Capítulo 7

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Nos vamos a una escuela secundaria, en donde ahí mismo estudia algunos de los hijos de Linka. Pero nos vamos a centrarnos en el cuarto hijo de la albina. Lind.

Vemos como en el salón de clase del joven con aparatos de ortodoxia todo estaba tranquilo, o bueno, eso era hasta que el profesor que impartía las clases abrió un gabinete de su escritorio, lo que provocó que una trampa oculta se activara y el hombre terminara con su rostro lleno de pintura.

Los alumnos vieron lo que a su maestro le ocurrió y las risas no faltaron. Les parecía chistoso el como se veía el maestro con su rostro lleno de pintura.

_ ¡Dejen de reírse en este momento! Quien hizo esto estará en graves problemas. Tengo que irme a lavar antes que se seque la pintura.— exclamó molesto el maestro.

Ya en la hora del recreo se puede ver a Lind, quien fue hasta la cafetería y de ahí tomó su almuerzo y se fue a sentar en una mesa. Junto a él se sentaron otros chicos, quienes le harían compañía.

Los chicos, los cuales eran dos, el primero tiene el cabello negro corto, usa una camisa sin mangas de color verde, pantalón negro y zapatilla de color rojos con blanco. El segundo, es un chico de cabello castaño oscuro, usa una camisa sin mangas color blanca, pantalón morado con botas negras. Aparte que usaba unos frenillos en sus dientes.

_ Hola Luis, hola Dan, es curioso que vinieran a comer junto conmigo.— decía Lind a sus compañeros.

_ No es nada. Es bueno tener compañía para poder hablar mientras comamos.— contaba Dan.

_ ¿Vieron la broma que le hice hoy al profesor Watson? Aún me sorprende que esa broma es muy efectiva y divertida.— preguntaba Luis a sus compañeros.

_ Aunque me pareció graciosa, para mí es un poco arriesgado que hayas hecho eso. En mi caso hubiera escogido en ponerle polvo pica pica en su silla.— comentó Lind.

_ Si, pero es mejor vivir la vida al máximo. Aparte que nadie sabrá quien lo hizo, aparte de ustedes, claro está.— dijo Luis a sus compañeros.

_ ¿Tienen pensado hacer algo este fin de semana chicos?— Dan.

_ Este fin de semana iré con mi padre y mi hermano menor Glenn a visitar a mis abuelos a Royal Woods. Más que nada quiero ver a mi abuelo.— respondió Luis.

_ Por mi lado este sábado habrá una convención en el centro de la ciudad. Y quiero asistir para así llevarme unos recuerdos, sobre todo por la película que se estrenará el mes que viene, sobre Pato detective.— respondía Lind.

_ Aún no entiendo mucho sobre esa serie. Es decir, ¿Un pato siendo detective? Es algo que no le hallo sentido.— opinó Luis.

_ Para mí es buena esa serie. Más que nada los chistes y escenas que tiene.— dijo Dan.

_ ¿Ves? Tal parece que si hay alguien de cultura. Solo mírala y verás que te gustará.— dijo Lind a su compañero.

Luego de una breve charla hablando de otros temas la campana sonó y con ello los chicos regresaron a su salón de clase. En eso se puede ver a Dan, quien torpemente se tropieza a sí mismo, lo que provocó que cayera al suelo, pero en lugar de eso tiró a alguien al suelo.

Lind y Luis ayudaron a Dan a levantarse, vieron a quien había tirado el joven de cabello negro. Se trataba de un chico de cabello castaño pálido, usaba una sudadera color roja con una camisa blanca por dentro, unos pantalones negros y zapatilla rojas.

_ ¡Oye fíjate por donde caminas idiota!— exclamó molesto el chico.

_ Lo siento mucho James, no quise hacerlo a propósito.— se disculpó Dan a su compañero.

Mi vida caótica (Sin Kids) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora