Ambos estaban en el sofá, tirados uno arriba del otro, viendo una película de terror. Ya habían cenado y estaban comiendo el postre mientras disfrutaban la sangrienta escena que se podía apreciar en la televisión.
–¿Son estupidos?–pregunto el pelidurazno a su compañero–¿Que tan estúpido tienen que ser para decir que es mejor separarse?–
–La verdad es bastante estúpido, además se separaron en grupos muy pequeños lo mejor hubiese sido que se separan a la mitad al menos el que sobreviviera del otro grupo tendría la oportunidad de avisar el resto–
–¡Exacto! Sería demasiado difícil para el asesino matar a todos lo del grupo de una vez–
–No lo pienses demasiado, después de todo la película está hecha para dar miedo, muertes obviamente tiene que tener.–
–Supongo que tienes razón–Ambos siguieron viendo la película, dudando de la inteligencia de los personajes y comiendo sus respectivos postres.
El pelinegro luego de terminar su tarda de ricota se vio tentado por el pastel de fresas que estaba comiendo su amigo, el contrario lo hacía ver tan apetecible, así que decidido, interceptó la cuchara que se dirigía hacía la boca de su amigo y degustó aquel delicioso bocado.
Claramente la acción cometida por Yuta no le gustó para nada al joven pelidurazno. En un rápido movimiento se acomodo en el regazo del pelinegro para luego morder con fuerza el hombro del contrario sacando un poco de sangre y luego lamerla.
–¡Mierda!–grito Yuta ante el punzante dolor en la zona antes mordida apartando a su atacante–¡¿Eres un animal salvaje o que?!–
El contrario solo se limito a reírse a carcajadas por lo que provocó, cualquiera que lo viera notaria lo satisfecho que se encontraba por ejecutar su pequeña venganza.
–Este animal salvaje necesita ser amaestrado–dijo sombriamente el pelinegro para luego levantarse, agarrar a su amigo como un costal de papas y dirigirse a su habitación.
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Alerta lemon:Se recomienda ser
+16 para poder continuar, si no lo eres y todavía quieres continuar es bajo tu propia
decisión. Sin más que decir ¡Disfrútenlo!••• •••
Al llegar a su habitación tiro bruscamente al pelidurazno a su cama, lo que provoco que el que fue arrojado soltara un pequeño jadeo por el golpe que se dio contra la cama, y se posicionó sobre el. Sin darle tiempo a reaccionar por completo empezó a atacar a quien ahora era su presa.
Empezó con un beso algo brusco y metió sus manos por debajo de su remera, cuando sus frías manos tocaron su piel hicieron que soltara un pequeño suspiro por lo frías que estaban, lo cual él aprovecho para poder introducir su lengua en su cavidad bucal.
Aquel beso se vio terminado por la falta de oxígeno en los pulmones de ambos, aunque eso no impidió que el pelinegro continuará, así que con un ágil movimiento saco la remera del contrario y empezó a dejar pequeños chupetones y mordidas por su cuerpo, empezó por la clavícula para luego continuar con los hombro e ir bajando hasta los pezones. Lamió uno de ellos mientras daba, debes en cuando, unas pequeñas mordidas no tan fuertes para no lastimar a Nahoya.
El pelidurazno se encontraba bastante excitado, solo tener eso lo estaba desesperando, quería más y sin miedo al éxito atrajo la cabeza de Yuta hacía él para poder besarlo.
–Quiero que me folles de una maldita vez–dijo mientras un pequeño hilo de saliva todavía los unía.
–Pequeña perra, ¿encima que me muerdes pides más?–Claramente no le daria la satisfacción de obtener lo que quería.
Sin importarle lo que le exigió Nahoya, siguió jugando con sus pezones, para luego desabrochar sus pantalones y sacárselos dejandolo solo boxer, jugando con su miembro a travez de la tela de estos. Sus gemidos desenfrenados se escuchaban por toda la habitación, Yuta se estaba vengando torturando lo de esa manera.
Un éxtasis mayor atacó a Nahoya cuando el pelinegro empezó a masturbarlo, los moviementos eran discontinuos, aveces más lentos y aveces más rápidos, lo que hacía que eso fuera aún más excitante.
–M-mierda–solto el pelidurazno al sentir ese nudo en su vientre a punto de ser liberado.
–¿Con esa boquita me besas?–pregunto burlonamente el contrario.
El líquido preseminal cada vez se hacía más abundante en la mano del pelinegro, un claro indicio acerca de la próxima liberación de su amigo. Prefiriendo ver sufrir más, cuando sintió que su amigo se iba a correr para de masturbarlo y cubrió con su dedo la pequeña abertura de la uretra.
–No dejaré que te corras hasta que yo quiera–dicho esto lo beso como un vago consuelo.
Agarro un frasquito de lubricante que tenía en su mesita de luz y se lo unto en los dedos, luego empezó a introducir el primer dedo dentro del pelidurazno, esperando que se acostumbrara para poder poner otro.
Por su parte Nahoya solo se estremeció cuando el pelinegro puso el primer dedo, cuando su incomodidad se vio disuelta fue sorprendido con el segundo con el cual él contrario empezó a hacer movimientos de tijera y tocó su punto dulce haciendo que se corra.
Satisfecho con lo que había hecho decidió dejar el "castigo" hasta ahí, aunque claro, el chico sonriente no estaba del todo satisfecho.
CONTINUARA...
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Buenas buenas~
¿Que tal les pareció el capítulo? Por mí parte estoy conforme con el resultado más que nada con el semi intento de lemon ya que fue mí primera vez.La razón por la que no pude actualizar es que estuve muy atareada con la escuela y cada vez que escribía el capítulo no me terminaba de convencer.
En el próximo capítulo habrá escenas más fuertes, ya saben a lo que me refiero (les guiña el ojo epicamente).
Pequeña aclaración:
•La edad para consentir una relación sexual en Japón es a partir de los 13 años, edad en que los niños pasan a ser adolescentes, así que les pido que no vengan criticando acerca de que estoy sexualizando a menores de edad
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Oh~ Boy [Tokio Revengers]
FanfictionPorque eres el chico que los trae locos y por el cual harían todo {•Seme male reader•}