우주 UNIVERSE

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su rutina después de la escuela cada miércoles y viernes era simple, tan simple como asistir al entrenamiento con el equipo de baloncesto, quemar algunas calorías y presumirle a las chicas en el proceso, aunque lo último prefería dejárselo a sus amigos, que se consideraban a sí mismos unos galanes de primera.

cumplía felizmente porque saliendo del gimnasio yoon oh estaría esperándolo con una botella de agua fresca, una toalla y con la mochila puesta al hombro, listo para acompañarlo de regreso a casa. por momentos como éste, young ho daba las gracias al cielo de vivir en el mismo vecindario que él.

el camino a veces podía ser silencioso, con preguntas sencillas acerca de cómo estuvo el día del otro, o los planes para el día siguiente; a veces lo era más divertido, lleno de risas y bromas hasta llegado el momento de despedirse, o encontrarse después en la cancha del barrio a encestar el balón cuantas veces les fuera posible. como ahora, que luego de haber saltado para alcanzar el aro y reído hasta el cansancio por su fracaso en el intento, a yoon oh le gustaba tirarse en el suelo y jugar a encontrar la primera estrella en el cielo cuando se anunciaba el atardecer, y young ho era el peor en ese juego porque, vamos, era muy difícil concentrarse en otra cosa que no fuera el maravilloso perfil del castaño.

su frente perlada en sudor, su cabello pegado a la piel a causa del mismo, sus hoyuelos pronunciándose de la forma más bonita en ambas mejillas, ligeramente regordetas, de no ser porque yoon oh de verdad estaba empeñado en ver el cielo ya se habría dado cuenta del par de ojos que le admiran con tanto cariño.

──¡allá, esa es la primera! ──señaló un punto blanco a lo lejos, brillante──. me debes un chocolate, el que más me gusta.

──no es una estrella, es un satélite. ──se excusó el contrario.

──mentiroso, acabo de verla aparecer.

──pero el que más te gusta es el más caro. ──suspiró el pelinegro, dándose por vencido. a este paso y de tanto perder las apuestas, lo dejaría sin mesada──. estarías en bancarrota si yo decidiera apostar contigo en un partido.

—no seas llorón, tú eres el que no me desafía.

porque eso sería demasiado, pensó aguantando una risita burlona.

──¿te conformas con una moneda de chocolate?

──puede ser, pero... ──yoon oh pensó un momento, mirándolo desde su lugar con una sonrisa triunfante──. aún estarías debiéndome algo de la vez anterior.

young ho, quién estaba sentado a un lado suyo abrazando sus rodillas, recordó y tuvo que darle la razón con mucho pesar. pero en vez de lamentarse por ello, una idea se le vino a la cabeza, y vio su oportunidad tan clara como el agua. se relamió los labios, preguntándose a sí mismo que tan seguro estaba con lo que pensaba decir, sentía sus dedos temblar con anticipación, sin embargo ¿qué podía perder con intentarlo?

──supongo que te debo una cita.

se reconfortó a sí mismo, sabiendo que siempre tendría el viejo y confiable "¡era una broma!" a su favor, en caso de que su propuesta fuera rechazada.

muy al contrario de lo que estaba esperando, yoon oh se incorporó casi de inmediato, dándole la espalda, y dejó que el silencio se hiciera presente como pocas veces lo hacía. cinco, diez, quince segundos, aún no volteaba, no reía, no reaccionaba. vamos, dime algo pensó el más alto, quien comenzó a ponerse un poco, sólo un poco nervioso. incluso habría preferido una burla o una mueca, a someterse a la expectativa de lo que iba a decir.

y cuando young ho está a punto de perderse en un escenario catastrófico dentro de su cabeza, yoon oh se dispone a enfrentarlo. su expresión le resulta impredecible, porque ni siquiera lo está mirando a los ojos, y sus labios están ligeramente apretados, cómo si estuviera conteniéndose de decir algo.

era tanta la espera, que el pelinegro creyó que podría vomitar de ansiedad.

──me gustan los chicos que juegan baloncesto. ──comentó, rompiendo el silencio de una vez por todas. lo observó, llevando su mano derecha a su nuca, rascando la zona con un dejo de timidez antes de sonreír──. está bien, pero sólo si tú ganas el partido del viernes.

la voz del castaño lo toma por sorpresa, y el tiempo se detiene.

unas cuantas palabras consiguen una revolución en su interior, las mariposas no paran de revolotear haciéndole cosquillas a su pobre corazón, y sus piernas se debilitan, se sienten como gelatina. sólo era un estúpido adolescente enamorado, joven e inexperto, su consciencia se lo recrimina porque estaba muy dispuesto a hacer lo que fuera necesario. estaba dispuesto a aceptar sus condiciones una y otra vez. coqueto, atrevido y juguetón, así es como era jung yoon oh, y le gustaba tanto, maldición, estaba tan seguro de sus sentimientos que sería capaz de ganar cientos de partidos si eso significaba que también se ganaría sólo un trocito de su corazón.

sus ojos brillan con esperanza, y sintió sus mejillas encenderse de rojo brillante cuando, tras no haberse negado, el castaño se burló de él por lo evidente que era.

──¿creíste que te rechazaría, no es cierto?

──cállate. ──murmuró, siendo incapaz de sostenerle la mirada otra vez.

yoon oh se ríe, qué bonito es escucharlo reír. 

procede a darle un golpecito en el hombro, sellando así la promesa de salir con él una vez que el pelinegro cumpliera con su parte del trato. al final, seo era el ala-pívot del equipo en la preparatoria, y quizás porque estaba un poco (demasiado) ansioso por la palabra "cita", es que le propuso algo que muy bien sabía el mayor iba a cumplir sin mayores esfuerzos.

y cómo no, cuando tenía la motivación más grande en todo su universo.

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⏰ Última actualización: Mar 29, 2022 ⏰

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PEACHES N' CREAM ── JOHNJAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora