03: recuerdo del terrible pasado.

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⚠️Mención de trauma/ ataque de pánico.

—¡Shen Qingqiu! ¡Aléjate de tu discípula, escoria perversa!

Fue lo que escuchó cuando aún observaba a su discípula avergonzada, primeramente se quedó en un estado de shock, pues esa acusación siempre le trajo un mal sabor de boca. Estaba claro que jamás abusaría de sus discípulos, el trato hacia Luo Binghe no fue el mejor y estaba arrepentido de ello. Sin embargo jamás tuvo pensamientos perversos hacia sus chiquillos, por más escoria que pareciera, no tocaría de esa manera a nadie.
Ning Yingying era su hija, la había criado cuando la madre de ella murió, junto con sus jiejies del burdel, por eso su favoritismo, así como ella sabía que nunca intentó ni intentaría tocarla indebidamente o hacerle daño.

Su mano junto a su abanico quedaron en el aire, con su mirada perdida en sus pensamientos, no sabía cómo reaccionar en ese momento. Luo Binghe observó que ese comportamiento era extraño en su Shizun, pues cuando hacían este tipo de acusaciones regularmente miraba con desprecio e incluso soltaba palabras mordaces con su filosa lengua. Y ni siquiera seguía escuchando lo que el bruto de Bai Zhan seguía gritando, llamando la atención de las personas alrededor, tanto como comerciantes y discípulos de Cang Qiong.

-¡Te hablo, bastardo!- Shen Qingqiu volvió en sí cuando unas manos lo levantaron de las túnicas de su cuello, recibiendo una corriente de energía, pero para nada buena, pues el contacto físico ahora le atormentaba más que en su primera vida- ¡No me ignores, escoria!

Su mirada vidriosa enfoco al mono sin cerebro, captando lo que sucedía, los pueblerinos miraban todo mientras susurraban cosas que ni siquiera quería poner atención, el otro seguía gritando pero no ponía total atención a sus palabras, estaba tan mal en ese momento. Incluso Ning Yingying podía verse llorando mientras jalaba las túnicas de Liu Qingge.

-¡Di algo maldito! ¡¿Qué estás esperando?!

-Suéltame.

Fue lo único que dijo, el otro señor del Pico aflojo su agarre, sorprendido, y no por nada... después de todo Shen Qingqiu estaba...

Estaba llorando.

Las lágrimas traicioneras recorrían sus delicadas mejillas, creando un camino hasta caer por su barbilla, su voz había salido entrecortada, incluso su cuerpo había estado temblando levemente ante las calientes manos del otro. Su rostro no llevaba aquel característico ceño fruncido, sino un semblante afligido que jugarían nunca haberlo visto de esa manera.

Se veía vulnerable.

Lo soltó, pero claro que nunca creería en aquellas palabras, pues seguía soltando maldiciones, y no escuchaba nada, sin querer o sin darse cuenta había comenzado a avanzar hacia la posada, donde su habitación le esperaba para dormir. Su cuerpo se recostó en la cama, simplemente cerró los ojos esperando no despertar al día siguiente.

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🎍🍀✨️

Cuando llegaron a la secta, lo primero que se topo fue con Yue QingYuan esperando con una amable e hipócrita sonrisa, sin embargo cambiaría totalmente a una incomoda al escuchar los gritos de Liu Qingge, quejándose de Shen Qingqiu, gritando a los cuatro vientos "sus intenciones perversas hacia su discípula". Pero simplemente ignoró sus habladurías ocultando su delicado rostro con su abanico.

Incluso contando su método de chantaje, todos lo miraban con un extraño sentimiento, unos con odio o asco, otros sorprendidos y otros simplemente tristes. Sus tres discípulos que habían visto lo diferente que estaba su Shizun, incluso había olvidado el castigo que daría a Ming Fan y sus cómplices de agresión a Luo Binghe. Solo se encerró en su casa de Bambú esperando que sus pensamientos tortuosos dejaran de atormentarlo, pues quería olvidar todo el dolor que vivió.

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