Sugar On Top ➳ KOOKTAE

Tiramisu

Taehyung sentía que tenía todo el derecho de dormir hasta tarde ese lunes. Había vendido una pintura el fin de semana y recibido una cantidad considerable de dinero. Por otro lado, se había levantado tarde el domingo. Así que faltar a clases estaba fuera de cuestión, especialmente una vez que Jisoo estaba despierta.

Tomó una ducha y se vistió y cogió sus libros. Agarró su usual cuaderno de dibujo y se dirigió a su coche. Tirando sus cosas en el asiento trasero, Taehyung se sentó y encendió el motor.

Después de estacionar (siempre aparcaba por el pabellón de biología porque, a pesar de la caminata, siempre había más espacio que por el lado de derecho o arte) atravesó el campus, disfrutando el aire fresco en su rostro mientras caminaba. Tenía algo de tiempo extra, así que hizo una parada en una cafeteria antes de ir a clases.

—¡Hola, Taehyung!

Levantó la vista para ver a la sonriente y pequeña rubia trabajando detrás del mostrador. Irene era su nombre y por lo que Taehyung podía recordar, estaba estudiando para ser enfermera.

—Buenos días —Taehyung soltó un bostezo. Cómo ella se las arreglaba para estar tan alegre tan temprano lo desconcertaba—. Umm... ¿puedes darme un croissant de huevo y jamón, por favor?

—Claro que sí —canturreó Irene—. ¿Quieres un café con eso?

—Sí, voy a necesitar uno. Solo el café tostado de la mañana está bien.

Irene golpeó las teclas en la pantalla frente a ella, pasó su tarjeta y se puso a trabajar en su orden. Taehyung guardó su tarjeta de vuelta en su billetera y un pensamiento cruzó por su mente: esta era la primera comida, en un tiempo, que él en realidad había comprado.

La sensación no era extraña, pero definitivamente lo hizo detenerse y pensar. Cogió su café y fue a añadirle azúcar, moviéndolo ligeramente y agregándole un poco de leche.

Le estaba yendo bien con su dinero y era mayormente gracias a Jungkook. El hombre se encargó de la gran multa de estacionamiento, y Taehyung sabía que eso lo habría retrasado unas semanas. Cada vez que se encontraban en la semana para almorzar, Jungkook siempre pagaba. Sin mencionar que le había dado a Taehyung dinero para gasolina un par de veces. Y considerando lo alto que estaban los precios del combustible, eso era casi tanto como el ticket del aparcamiento.

El coche de Taehyung no había tenido el tanque lleno en años.

—Aquí está tu desayuno —intervino Irene, aún con su brillante sonrisa. Ella deslizó la bolsa de papel por el mostrador hacia Taehyung—. ¡Ten un buen día!

—¡Gracias! ¡Igual tú!

Taehyung agarró su comida y se apresuró, a través del campus, y hacia su primera clase.

Taehyung se desplomó contra un árbol, sacando su cuaderno de dibujo. Tenía su usual descanso de una hora y quería adelantar una de sus tareas. Pasó a través de las páginas, mayormente rápidos bocetos de Jungkook, y empezó un nuevo dibujo.