VIII

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Alex y Kara se habían comprometido a medio día, Lena le dio un baño caliente a la pequeña Nia para evitar que se enfermara, por supuesto en proceso fue mimada por la mayor Quien después de dejar a la pequeña con la rubia para vestirla ella se metió a tomar un baño.

La noche llegó y con ella un baile de bienvenida que los Luthor darían por su llegada; una vez comenzado se esparcir la noticia de que Lena Luthor era la duquesa heredera de aquella mansión en la que celebraban el baile, muchas de las jóvenes solteras se amontonaban frente a Lena para bailar con ella con la intención de que alguna fuera elegida como su duquesa, Kara intentó llegar a su novia pero una de las chicas le dijo lo peor que podría escuchar "¿realmente crees que ella se fijará en ti? Si lo hace es por pura lastima una impura como tú no se merece a una mujer como ella". Aquellas palabras hicieron llorar a la rubia quien salió de la mansión y caminó hasta un viejo granero, subió las escaleras y se recostó sobre el heno mientras comenzaba a llorar.

Solo fue cuestión de tiempo en el que Lena se escabulló de la multitud de mujeres para seguir a su prometida, al entrar al granero y subir la vio echada sobre él heno, se sentó a su lado tocando su espalda.

—no les hagas caso mi amor tú serás la futura duquesa

—¿porque yo? ¿Cualquiera de esas mujeres es mucho mejor que yo?

—ninguna de ellas me robó el corazón cuando nos vimos en el mercado por primera vez, ademas para ellas parecía insignificante cuando ni siquiera sabían de mi título, pero tú... jamás has cambiado conmigo

La rubia se volteo boca arriba mirando a la azabache, las mejillas de ambas se tiñeron de rosa, la duquesa podía ver un poco más los pechos de su amada en esa posición y con intención de ver más se inclinó para besarla generando que su amigo comenzara a despertar, la ojiazul lo notó y pasó una mano sobre la tela haciendo gemir a la ojiverde

—¿crees que podríamos?

—¿estás segura?

—somos dos impuras no cambiará nada

La azabache tragó fuerte ante las palabras de la rubia a la cual comenzó a desnudar, quito aquel hermosos vestido amarillo, junto con el camisón de seda blanco, quito las medias y las bragas de la época dejándola completamente expuesta a ella, su figura era completamente delicada y bastante bien cuidada, la duquesa recorrió un poco de aquella con su nariz mientras besaba algunas partes desnudas como sus senos; llegó el momento de que se desvistiera por supuesto lo hizo con nervios hasta que Kara pudo ver por primera vez aquella cosa extra con la que su prometida había nacido, con aquella ambas podrían hacer muchos bebés. Lena comenzó estimular a Kara para poder lubricarla, quien no dejaba de gemir ante aquel tacto que la derretía, pero paró antes de que Kara se corriera ya que se acomodó entre las piernas de ella metiendo solo la punta en su entrada.

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