cap2

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Al día siguiente, Ulises no quería levantarse de su cama, no había podido dormir bien la noche anterior y no tenía verdaderas ganas de ir a clases, sin embargo pensaba que si no iba eso lo haría ver aún más sospechoso, así que se levantó de su cama y se dio una ducha de 15 minutos, bajo a desayunar y al ver a su madre en la cocina esbozo una ligera sonrisa, para que no notara su angustia y que el desayuno se convirtiera en un interrogatorio.

-Buenos días hijo, ¿Cómo estás?-lo saludo con voz tímida entregándole un plato de hot-cakes. Tratando de ocultar las evidencia de la discusión que tuvo con su padre la mañana anterior, en la cual Ulises estuvo presente.

Sucedió que, durante el desayuno Ulises pudo notar una tensión entre sus padres, su padre ignoraba de cierto modo a su madre haciendo como que no la oía mientras veía su celular, en tanto ella hablaba de un malestar que tenía desde unos cuantos días atrás, cuando de repente fue interrumpida por el señor.

-¡Mi cerveza!- Tronando los dedos se dirijo hacia ella con un grito.

Ella se sobresaltó y en silencio se retiró del comedor rápidamente, Ulises le reclamo a su padre que no le hablara así a su madre, cuando ella iba regresando de la cocina con la cerveza en la mano.

-Hijo, por favor- le dijo su madre en un susurro cuando paso a su lado tocándole el hombro, dándole a entender que no dijera mas.

El padre le arrebato la cerveza de la mano, la destapo y comenzó a mirar su celular de nuevo, ella le pregunto con algo de miedo en su voz y jugando con sus dedos- ¿N-No crees que es demasiado temprano como para tomar al...?

No pudo terminar la frase, porque fue interrumpida por un fuerte golpe que dio el señor sobre la mesa, levantándose de la silla al igual que Ulises, ella retrocedió algo asustada y Ulises se puso a su lado

-¡Cállate! ¡Yo tomo cuando quiera! - dijo levantando las manos al aire y con una expresión de enojo.

La madre retrocedió unos pasos más y con voz poco audible dijo- Pe-perdón yo....no quise decir eso, lo siento, solo digo que no es bueno que tomes tan tem...- se escuchó otro golpe más y ella se encogió de hombros, bajo la cabeza y dio otro paso hacia atrás.

-¿Bueno?...Ja, tu que sabes que es bueno y que no- se acercó a la mujer y la tomo de la muñeca –Tu no sabes nada, y no te atrevas a cuestionar mis acciones una vez más- levanto la mano a punto de darle un golpe.

-¡Papá, déjala!-grito Ulises desde su lugar cerrando sus manos en puños.

-Hi-hijo no-no te metas- dijo su madre tratando de zafarse del agarre del señor y cubriéndose la cara con el otro brazo.

Ulises no pudiendo más con la rabia que sentía de estar viendo aquella escena y sintiendo una gran impotencia ante las acciones de su padre hacia su madre, salió corriendo de su casa directo a la escuela con una gran ira creciendo en su interior.

Es por eso que cuando Harrison se defendió aquella desafortunada tarde , ese sentimiento reprimido en su interior salió y se apodero de el, cegándolo y violentando a su compañero, por tal motivo se vio envuelto en esa situación que ahora le acongoja.

Al ver la cara de su madre al entregarle los hot-cakes, sintió una sensación escalofriante recorrer todo su cuerpo al darse cuenta de que actuó como su padre.

-Buenos días madre, estoy bien, gracias-le tomo la mano y le dio un tierno beso, comió tres bocados y se levantó de la mesa despidiéndose de su madre, pues no quería pasar más tiempo ahí, además en ese momento tenía otros problemas en mente.

-Hasta luego ma, ya me voy- le dio un abrazo rápido.

-Pero si apenas comiste, ¿A dónde vas con tanta prisa?-

-¿Ah? Nono a ningún lado es solo que se me hace tarde, quede de reunirme con Alex antes para...hmm... un proyecto de... mate, si eso, ya me voy, gracias- dijo algo nervioso saliendo rápido cerrando la puerta tras de si y corriendo antes de que su madre lo detuviera.

Ya que Ulises estuvo lejos de su casa dejo de correr, estaba pensando en ir al bosque a ver si aún estaba el cuerpo de Harrison, pero decidió no hacerlo, no tenía ganas ni fuerzas como para regresar a aquel lugar, entonces comenzó a caminar por el parque aún faltaba como una hora para que entrara al colegio, estaba nervioso, sabía que Alexis no era bueno guardando secretos y menos a sus padres, así que decidió llamarlo para que se reuniera con él y evitar que dijera algo en ese tiempo.  

No puedes huir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora