Todo el mundo mágico estaba en celebración, por fin el mago tenebroso habia sido derrotado, ¿pero a que costo?
Mientras todos festejaban un pequeño niño había quedado huérfano, James y Lily Potter habían sido asesinados y el pequeño Harry se había q...
El último mes de Harry con los Dursley antes de ir a Hogwarts había acabado, todo parecía estar en calma incluso sus tíos y primo lo habían ignorado todo ese tiempo y se pasó leyendo los libros de la escuela e intentando escapar sin éxito a la casa de Leah para que le contara más sobre el mundo mágico ya que sentía no saber nada de este, pero los Dursley querían evitar que Harry tuviera contacto con las otras personas con la nueva información que sabía el niño y más aun con la persona que ellos creían el azabache odiaba y a la que también habían mentido diciendo que Harry iría a un internado para niños malos que necesitaban corrección, si esa persona era Leah Scamander
Del otro lado la mujer nombrada parecía esperar el momento en que el auto de esa familia desagradable arrancara para así poder salir y encontrar a Harry en la estación de King's Cross rezando llegar a tiempo para poder acompañar a su cachorrito hasta el tren sin que la vieran.
-¡ya se fueron corre! - Sarah quien se había ofrecido a vigilar de cerca los movimientos del niño esa mañana abrió la puerta de golpe para avisar a la chica que ya habían partido a la estación, Leah obedeció a la castaña tomo su abrigo, la cámara fotográfica y corrió al auto de su mejor amiga ya que la misma también se había ofrecido a llevarla y así llegar más rápido a la estación.
Leah era un desastre conduciendo aquella caja de metal, prefería mil veces los polvos flu, una escoba o los horribles trasladores en los que rara vez lograba caer de pie, y no es que no haya intentado manejar había intentado sacar su licencia pero había quedado vetada del lugar al ocasionar que varios otros autos chocaran en su prueba de conducción.
-Vamos Sarah acelera.
-Voy lo más rápido que puedo no me estreses ya tengo varias multas que pagar no pienso tener otra.
-Y es por eso que me arrepiento que hayas sido mi maestra de manejo.
-Ya te dije que lo siento pero en mi defensa te dije que aceleraras solo un poco no que metieras todo el pie.
-Lo siento es que estoy nerviosa, tengo el presentimiento que Hagrid no le dijo a Harry como llegar al andén y los Dursley no serán de gran ayuda con eso o con ninguna otra cosa.
-Es un niño listo estoy segura que lograra encontrarlo de seguro alguien lo ayuda- intento tranquilizarla.
-Si pero la verdad me gustaría estar ahí que sepa que no está solo en un día tan importante.
-¿Te he dicho que eres la mejor madre del mundo querida amiga?
-A diario si, es más tengo una taza con ello escrito gracias por vendérsela a Harry para mi cumpleaños por cierto.
-La aparte exclusivamente para ti - ambas sonrieron ante eso.
-Bueno espero que tengas una de la mejor tía del mundo porque Harry querrá comprarte una.
-Mejor que me traiga un recuerdo de su mundo mágico secreto me muero de intriga de como es- dijo emocionada- No puedo creer que tu y el mocoso sean brujos digo ¿puedes sacar un conejo de un sombrero? ¡o mejor aún ayúdame a hacerle un amarre a tu hermano!
Con lo último dicho Leah estallo en carcajadas definitivamente Sarah Miller tenía una gran imaginación y claro que quería tenerla como cuñada oficial y su hermano se decidiera por fin a hacer las cosas bien con ella a pesar de la distancia que los separaba, pero no podía ayudarla con eso.
-Por más que me gustaría no pienso darle a mi hermano amortentia Sarah.
-¿amor...Qué? - la castaña se confundió- bueno no importa siempre está la vieja y confiable agua de calzón.
-Agua que - ahora era Leah quien no lo entendía.
-Olvídalo ya llegamos - Sarah estacionó el auto y dejo que Leah bajara - dale un abrazo al mocoso de mi parte dile que me hubiera gustado despedirlo, pero llego tarde a trabajar, que disfrute su aventura y me traiga muchos dulces
Leah corrió lo más rápido intentado no cruzarse con los Dursley y entonces en medio de toda la gente pudo ver una pequeña cabeza azabache junto a varias ¿pelirrojas?
Entre ellas pudo ver a una mujer algo regordeta quien hablaba con una sonrisa en su rostro a su pequeño hijo parecía estarle indicando como cruzar al andén entonces se acercó haciéndole señas a la mujer quien ya la había visto algo confundida para que no dijera nada agachándose y poniendo sus manos en el rostro de su hijo tapando su vista a lo cual el niño pareció sobresaltarse.
-A poco creías que podías irte sin despedirte de mi cachorrito - le susurro cerca del oído con una sonrisa y Harry la reconoció al instante.
-¡Mamá! -se abalanzo hacia ella abrazándola del cuello - si viniste.
-Claro que si no me pierdo esto por nada -aun de cuclillas tomo sus manos y volvió a sonreirle- quiero que crucemos juntos, yo lo hice con mis padres la primera vez que fui a Ilvermorny y quiero hacer los mismo contigo será una tradición ¿Qué te parece?
-Es genial... - se escuchó como alguien se aclaraba la garganta- o si ella es...
-Molly Weasley un gusto - se presentó al saber que el pequeño no parecía saber su nombre- y ellos son mis hijos Ginny y Ron
-Encantada soy Leah Scamander la madre de Harry - ambas estrecharon sus manos - le agradezco mucho que haya ayudado a mi pequeño a encontrar el andén.
-No te preocupes querida no hay nada que agradecer es un niño encantador- la mujer le sonrío con tanta calidez que Leah supo que aquella señora era una muy buena persona - pero bueno ahora que se han reunido no los queremos interrumpir crucen ustedes primero.
-Se lo agradezco mucho ¿estás listo Harry?
-Claro - dijo este mientras apoyaba sus manos en el carrito con sus cosas.
-Pero antes - Leah se dirigió a la pelirroja- disculpe podría tomarnos una foto.
-claro querida- Leah le indico cómo funcionaba la cámara y una vez Molly entendió se dirigió a Harry poniéndose tras de él tomando también el carrito.
-Bien a las tres - ambos contaron tomando impulso y así cuando parecían apunto de estrellarse con la pared de ladrillos traspasaron esta para mostrar el Andén nueve y tres cuartos el cual estaba lleno de estudiantes con gran entusiasmo por un nuevo año escolar.
-Bien apresurémonos tienes que encontrar un compartimento vacío y acomodar tus cosas y vamos tarde - cuando Leah iba a subir el baúl por las escaleras del tren alguien la interrumpió.
-¿la ayudo? - un niño pelirrojo le hablo y Leah intuyo que era otro de los hijos de Molly.
-Muchas gracias caballero - le sonrío y este pareció tener sus mejillas del mismo color de su cabello.
-¡he Fred ven a ayudar! - otro pelirrojo se acercó y Leah creyó ver doble, quedando fascinada al darse cuenta que eran gemelos.
-Cachorrito vuelvo en un momento- Leah dejo a los pelirrojos y Harry para buscar algún carrito de bocadillos para comprar algunas golosinas para su pequeño y otras para los gemelos en agradecimiento por su amabilidad, además quería ver un poco más el transporte, le causaba curiosidad que podía toparse ahí.
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