Los gritos duraron varias horas hasta que un silencio eterno se formó en aquellos pasillos, llenos de prisioneros.
La celda había quedado cubierta de un manto de sangre.
El alemán se encontraba en los barrotes de hierro, lamiéndose de manera lenta sus dedos, los cuales estaban manchados completamente de sangre.
Siendo totalmente sincero, pensé que sería muchísimo más exquisito que la última vez --- Argumento el alemán, hacía si mismo.
Al terminar de lamer sus dedos, y parte de sus manos, quitando rastro de sangre, ordenó a uno de sus guardias más fieles a que abriera la puerta.
Estos sin hacer esperar, abrieron la puerta de la celda.
Alemania Nazi aprovechó para empezar a quitarse su camisa, la cual se encontraba bañada en sangre, para luego entregársela al guardia.
Volteó a ver al otro guardia, observando unos segundos su vestimenta, procedió a acercarse de manera lenta.
Poseía una mirada imponente, que hizo helar la sangre del joven guardia.
Quítate la camisa… --- Nazi con una voz gruesa expreso las palabras de manera lenta, en busca de causar más miedo.
El joven humano con mucho miedo se retiró la camisa y se la entrego a su Jefe, el cual mostró una sonrisa muy grande al saber el miedo que le tenía.
El contry se la colocó sin problema alguno.
3 horas más tarde…
El hijo del gran Imperio Alemán, se encontraba sentado en su escritorio leyendo varios documentos, también tenía cartas regadas encima de la mesa, las cuales seguramente ni siquiera había podido leer.
Tocaron la puerta.
¡Estoy ocupado! --- Exclamó con molestia.
Se… señor, sus invitados especiales… han llegado y lo están esperando detrás de esta puerta --- Dijo tartamudeando el guardia que se encontraba detrás de la puerta.
Dígales que pasen --- Dijo ahora con un tono sereno.
Agarro todos los papeles que tenía que leer y los guardo en un cajón, tomo las cartas y las guardo en el mismo cajón que los papeles, justo al terminar aquella acción, sus invitados estaba entrando a la habitación.
Fue un contry, el cual se veía con cara de pocos amigos, vestía un atuendo militar color azul, tenía muchas medallas en aquel traje. También traía varios papeles los cuales seguramente eran destinados para el jefe del movimiento. Los colores de la bandera de este país eran; Un azul claro y blanco, estos colores estaban ordenados de manera horizontal, el color azul en las esquinas y el blanco en el medio dónde se encontraba un sol.
El otro país en pasar, era de sexo femenino, se notaba muchísimo más amable que el primer sujeto, bestia de igual manera un traje militar, solo que teniendo el toque de la chica, los colores de su bandera eran; se encontraba compuesta por dos franjas horizontales. La franja superior de color azul y blanco y la franja inferior de color rojo. El azul de la franja superior ocupa un tercio de la franja y se ubica en la esquina superior izquierda.
Por último paso un país, era más pequeño que todos los sujetos en aquella oficina más tenía una cara de guerrero, vestía de manera casual aunque fuera una reunión bastante importante. Los colores de la bandera de este país eran; Amarrillo, azul y rojo, los tres colores se encontraba en tres franjas las cuales estaban de manera horizontal, en el color azul estaba 7 estrellas.
Nazi se levantó de su silla para caminar hasta donde se encontraba aquellos 3 países, sintiendo como dos de estos lo abrazaban y solo quedaba uno mirándolos desde su sitio.
Chile… Venezuela… me están aplastando --- Hablo con algo de dificultad, aquellos contry’s lo estaba aplastando.
Déjanos abrazarte un rato! --- Expreso la chica con felicidad, mientras no se soltaba del alemán.
Somos tu familia por dios, déjate querer… --- Expreso el venezolano abrazado al nazi.
Se quedó callado y dejo que lo abrazaron un rato más hasta que se canso y los apartó a la fuerza para saludar al otro país que miraba desde cierta distancia.
Alemania… —
Arge… —
¿Y el beso? — Pregunto el Venezuela al ver la tensión que tenía aquellos sujetos.
