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Midvale granja Danvers.

Kara se encontraba leyendo un libro mientras caminaba de regreso al interior de la casa, la pequeña Linda tocaba el piano en el comedor mientras que en el pequeño salón Alex se encontraba pintando algún paisaje con el que había soñado mientras que la madre de las tres se encontraba haciendo bordado. Una de las empleadas entró en el salón con una carta en manos.

—Mi señora, ha llegado una invitación para un baile, la joven Linda se presentará ante la sociedad junto a sus hermanas

—Perfecto necesitaremos comprar nuevos vestidos

—hay más mí señora... se acaban de instalar un grupo dé mujeres de mucho dinero, son las más codiciadas de Londres pero se rumorea que tienen una condición que no les permite estar con hombres

—bien no se diga más, tal vez este año tengamos suerte y finalmente alguien escoja a Alexandra para casarse

Alex miro a otro lado, el año pasado Maxwell Lord la había estado cortejando por días pero simplemente ella no sentía absolutamente nada por el, a pesar de eso sus padres le aseguraban que con Lord tendría una vida muy buena y Alex solo quería ser feliz en un matrimonio donde ambas personas se amaran.

La señora Danvers se llevó a sus tres hijas dejando a una pequeña Nia de seis años al cargo de las empleadas. Nia perdió a sus padres a los cuatro años, su hermana mayor de ocho años entró al orfanato mientras que ella se encontró con Kara aferrándose a ella llamándola mamá, la rubia al ver su carita no se resistió en adoptarla, generando que le sea difícil encontrar un marido ya que nadie quiere hacerse cargo de un hijo que no es suyo, y para todos Kara Danvers no era pura.

Las cuatro mujeres llegaron a la tienda de vestidos de las Lane, donde fueron recibidas por Lois y su madre

—¿emocionada por esta noche?

—me da igual después de que todos creen que soy impura, Lucy

—es la gente que no sabe la verdad

—prefiero mil veces que hablen de mí a que hablen dé Nia

—eres una gran madre

—gracias aprendi de la mejor

Después de Alex hiciera su prueba de vestido siguió Kara con un hermoso vestido color celeste que hacía juego con sus ojos, Linda tenía el mismo color de ojos que Kara pero el amarillo era su color ya que la hacía brillar como el sol amarillo, mientras Alex vestía de lila claro lo que la hacía notar muy primaveral. Cada hermana tenía su color mientras que la pequeña Nia usaba lo que su abuela le eligiera, ella solo quería leer y pintar.

Las Danvers se despidieron de las Lane, de regreso a la granja pasaron por el mercado, Kara se distrajo un poco con unos guantes blancos de encaje que le encantaron. Estaba por tomarlos cuando accidentalmente su mano tomó la de otra mujer que también quería los guantes, cuando la rubia volteo a ver a la dueña de la mano pidiendo disculpas se encontró con una mujer azabache de ojos verdes como una esmeralda, labios rojos que incitaban a ser besados y una piel pálida casi o más bien con la intensidad de la porcelana

—lo siento...

—eso ya lo dijiste

—Kara! Hay que volver

Kara no reaccionó rápido aún estaba hipnotizada por la hermosa mujer que tenía frente a ella, después se giró a ver a sus hermanas y madre alejarse, se fue con ellas después de despedirse de la mujer de la que quedó muy fascinada. Sus dos hermanas la miraron sabiendo que algo pasaba con ella.

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