ves prácticamente hago todo lo que dices -apunto con su dedo su traje. Tobias rio- No te rías -se quejo el chico.
-solo que necesitaba a otra persona. Tú ya estás bien con lo que haces. ¿Diana hizo magdalenas? -pregunto, cambiando de tema- Tráeme algunas -le pidió al pelinegro cuando asintió.
Mark revoleo los ojos y salió de la habitación quejándose. -Si tan solo no necesitara el dinero no estaría acá -le escucho decir Tobias.
Volvió a fijar su mirada en la pantalla de su Computador al escuchar una expresion de Lynn. Sonrió al verla con su regalo en la mano.
Lynn quedo helada observando el pedazo de tela que Tobias le había regalado. ¿En serio el pensaba que se pondría aquello?
Paso un dedo por la tela roja, que era casi transparente, del negligée y lo puso sobre la cama. Vio como había otras piezas. Una diminuta braga roja y un sostén de encaje que hacia juego.Lanzo el resto de las cosas en la cama y termino su magdalena con un bocado. Idiota. ¿No podía esperar aunque sea una noche? O tan urgido se sentía para hacerla usar aquel atuendo.
Desvió su mirada hasta los objetos y levanto el negligée rojo para observarlo mejor. Lo puso sobre su pecho y se acerco a un largo espejo que estaba en un rincón. Una picara sonrisa se asomo en sus labios. Aunque pensándolo se le vería bien... Sacudió su cabeza y pestañeo quitando de su mente el pensamiento.
Le lanzo una mirada asesina al pedazo de tela y lo guardo de nuevo en la caja azul. De ninguna manera se pondría aquello, por nada en el mundo.Mucho hacia al presentarse en aquel lugar para salvarle el pellejo a su viejo, como había dicho Tobias en la carta. Guardo la caja debajo de la cama y luego se sentó. Aun no entendía que podía ver Tobias en ella, era algo que no se lo explicaba. No era exactamente una modelo o diosa. Sus senos no eran tan grandes como muchas mujeres y su cuerpo no era muy esbelto, tenía algunas curvas pero nada de que envidiar. ¿Qué le veía a ella? No podía ser que creía que tuviera alguna experiencia porque no era así. Más bien era una absoluta inexperta en el tema del sexo.
Escucho algunos pasos por el pasillo y su corazón se acelero. ¿Sería Tobias? Mordisqueo su labio y miro atenta esperando que la puerta se abriera. Nada. Los pasos se alejaron, pero su corazón seguía latiendo como loco. Soltó aire y camino hasta el cuarto de baño. Puso su mano en la fría pared y busco el interruptor, cuando las luces iluminaron el lugar, quedo sin aliento. Genial. Aquel baño parecía a aquellos que salían en las revistas y sin duda que era mejor que esos.
Observo la bañera, ducha. A continuación, lavo su rostro y lo seco con una pequeña toalla. Apago la luz y cerró la puerta del cuarto de baño.
-Hola, Hermosa. -dijo una voz totalmente masculina con tono Seductor. Lynn se sobresalto.
-MIERDA! -exclamo y se giro hacia la voz.Tobias estaba en la puerta viéndola, de brazos cruzados y con una sexy sonrisa en la cara. Su corazón automáticamente comenzó a latir con rapidez y se quedo sin aliento al verlo por completo. Santo dios, si diez años atrás el había llegado ser un hombre sexy, aquella palabra no llegaba a alcanzar en aquello momentos. Tenía una camisa azul que se ajustaba a sus músculos y unos pantalones negros que le quedaban de muerte. Su corte de cabello le daba el toque profesional y sus ojos color miel...aquellos ojos mieles que siempre habían logrado hecho derretirle de joven la miraban con intensidad. Sin duda que no parecía a un hombre que fuera científico. Más bien parecía un Modelo. Ella se aclaro la garganta e intento ignorar el nudo que se formaba en su estomago.
-También es un gusto en verte...- dijo Lynn intentando disimular su miedo.

ESTÁS LEYENDO
One Month Of Pleasure
Romans|Un Mes De Placer| ''Un mes! Ni un dia mas!...'' Fue la Ultima Frase que Dijo Lynn antes de Enamorarse de Tobias Friedman Despues de el Trato al que se sometio por culpa de su padre.